Capítulo 2 ••
Formación de
multiplicadores para educación ambiental
2.1. Breve reseña histórica del proceso de formación de
multiplicadores en educación ambiental
2.1.1. La complejidad de la institución escolar
2.2. Educación ambiental
2.3. El papel del profesor en educación ambiental:
reflexión sobre su práctica pedagógica
2.3.1. La formación de los profesores
2.3.2. Teoría y práctica docente para la educación
ambiental
Capítulo 2
FORMACIÓN DE MUL
TIPLICADORES PARA
EDUCACION AMBIENTAL
Objetivo
|
-
Posibilitar la realización del análisis de la
institución escolar y sus múltiples interrelaciones.
-
Fundamentar el análisis de la práctica pedagógica del
profesor y la incorporación de la EA.
-
Discutir los diversos aspectos que deben estar
involucrados en la formación de los profesores para la EA.
|
1.
Presentado en el Seminario del Ministerio de Educación. MEC/ UNESCO, Salvador,
1998.
2.1. BREVE RESEÑA HISTÓRICA DEL PROCESO DE FORMACIÓN DE MULTIPLICADORES EN EDUCACIÓN AMBIENTAL
Los desafíos de la
capacitación de profesores para el proceso de incorporación de la dimensión
ambiental en los currículums de la Enseñanza Fundamental y Media, impulsan a la
reflexión sobre las características de los docentes y los discentes,
responsables por la efectiva implementación del proceso, y sobre la institución
o escuela donde deberán ser producidos los cambios que rodean a las actividades
de los agentes sociales mencionados.
El proceso de
enseñanza-aprendizaje en Educación Ambiental se fundamenta en una visión
compleja y sistémica de las realidades ambientales, concebidas como problemas y
potencialidades, tendiendo a la comprensión de sus interrelaciones y
determinaciones; al mismo tiempo, considera el papel y las características de las
instituciones y agentes sociales involucrados, ubicados en un tiempo y espacio
concretos.
La inclusión transversal de
la Educación Ambiental en el currículum de los años iníciales, tal como se
indicaba en los Parámetros Curriculares del Ministerio de Educación y Cultura -
MEC - (PCNs, Convivencia Social, Ética y Medio Ambiente), implica la introducción
de un proceso de innovación educativa, que involucra tanto a profesores como a
alumnos y comunidad, es decir, el conjunto del colectivo escolar, implicando al
mismo tiempo las instancias de decisión y responsabilidad de las Secretarías de
Educación Estaduales con el apoyo de las Delegaciones del MEC en los Estados.
A partir de estas
consideraciones, la Coordinadora de Educación Ambiental del MEC emprendió un
proceso de sensibilización y capacitación continua de los técnicos de estas
instituciones, iniciando, en 1996, el primer Curso de Multiplicadores en
Educación
Ambiental con el objetivo
de:
-
Formar teórica y metodológicamente técnicos
en Educación, con el fin de orientar la inserción en el currículum de la
Educación Ambiental.
-
Propiciar para los participantes condiciones
técnicas y metodológicas para la construcción de una matriz de problemas
socio-ambientales de su región, con la intención de promover la inserción
transversal de los contenidos y actividades de Educación Ambiental en los
currículums de la enseñanza fundamental y media.
-
Desarrollar junto a los participantes
habilidades para: percepción ambiental, análisis crítico de la realidad
ambiental global, nacional, regional y local, observación y registro de datos
con enfoque etnográfico; utilización de otros lenguajes como formas de registro
de información y estructuración de proyectos de Educación Ambiental.
En 1997, fue dictado el
segundo Módulo del Curso de Multiplicadores en Educación Ambiental con el
objetivo de:
-
Formar teórica y metodológicamente técnicos
en Educación para orientar en la elaboración de la inclusión curricular de la
Educación Ambiental y efectuar la capacitación de los profesores en esta área.
-
Dar a los participantes condiciones técnicas
y metodológicas para la construcción de matrices pedagógicas, con el objetivo
de promover la inclusión transversal de contenidos/actividades de Educación
Ambiental en los currículums de la enseñanza fundamental y media.
-
Desarrollar con los participantes habilidades
para el análisis y elaboración de directrices curriculares que puedan orientar
a las escuelas en la realización de sus planos pedagógicos y actividades
didácticas en el proceso de enseñanza aprendizaje en Educación Ambiental.
