viernes, 28 de noviembre de 2014

Capítulo 2 ••

Formación de multiplicadores para educación ambiental
2.1. Breve reseña histórica del proceso de formación de multiplicadores en educación ambiental
2.1.1. La complejidad de la institución escolar
2.2. Educación ambiental
2.3. El papel del profesor en educación ambiental: reflexión sobre su práctica pedagógica
2.3.1. La formación de los profesores

2.3.2. Teoría y práctica docente para la educación ambiental 

Capítulo 2
FORMACIÓN DE MUL TIPLICADORES PARA
EDUCACION AMBIENTAL

Objetivo

-       Posibilitar la realización del análisis de la institución escolar y sus múltiples interrelaciones.
-       Fundamentar el análisis de la práctica pedagógica del profesor y la incorporación de la EA.
-       Discutir los diversos aspectos que deben estar involucrados en la formación de los profesores para la EA.


1. Presentado en el Seminario del Ministerio de Educación. MEC/ UNESCO, Salvador, 1998.

2.1. BREVE RESEÑA HISTÓRICA DEL PROCESO DE FORMACIÓN DE MULTIPLICADORES EN EDUCACIÓN AMBIENTAL


Los desafíos de la capacitación de profesores para el proceso de incorporación de la dimensión ambiental en los currículums de la Enseñanza Fundamental y Media, impulsan a la reflexión sobre las características de los docentes y los discentes, responsables por la efectiva implementación del proceso, y sobre la institución o escuela donde deberán ser producidos los cambios que rodean a las actividades de los agentes sociales mencionados.
El proceso de enseñanza-aprendizaje en Educación Ambiental se fundamenta en una visión compleja y sistémica de las realidades ambientales, concebidas como problemas y potencialidades, tendiendo a la comprensión de sus interrelaciones y determinaciones; al mismo tiempo, considera el papel y las características de las instituciones y agentes sociales involucrados, ubicados en un tiempo y espacio concretos.
La inclusión transversal de la Educación Ambiental en el currículum de los años iníciales, tal como se indicaba en los Parámetros Curriculares del Ministerio de Educación y Cultura - MEC - (PCNs, Convivencia Social, Ética y Medio Ambiente), implica la introducción de un proceso de innovación educativa, que involucra tanto a profesores como a alumnos y comunidad, es decir, el conjunto del colectivo escolar, implicando al mismo tiempo las instancias de decisión y responsabilidad de las Secretarías de Educación Estaduales con el apoyo de las Delegaciones del MEC en los Estados.
A partir de estas consideraciones, la Coordinadora de Educación Ambiental del MEC emprendió un proceso de sensibilización y capacitación continua de los técnicos de estas instituciones, iniciando, en 1996, el primer Curso de Multiplicadores en Educación
Ambiental con el objetivo de:
-       Formar teórica y metodológicamente técnicos en Educación, con el fin de orientar la inserción en el currículum de la Educación Ambiental.

-       Propiciar para los participantes condiciones técnicas y metodológicas para la construcción de una matriz de problemas socio-ambientales de su región, con la intención de promover la inserción transversal de los contenidos y actividades de Educación Ambiental en los currículums de la enseñanza fundamental y media.


-       Desarrollar junto a los participantes habilidades para: percepción ambiental, análisis crítico de la realidad ambiental global, nacional, regional y local, observación y registro de datos con enfoque etnográfico; utilización de otros lenguajes como formas de registro de información y estructuración de proyectos de Educación Ambiental.
En 1997, fue dictado el segundo Módulo del Curso de Multiplicadores en Educación Ambiental con el objetivo de:
-       Formar teórica y metodológicamente técnicos en Educación para orientar en la elaboración de la inclusión curricular de la Educación Ambiental y efectuar la capacitación de los profesores en esta área.
-       Dar a los participantes condiciones técnicas y metodológicas para la construcción de matrices pedagógicas, con el objetivo de promover la inclusión transversal de contenidos/actividades de Educación Ambiental en los currículums de la enseñanza fundamental y media.

-       Desarrollar con los participantes habilidades para el análisis y elaboración de directrices curriculares que puedan orientar a las escuelas en la realización de sus planos pedagógicos y actividades didácticas en el proceso de enseñanza aprendizaje en Educación Ambiental.