-
Propiciar condiciones para que los equipos
estaduales, responsables de los currículums en los Estados, puedan hacer
recomendaciones para el cumplimiento de los Parámetros Curriculares Nacionales
- Convivencia Social, Ética y Medio Ambiente.
El desarrollo de los dos
Módulos de Capacitación fue hecho con la utilización de la metodología PROPACC
- Propuesta de Participación Acción para la Construcción del Conocimiento,
Medina, N. M. e Santos, E. C. (1999).
Con el fin de dar
continuidad al proceso de Capacitación de Multiplicadores, se lleva a cabo este
Seminario Nacional, para poder así intercambiar experiencias entre los Técnicos
de las Secretarias de Educación de los Estados y las Delegaciones del MEC.
2.1.1. LA COMPLEJIDAD DE LA INSTITUCION ESCOLAR
El análisis de la
institución escolar y el conocimiento de las relaciones intra-escolares y de
los diversos agentes sociales involucrados en el proceso de innovación curricular,
son los primeros pasos necesarios para viabilizar el desarrollo de la inclusión
de la dimensión ambiental en el currículum escolar.
En primer lugar, se debe
considerar que la escuela está inmersa
en un determinado sistema educativo que, por su parte, se relaciona con
un ambiente socio-cultural-histórico y natural específico y determinante, de
características complejas y en
interrelación dinámica permanente.
Al mismo tiempo, la escuela
administra y posibilita complejas
relaciones entre personas, tanto internas, como externas, con intereses y
expectativas diversas, grupos de poder que definen la micropolítica
institucional, y relaciones personales conflictivas, diversos tipos de
tensiones y grupos de presión diferentes, que producen en su conjunto la
cultura del centro educacional.
En la figura 2.1 se intenta
poner en evidencia alguna de las complejas relaciones que definen la cultura
institucional, y que debe ser considerada y explicitadas cuando se pretenden
implementar procesos de cambios educativos.
Estos elementos interactúan
en la institución escolar y deben ser consideradas por los técnicos de las
Secretarias de Educación de los Estados, con el fin de facilitar los procesos
de innovación curricular
Figura 2.1: Relaciones que
definen la cultura escolar. Fuente: modificado de García. 1995.
Una transformación de las
modalidades de enseñanza aprendizaje escolar exige una comprensión global
de las relaciones señaladas y. muchas
veces, la necesidad previa de e invertir esfuerzos en resolver los conflictos existentes con la
finalidad de comprometer en la ejecución de los cambios al colectivo escolar,
de forma participativa desde el planeamiento hasta la ejecución de las nuevas
experiencias educacionales.
2.2 EDUCACIÓN AMBIENTAL
El tratamiento de la Educación Ambiental como
tema transversal en el currículum escolar lleva a la profundización de las
fuentes teóricas que fundamentan su teoría y su práctica pedagógica.
La Educación Ambiental, como
proceso consistente en proporcionar a las personas una comprensión crítica y
global del ambiente, que busca dilucidar valores, así como desarrollar
actitudes que les permitan adoptar una posición
consciente y Participativa con respecto
a las cuestiones relacionadas con la
conservación y la adecuada utilización
de los recursos naturales, debe tener como objetivo la mejora de la calidad de
vida y la eliminación de la pobreza extrema y del consumismo desenfrenado,
“La Educación Ambiental propone la
construcción de relaciones sociales, económicas y culturales, capaces de
respetar y de incorporar las diferencias (minorías étnicas, poblaciones tradicionales), la perspectiva de la MUJER Y
LA LIBERTAD PARA DECIDIR CAMINOS alternativos
de desarrollo sostenible, respetándose los límites de los ecosistemas ,
sustrato de nuestra propia posibilidad de supervivencia de la especie” (
Medina, 1998)
La Educación Ambiental se
presenta como una de las alternativas de transformación de la Educación en el
ámbito de un nuevo paradigma en
construcción y de nuevas formas de pensar, de interpretar y de actuar en el
mundo, capaz de posibilitar la superación de la visión positivista,
instrumental y tecnocrática que caracteriza a la civilización contemporánea y que se manifiesta a través de la crisis global y generalizada
de este inicio de siglo.
“Creemos que actualmente la EA se puede
fundamentar en una reelaboración teórica y práctica de los principios de tres
perspectivas teóricas emergentes : en primer lugar, la Teoría crítica, que
suprime la visión técnica e
instrumental; en segundo lugar, la concepción de una perspectiva Compleja de la
realidad del conocimiento y de los procesos de enseñanza-aprendizaje y, por
último, los aportes del Constructivismo en el sentido amplio del término, como
proceso individual y social de construcción de los conocimientos
significativos. (Medina, 1996).
Figura2.2 Tres perspectivas
teóricas emergentes que pueden fundamentar la Educación Ambiental
Se reconoce que las
experiencias compartidas, el diálogo y
la reflexión colectiva, son algunos de los factores que contribuyen a la construcción de sentidos libremente
compartidos. Se acepta la existencia de varias
direcciones posibles para el desarrollo sostenible, concibiéndose el
futuro como posibilidad abierta. Al mismo tiempo, se percibe claramente que la
imposición social, política, económica o cultural de significados conduce a la dominación y a la alienación vigente en
la actualidad.
La Educación Ambiental es un
instrumento imprescindible para la
consolidación de los nuevos modelos de desarrollo
sostenible con injusticia social, tendiendo a la mejoría de la calidad de vida
de las poblaciones implicadas, en sus aspectos
formales y no formales, como proceso participativo a través del cual el
individuo y la comunidad construyen nuevos valores sociales y éticos, adquieren
conocimientos actitudes, competencias y habilidades volcadas para el
cumplimiento del derecho a un ambiente
ecológicamente equilibrado en pro del bien de las generaciones presentes y
futuras.
En el momento en que la
educación postula como objetivo central
la formación de los ciudadanos, los principios anteriormente mencionados no
nos parecen hoy suficientes.
“En su aplicación en la práctica
pedagógica, las concepciones iníciales
de la Educación Ambiental han derivado hacia una relativa ingenuidad
ideológica, orientando la educación ambiental hacia una simple sensibilización
de las personas en relación a la Naturaleza, como ya analizamos en nuestro
trabajo. Sobre la vertiente ecológica de la Educación Ambiental. Se observa,
también, un mayor o menor grado de trivialización conceptual de los temas
ambientales y un cierto inductismo pedagógico, limitado a la observación del
medio “(Medina, 19971)
Por ejemplo, en la Ia
Conferencia nacional de Educación
Ambiental, realizada en 1997, se verificó
que el mayor porcentaje de los proyectos de Educación Ambiental en
ejecución en ese momento en Brasil, es decir, el 26%, considerando los
abordajes pedagógicos que los
caracterizan, se encuadraban dentro de la vertiente Ecológico-preservacioncitas
por priorizar una concepción reduccionista del ambiente, centrada en la preservación
y en la conservación de la naturaleza., Icnea (1997).
Las necesidades de capacitación de los agentes
sociales responsables de la Educación Ambiental también se explicitan en ese
documento, y tanto a nivel gubernamental como no gubernamental, en el cual 64%
del personal implicado en la ejecución de Proyectos de Educación Ambiental
manifiestan necesitar capacitación.
En el mismo documento, en el
análisis de las respuestas de los 470 formularios procesados, Solamente el 9.1% responden que conocen y utilizan en
su trabajo los parámetros referenciales
nacionales e internacionales de la Educación Ambiental, tal y como son referidos
en la Conferencia de Tbilisi( 1977), en el Tratado de Educación
Ambiental para Sociedades Sostenibles (1992), en la Agenda 21,
capítulo36,(1992) y en el Programa Nacional de Educación Ambiental,
PRONEA(1994),ICNEA(1997).
Los datos anteriores
reafirman la urgencia de iniciar procesos de capacitación de recursos humanos
tanto a nivel de la Educación Ambiental formal, como a nivel de la Educación
Ambiental no formal o comunitaria.
En lo que compete a la Educación Ambiental, se trata esencialmente
de la construcción de una nueva visión de las relaciones del hombre con un
ambiente natural y social, y de la adopción de nuevas posturas éticas,
personales y colectivas, tendiendo a la adquisición de una visión crítica y transformadora
de la realidad y de una actitud comprometida de los sujetos con la
participación efectiva en las definiciones del futuro tanto personal como
social.
Actualmente, se puede
verificar en la reflexión de los educadores ambientales una transformación de
estas ideas, observándose que comienzan a concebirlas como una generación de
conductas ambientalmente responsables en un ámbito de actuación de ciudadanía
calificada en la sociedad y en la utilización de los recursos de la naturaleza.
2.3 EL PAPEL DEL PROFESOR EN EDUCACIÓN AMBIENTAL: REFLEXIÓN SOBRE SU PRÁCTICA PEDAGOGICA.
El profesor es el agente de
las transformaciones curriculares que se pretenden desarrollar, por lo que el
primer aspecto a reflexionar junto a él es su propia práctica pedagógica.