-       Propiciar condiciones para que los equipos estaduales, responsables de los currículums en los Estados, puedan hacer recomendaciones para el cumplimiento de los Parámetros Curriculares Nacionales - Convivencia Social, Ética y Medio Ambiente.
El desarrollo de los dos Módulos de Capacitación fue hecho con la utilización de la metodología PROPACC - Propuesta de Participación Acción para la Construcción del Conocimiento, Medina, N. M. e Santos, E. C. (1999).
Con el fin de dar continuidad al proceso de Capacitación de Multiplicadores, se lleva a cabo este Seminario Nacional, para poder así intercambiar experiencias entre los Técnicos de las Secretarias de Educación de los Estados y las Delegaciones del MEC.

2.1.1. LA COMPLEJIDAD DE LA INSTITUCION ESCOLAR


El análisis de la institución escolar y el conocimiento de las relaciones intra-escolares y de los diversos agentes sociales involucrados en el proceso de innovación curricular, son los primeros pasos necesarios para viabilizar el desarrollo de la inclusión de la dimensión ambiental en el currículum escolar.
En primer lugar, se debe considerar que la escuela está inmersa  en un determinado sistema educativo que, por su parte, se relaciona con un ambiente socio-cultural-histórico y natural específico y determinante, de características complejas  y en interrelación dinámica permanente.
Al mismo tiempo, la escuela administra y posibilita complejas relaciones entre personas, tanto internas, como externas, con intereses y expectativas diversas, grupos de poder que definen la micropolítica institucional, y relaciones personales conflictivas, diversos tipos de tensiones y grupos de presión diferentes, que producen en su conjunto la cultura del centro educacional.
En la figura 2.1 se intenta poner en evidencia alguna de las complejas relaciones que definen la cultura institucional, y que debe ser considerada y explicitadas cuando se pretenden implementar procesos de cambios educativos.
Estos elementos interactúan en la institución escolar y deben ser consideradas por los técnicos de las Secretarias de Educación de los Estados, con el fin de facilitar los procesos de innovación curricular
Figura 2.1: Relaciones que definen la cultura escolar. Fuente: modificado de García. 1995.

Una transformación de las modalidades de enseñanza aprendizaje escolar exige una comprensión global de  las relaciones señaladas y. muchas veces, la necesidad previa de e invertir esfuerzos  en resolver los conflictos existentes con la finalidad de comprometer en la ejecución de los cambios al colectivo escolar, de forma participativa desde el planeamiento hasta la ejecución de las nuevas experiencias educacionales.

2.2 EDUCACIÓN AMBIENTAL


 El tratamiento de la Educación Ambiental como tema transversal en el currículum escolar lleva a la profundización de las fuentes teóricas que fundamentan su teoría y su práctica pedagógica.
La Educación Ambiental, como proceso consistente en proporcionar a las personas una comprensión crítica y global del ambiente, que busca dilucidar valores, así como desarrollar actitudes que les permitan adoptar una posición  consciente  y Participativa con respecto a las cuestiones relacionadas  con la conservación  y la adecuada utilización de los recursos naturales, debe tener como objetivo la mejora de la calidad de vida y la eliminación de la pobreza extrema y del consumismo desenfrenado,
“La Educación Ambiental propone la construcción de relaciones sociales, económicas y culturales, capaces de respetar y de incorporar las diferencias (minorías étnicas, poblaciones  tradicionales), la perspectiva de la MUJER Y LA LIBERTAD PARA DECIDIR CAMINOS alternativos  de desarrollo sostenible, respetándose los límites de los ecosistemas , sustrato de nuestra propia posibilidad de supervivencia de la especie” ( Medina, 1998)
La Educación Ambiental se presenta como una de las alternativas de transformación de la Educación en el ámbito  de un nuevo paradigma en construcción y de nuevas formas de pensar, de interpretar y de actuar en el mundo, capaz de posibilitar la superación de la visión positivista, instrumental y tecnocrática que caracteriza a la civilización  contemporánea y que se manifiesta  a través de la crisis global y generalizada de este inicio de siglo.
“Creemos que actualmente la EA se puede fundamentar en una reelaboración teórica y práctica de los principios de tres perspectivas teóricas emergentes : en primer lugar, la Teoría crítica, que suprime  la visión técnica e instrumental; en segundo lugar, la concepción de una perspectiva Compleja de la realidad del conocimiento y de los procesos de enseñanza-aprendizaje y, por último, los aportes del Constructivismo en el sentido amplio del término, como proceso individual y social de construcción de los conocimientos significativos. (Medina, 1996).