-
Cuáles son las causas de su práctica?
-
Qué presupuestos, valores y creencias
conscientes o inconscientemente se revelan en ella? De dónde proceden?
-
Qué prácticas sociales expresan?
-
A qué intereses sirven?
Así, si el profesor analiza
detenidamente su propia práctica pedagógica, ésta se convierte en una fuente de
información riquísima y pertinente cuando el objetivo propuesto es el cambio de
su comportamiento en el aula , ya sea al identificar los sucesos significativos
de la enseñanza-aprendizaje, a los cuales su práctica actual lo conduce, ya sea
al verificar las regularidades de sus acciones docentes y sus contradicciones: qué formas
de trabajo resultan más
satisfactorias y conducen a sus alumnos a construir conocimientos nuevos o a
comprender qué relaciones existen entre
lo que sostienen la teoría y lo que
efectivamente se realiza en la práctica, o también a reconocer los sucesos no
significativos de su práctica de enseñanza y poder corregirlos a fin de obtener
mayor éxito en las acciones docentes efectuadas.
Cuando nos enfrentamos con
la necesidad de mejorar e innovar nuestra práctica cotidiana en las escuelas,
debemos, como primer paso, partir del análisis y de la comprensión de aquello
que efectivamente “hacemos” en el aula.
Solamente desde el
reconocimiento de nuestras acciones, reales y concretas, podemos empezar un
proceso de transformación y renovación educativa.
El esquema de la figura 2.3
nos orientará para realizar estos análisis. Al responder con sinceridad las
preguntas y registrar nuestras diferentes respuestas, estaremos empezando un
proceso de reflexión sobre nuestro quehacer educativo, el cual nos permitirá
aclarar las presunciones, teorías implícitas, valores y creencias, que
consciente o inconscientemente tenemos. De esta manera, se obtiene una visión
más clara del porqué se actuó de una determinada forma y no de otra (Confrontar e Informar); dónde
y cómo puedo identificar los untos de entrada con el fin de empezar el camino
de transformaciones para desarrollar una práctica educativa coherente y
comprometida con las necesidades de la sociedad contemporánea (reconstruir).
Describir mi práctica, me
permitirá “comprender” mi “estilo
docente” y reconocer los aspectos positivos y negativos en él contemplados.
Asimismo, podrá reconocer cuáles son los cambios que puedo introducir con el
fin de mejorarla y qué elementos deben ser mantenidos o ampliados (Describir y Desconstruir).
Recuerde cuántas veces usted
salió satisfecho de una clase y al año siguiente no consiguió recordar más lo
que hizo, o inversamente, cuántas veces sintió que su clase no fue bien
llevada, pues los alumnos no consiguieron comprender los conceptos trabajados,
pero no recuerda lo que pensó que podría haber hecho para mejorar.
Figura
2.3: Reflexión docente durante la práctica pedagógica.
En consecuencia, desde este análisis
que podré, entonces, reconstruir mi práctica docente, incorporando las
innovaciones pedagógicas a ser realizadas y verificando la importancia de los
cambios realmente significativos para alcanzar los objetivos de una
educación comprometida con la formación
de una ciudadanía crítica y pro-activa.
Este proceso de análisis
crítico, que implica un proceso de confrontar, describir, analizar críticamente
y reconstruir la práctica pedagógica, constituye u paso previo para la
incorporación de nuevas posturas inherentes a la inclusión de la Educación Ambiental en la práctica cotidiana de los
profesores y, por lo tanto, un primer paso en su proceso de `capacitación y
de compromiso para con una nueva praxis
educativa.
2.3.1 LA FORMACIÓN D ELOS PROFESORES.
La Educación Ambiental
concibe al profesor como un sujeto que aprende, es decir, como un agente de su
propia formación. La capacitación en esta área pretende ser un proceso
proactivo de sujetos que interactúan y construyen los nuevos conocimientos de
forma continua y participativa dentro de un proceso de acción reflexión-acción
sobre la praxis pedagógica y social ejercida en la realidad escolar y en el
ambiente socio-cultural y natural donde la escuela está inmersa.
Otro elemento básico para el
trabajo en Educación Ambientales desarrollar en el profesor cualidades
específicas para el trabajo en equipo,
condición imprescindible para desarrollar programas de Educación Ambiental.
En la tabla 2.1 se muestran
algunas de las características que el profesor debe reunir para desarrollar la
formación en Educación Ambiental.
CARACTERISTICAS
IDENTIFICADAS PARA LA FORMACION EN EDUCACION AMBIENTAL
|
||
Físico-emocionales
|
Socio psicológicas
|
Personal-intelectuales
|
• Autoestima
• Aceptación de sí mismo y de los otros
• Confianza en sí mismo
• Gusto por lo nuevo
• Experimentación
• Creatividad
• Poca resistencia a los cambios
|
• Buenas relaciones sociales y de amistad
• Compañerismo
• Capacidad para interacciones sociales
e intelectuales
• Trabajo en equipo
• Cooperación
• Solidaridad
• Aceptación de las diferencias
• Capacidad de negociación y
• consensos
|
• Placer en la estimulación intelectual
• Aceptación y búsqueda de nuevos
conocimientos
• Gusto por los desafíos teórico-prácticos
• Búsqueda de experiencias estéticas y
éticas
• Capacidad técnica de innovación pedagógica
y metodológica
|
Tabla
2.1. Características necesarias a cumplir para el desarrollo de la formación en
Educación Ambiental.
Consideremos necesario
especificar que, a fin de desarrollar un trabajo efectivo en las escuelas. Es
preciso distinguir entre lo que se considera un trabajo de equipo y un grupo de
trabajo.
Generalmente, un grupo de trabajo se nombre por la autoridad
competente para resolver un problema concreto o en referencia a una tarea
temporal. Por lo tanto, posee una existencia limitada en el espacio y en el tiempo. La colectividad de
este tipo de grupo es impuesta, forzadas, regulada y prescindible., y se
orienta a objetivos limitados o a
la implantación de algún tipo de reforma
o solución de problemas. No se crean lazos afectivos entre las personas, ni hay
preocupación con el crecimiento individual y colectivo del grupo.
Por trabajo en equipo se entiende la reunión voluntaria de un grupo de
personas con intereses y motivaciones
comunes que se reúnen alrededor
de un objetivo común, de mejora de la calidad de la educación y de su
propia formación, para buscar alternativas de construcción de conocimientos y
formas metodológicas creativas de enseñanza aprendizaje.
Un grupo de Educación
Ambiental se forma de manera natural y espontánea en torno de objetivos
compartidos, orientándose hacia el desarrollo personal y colectivo. Persiste
naturalmente a lo largo del tiempo y, en el las personas evolucionan tanto
conceptual como afectivamente, reforzando sus niveles de compromiso y de
crecimiento del equipo. Dicho equipo es capaz de evaluar las acciones
colectivas e individuales y de realizar autocrítica, tendiendo siempre a la
mejora de la actividad que está siendo desarrollada. En él, sus miembros
establecen entre sí un dominio lingüístico que les permite avanzar, a pesar de
las diferencias de sus formaciones iníciales, creando lazos afectivos y de
apoyo mutuo que refuerzan la continuidad y la calidad del equipo.
El trabajo en equipo se
constituye en un instrumento imprescindible para el planeamiento y la ejecución
de actividades de Educación Ambiental en el currículum escolar. Los equipos de
las Secretarias de Educación de los Estados deberán motivar a las autoridades
escolares y a los profesores para la constitución, evolución y permanencia de
los equipos de Educación Ambiental en las escuelas. Estos equipos deberán
aprovechar el espacio de las Jornadas Pedagógicas para incluir en ellas la capacitación
para la Educación Ambiental, mostrando la importancia de ésta para todas las
disciplinas y, especialmente, para el desarrollo de un proceso efectivo de
enseñanza aprendizaje, así como, para la mejora de la calidad de la educación,
superando el preconcepto que la Educación Ambiental debe ser preocupación de
las Ciencias Naturales y, en especial, de la Biología.
En virtud de que la
responsabilidad y el compromiso mayor en la implementación de procesos de
innovación educativa corresponden a los profesores, los esfuerzos de capacitación
de los Multiplicadores de Educación Ambiental del MEC en los Estados, deberán
centrarse en las necesidades y en los problemas que ellos presentan para el inicio
de la inclusión de los temas transversales en los currículums.
Es posible imaginar que
estas necesidades se localizan tanto en la falta de conocimientos teóricos en
relación a los procesos de elaboración curricular, planes de aula, programación
de unidades didácticas y/o núcleos temáticos de Educación Ambiental, como en el
manejo metodológico de los temas transversales, entre otros.
También se puede atribuir la
aparición de necesidades referidas al proceso organizacional y administrativo
de la institución escolar, a la falta de espacio y de tiempo para el
planeamiento conjunto y para la realización de trabajos en equipo.
Se podría diagnosticar,
además, la falta de un conocimiento actualizado sobre la temática ambiental, en
general, y sobre la Educación Ambiental, en particular, ocurriendo lo mismo con
las dificultades en la elaboración de proyectos educativos en Educación
Ambiental.
Estas necesidades exigen una
atención especial por parte de las Secretarias de Educación de los Estados en
el planeamiento de las capacitaciones de los profesores de las escuelas y,
también, de las propias instituciones escolares al realizar su planeamiento
anual, considerando la autonomía de la escuela, para solicitar y/o priorizar los
temas de sus jornadas pedagógicas.
Con el fin de viabilizar un
auténtico compromiso de los profesores con su formación en el trabajo, los
Multiplicadores de Educación Ambiental en los Estados y los responsables por la
Educación Ambiental en las Delegaciones del MEC, deberán realizar esfuerzos para:
-
Sensibilizar a los directores de las escuelas
y a los orientadores pedagógicos en relación a la importancia de la formación
de equipos de trabajo para pensar e implementar los temas transversales en los
currículums escolares, en especial, los referidos a la convivencia social,
ética y medio ambiente. Dicho de otra manera, trabajar con ellos la importancia
de la capacitación de los profesores en Educación Ambiental para una mejora
significativa de la enseñanza en todos los niveles y disciplinas escolares.
-
Sensibilizar y comprometer a los Prefectos y
a los Secretarios de Educación de los Municipios con el fin de extender el
proceso a las escuelas municipales.
-
Incentivar (y controlar) a los responsables
de la enseñanza privada a realizar las actividades que permitan incluir la
dimensión ambiental en todos los niveles de la enseñanza y asumir el compromiso
con la responsabilidad de la capacitación efectiva de sus profesores en este
área.
2.3.2. TEORIA Y PRÁCTICA DOCENTE PARA LA EDUCACION AMBIENTAL
En
la práctica escolar se entrelazan diversas teorías que interfieren en el
proceso de
enseñanza-aprendizaje
y fundamentan la práctica pedagógica en los centros educativos y en las aulas
de los profesores.
- Teorías de la educación.
Enfoques pedagógicos que conducen a una comprensión multidimensional de la
Educación Ambiental.
- Teorías curriculares.
Posibilitan una explicación del qué, del por qué, del para qué y de cómo
enseñar.
- Teorías de enseñanza.
Permiten el análisis del proceso de comunicación y de estructuración de
significados, de campos de aprendizaje y de la construcción de los
conocimientos.
- Teorías
de organización. Posibilitan el análisis y la comprensión de las complejas esferas institucionales, sociales y
ambientales, en que ocurren los procesos de enseñanza-aprendizaje.
La
práctica docente del profesor en Educación Ambiental se refleja en la
reconstrucción del proceso enseñanza-aprendizaje. Se la puede analizar
considerando tres niveles:
- Nivel 1.
Corresponde a los valores y provee al profesor de las justificativas éticas,
políticas y filosóficas en las cuales fundamenta su acción docente.
- Nivel 2.
Corresponde a su proceso de formación profesional para el ejercicio del magisterio,
es decir, el conocimiento de su disciplina y el conocimiento pedagógico y
didáctico.
- Nivel 3. En
este nivel se sintetizan los dos niveles anteriores, ya sea en su práctica
docente en la sala del aula o en los procesos educativos que desarrolla con sus
alumnos, es decir, cómo educa efectivamente en su práctica cotidiana: qué
contenidos maneja, cómo los trabaja, cómo los evalúa, etc.
Toda
pretensión de modificar la práctica docente necesita de un análisis
individual colectivo de estos niveles a
fin, de que el docente pueda determinar la coherencia teórico-práctica de sus
acciones pedagógicas y de los caminos metodológicos que aseguren la
transformación de sus posturas educativas.
Figura 2.4: Niveles de reconstrucción
del proceso educativo.
Al
planear las actividades de Educación Ambiental, el profesor deberá considerar
la necesidad de la construcción de conocimientos significativos y el propósito
y la finalidad que lo están conduciendo a seleccionar para enseñar un contenido
específico, un concepto o una habilidad concreta, en un determinado nivel
cognitivo, para un grupo de estudiantes en un contexto espacio-temporal
específico.
Asimismo,
deberá comprender y considerar los conocimientos anteriores, las habilidades,
el interés y la motivación de los estudiantes frente al tema seleccionado.
Por
ejemplo, considerar, entre otros, los siguientes aspectos:
- Las
concepciones previas del estudiante y los posibles errores conceptuales sobre
tópicos importantes dentro del tema ambiental seleccionado.
- La
creencia del estudiante con respeto a sus habilidades para tener éxito en una
modalidad diferente de enseñanza-aprendizaje.
- Los
estilos cognitivos, afectivos y físicos de los estudiantes.
- Cómo
incentivar el aumento de la autoestima de los estudiantes y de la confianza en
sus posibilidades significativas de aprendizaje.
- La
transformación de las concepciones que los estudiantes tienen del tema
ambiental a lo largo del tiempo; la comprensión más global de los diversos
factores complejos que se interrelacionan en la explicación de un sistema ambiental,
desde los aspectos locales, hasta los globales.
- La
incorporación de nuevos valores y formas de pensar.
- El
desarrollo de la capacidad de trabajo en equipo, colaboración, solidaridad y responsabilidad
en el grupo y del trabajo individual y colectivo.
- El
desarrollo de la autonomía y de la capacidad de participación.
- El
crecimiento de la creatividad y la capacidad de comprometerse en la búsqueda de
soluciones nuevas a los problemas ambientales.
- Las
formas más apropiadas de representación del contenido para un grupo de alumnos
dado: metáforas, explicaciones, ilustraciones, ejemplos, investigaciones,
trabajos de campo y laboratorio, etc., que hacen el contenido comprensible e
interesante para los alumnos.
- Escoger,
criticar, adaptar, crear y utilizar materiales y recursos didácticos adecuados
al tema ambiental en análisis.
- El
ejercicio de la capacidad de presentar respuestas innovadoras y soluciones a los
problemas y análisis de nuevas perspectivas y puntos de vista.
- La
práctica de interpretar y analizar críticamente las situaciones socioambientales
y comprender el papel de las intervenciones humanas.
- El
análisis crítico del proceso histórico-social del problema o potencialidad ambiental
considerada.
- La
comprensión de los diversos tipos de fenómenos y de los diferentes niveles de
conocimientos científicos, socio-culturales y éticos, involucrados en la explicación
del tema ambiental en estudio.
- Las
expectativas de los padres y de la comunidad con respecto a los alumnos, y las
expectativas de los alumnos con respecto a sí mismos y de la educación.
El profesor precisa tener un
buen nivel de conocimiento de las estrategias didácticas y de los métodos de
enseñanza que hacen que un contenido complejo sea comprensible e interesante
para los estudiantes y que promueva un desarrollo conceptual del contenido y de
las estructuras mentales del alumno, al mismo tiempo que propician el
desarrollo integral de los alumnos y el ejercicio práctico de la ciudadanía.
Deberá desarrollar la
capacidad de crear estrategias y métodos de evaluación cualitativa apropiados
para la Educación Ambiental y adecuados a la situación concreta de aprendizaje
en consideración.
Deberá propiciar la
organización participativa, interdisciplinaria y transversal de los problemas y
potencialidades ambientales y de las diversas disciplinas envueltas en el estudio
del núcleo temático, a partir del trabajo en equipo, tanto por parte de los profesionales
comprometidos en el desarrollo de la unidad de aprendizaje, como de los estudiantes.
De un modo esquemático,
podríamos sintetizar las dimensiones del proceso de capacitación de los
profesores para la Educación Ambiental como la interrelación dinámica de las
dimensiones personales y éticas con la dimensión socio-ambiental y la profesional.
Figura 2.5: Dimensiones del desarrollo del
profesor de Educación Ambiental.
Para finalizar, haremos una
reflexión conjunta en relación al papel de la Educación Ambiental como tema
transversal en los currículums escolares, resaltando nuevamente su importancia
para la mejora de la calidad de la educación y para la construcción de una
ciudadanía ambiental capaz de definir y construir nuevos escenarios futuros,
que incluyan la posibilidad de justicia social y felicidad humana.
La construcción de
conocimientos en los contextos educativos está fundamentada en la negociación
de diferentes significados. Debe ser un proceso democrático, en el cual todos
tienen la posibilidad de emitir juicios críticos sobre el conocimiento, sobre
la realidad y sobre las opciones posibles a ser definidas.
Este proceso democrático es
una condición indispensable para construir y compartir nuevos significados (y
no imponerlos, como se hacía en la escuela tradicional). Para trabajar con significados compartidos, es necesario que las
relaciones en la clase se basen en el respeto a las opiniones y la libertad de
expresión de los diversos puntos de vista, tanto de los docentes como de los
discentes.
Los educadores y los formadores ambientales deben
desarrollar una doble dimensión de su profesión: constituir los
facilitadores del aprendizaje de sus alumnos e investigar su propia actividad
profesional.
El profesor debe ayudar, facilitar y dinamizar el
proceso de hacer evolucionar los conceptos de los sujetos del proceso de
aprendizaje. En nuestra concepción, no existen conocimientos prontos para ser
trasmitidos y memorizados, sino procesos de una dinámica colectiva de
reflexión, de negociación y de evolución de significados. El profesor
debe investigar los procesos en el aula para ajustar su planeamiento
didáctico a los fenómenos que en ella ocurren y que rodean a sus alumnos, no
delegando a otros (agentes externos, técnicos en currículums, administración,
libro didáctico, orientador pedagógico, etc.) la toma de decisiones en relación
al qué, cómo, cuándo enseñar y cómo
evaluar, Medina (1994).
El currículum de Educación Ambiental debe ser el
resultado de un proceso de interacción y negociación, en el cual los
alumnos aportan sus experiencias vitales, concepciones y creencias personales,
sus valores, intereses, problemas y expectativas; y en el cual el educador
contribuye con una visión del conocimiento científico e histórico-social que
sería deseable adquirir, con la carga de metodologías y técnicas pedagógicas y
con su propia experiencia social y profesional, con el conjunto de problemáticas
y/o potencialidades socio-ambientales que interesa investigar, comprender y
transformar, con las concepciones filosóficas y con los valores éticos que pretende
construir junto a los educandos, Medina (1996).
Figura
2.6: El currículum de Educación Ambiental como proceso de interacción
profesor-alumno.
El educador debe planear sus acciones y definir su
modelo
didáctico
de acuerdo con los objetivos propuestos, sin olvidar, ni sustituir, el
proceso de aprendizaje de sus alumnos, y sin forzar los resultados esperados.
El profesor puede y debe tener un plan para guiarse,
sin confundir el planea miento con la dinámica de clase, prestando especial
atención a las situaciones inesperadas de aprendizaje que pueden presentarse
durante el trabajo.
Los educandos tienen intereses, motivaciones,
curiosidades, valores, creencias y propuestas que deben ser
consideradas por el profesor en el planeamiento de las actividades de Educación
Ambiental a ser desarrolladas.
Las actividades de Educación
Ambiental podrán ser planeadas en conjunto con los alumnos y, de esta forma,
permitir que éstos asuman un importante papel en la ejecución de los proyectos
de Educación Ambiental, responsabilizándose progresivamente de la realización
de tareas concretas relativas al tema y actuando en equipo, ejercitando en la
práctica la importancia de la cooperación y del trabajo en conjunto.
Se deben crear espacios de
discusión y negociación en la sala de aula que anuncien la construcción de
nuevos significados y valores de la transformación de las estructuras mentales
de los estudiantes.
"Ejercitar el diálogo en clase,
incentivar a los alumnos a dar sus opiniones, a manifestar sus acuerdos y
desacuerdos, avanzando y profundizando sus concepciones, posibilitando la
reestructuración de los esquemas cognitivos en un proceso dinámico de
reelaboración que permita la comprensión crítica de las situaciones concretas
del ambiente en que viven y la búsqueda de soluciones creativas que posibiliten
entender el papel de las intervenciones humanas en la definición de
alternativas de futuro, incentivando su participación responsable y
comprometida en la sociedad", (Medina, 1996).
Figura 2.7: Elementos del proceso de inserción
de la Educación Ambiental al currículum escolar.
Reconocemos que para
cumplir los objetivos propuestos para la Educación Ambiental el camino es
largo, complejo y difícil, y que serán necesarios inversiones importantes en capacitación
y orientación de los profesores y de los propios Multiplicadores de Educación
Ambiental en los Estados. Sin embargo, al mismo tiempo, reconocemos la necesidad
de estar a la altura de los desafíos que el inicio de este milenio nos depara y
que tenemos plena confianza que seremos capaces de construir conjuntamente con
los nuevos caminos de la Educación Ambiental
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