Figura2.2 Tres perspectivas teóricas emergentes que pueden fundamentar la Educación Ambiental
Se reconoce que las experiencias  compartidas, el diálogo y la reflexión colectiva, son algunos de los factores que contribuyen  a la construcción de sentidos libremente compartidos. Se acepta la existencia de varias  direcciones posibles para el desarrollo sostenible, concibiéndose el futuro como posibilidad abierta. Al mismo tiempo, se percibe claramente que la imposición social, política, económica o cultural de significados conduce  a la dominación y a la alienación vigente en la actualidad.
La Educación Ambiental es un instrumento imprescindible  para la consolidación de los nuevos modelos  de desarrollo sostenible con injusticia social, tendiendo a la mejoría de la calidad de vida de las poblaciones implicadas, en sus aspectos  formales y no formales, como proceso participativo a través del cual el individuo y la comunidad construyen nuevos valores sociales y éticos, adquieren conocimientos actitudes, competencias y habilidades volcadas para el cumplimiento  del derecho a un ambiente ecológicamente equilibrado en pro del bien de las generaciones presentes y futuras.
En el momento en que la educación postula como objetivo central la formación de los ciudadanos, los principios anteriormente mencionados no nos parecen hoy suficientes.
“En su aplicación en la práctica pedagógica, las concepciones  iníciales de la Educación Ambiental han derivado hacia una relativa ingenuidad ideológica, orientando la educación ambiental hacia una simple sensibilización de las personas en relación a la Naturaleza, como ya analizamos en nuestro trabajo. Sobre la vertiente ecológica de la Educación Ambiental. Se observa, también, un mayor o menor grado de trivialización conceptual de los temas ambientales y un cierto inductismo pedagógico, limitado a la observación del medio “(Medina, 19971)
Por ejemplo, en la Ia Conferencia nacional de Educación Ambiental, realizada en 1997, se verificó  que el mayor porcentaje de los proyectos de Educación Ambiental en ejecución en ese momento en Brasil, es decir, el 26%, considerando los abordajes pedagógicos que  los caracterizan, se encuadraban dentro de la vertiente Ecológico-preservacioncitas por priorizar una concepción reduccionista del ambiente, centrada en la preservación y en la conservación de la naturaleza., Icnea (1997).

Las  necesidades de capacitación de los agentes sociales responsables de la Educación Ambiental también se explicitan en ese documento, y tanto a nivel gubernamental como no gubernamental, en el cual 64% del personal implicado en la ejecución de Proyectos de Educación Ambiental manifiestan necesitar capacitación.

En el mismo documento, en el análisis de las respuestas de los 470 formularios procesados, Solamente  el 9.1% responden que conocen y utilizan en su trabajo los parámetros referenciales  nacionales e internacionales de la Educación Ambiental, tal y como  son referidos  en la Conferencia de Tbilisi( 1977), en el Tratado de Educación Ambiental para Sociedades Sostenibles (1992), en la Agenda 21, capítulo36,(1992) y en el Programa Nacional de Educación Ambiental, PRONEA(1994),ICNEA(1997).
Los datos anteriores reafirman la urgencia de iniciar procesos de capacitación de recursos humanos tanto a nivel de la Educación Ambiental formal, como a nivel de la Educación Ambiental no formal o comunitaria.
En lo que compete  a la Educación Ambiental, se trata esencialmente de la construcción de una nueva visión de las relaciones del hombre con un ambiente natural y social, y de la adopción de nuevas posturas éticas, personales y colectivas, tendiendo a la adquisición de una visión crítica y transformadora de la realidad y de una actitud comprometida de los sujetos con la participación efectiva en las definiciones del futuro tanto personal como social.
Actualmente, se puede verificar en la reflexión de los educadores ambientales una transformación de estas ideas, observándose que comienzan a concebirlas como una generación de conductas ambientalmente responsables en un ámbito de actuación de ciudadanía calificada en la sociedad y en la utilización de los recursos de la naturaleza.


2.3 EL PAPEL DEL PROFESOR EN EDUCACIÓN AMBIENTAL: REFLEXIÓN SOBRE SU PRÁCTICA PEDAGOGICA.


El profesor es el agente de las transformaciones curriculares que se pretenden desarrollar, por lo que el primer aspecto a reflexionar junto a él es su propia práctica pedagógica.
-       Cuáles son las causas  de su práctica?
-       Qué presupuestos, valores y creencias conscientes o inconscientemente se revelan en ella? De dónde proceden?
-       Qué prácticas sociales expresan?
-       A qué intereses sirven?

Así, si el profesor analiza detenidamente su propia práctica pedagógica, ésta se convierte en una fuente de información riquísima y pertinente cuando el objetivo propuesto es el cambio de su comportamiento en el aula , ya sea al identificar los sucesos significativos de la enseñanza-aprendizaje, a los cuales su práctica actual lo conduce, ya sea al verificar las regularidades de sus acciones docentes y sus contradicciones:  qué formas  de trabajo resultan  más satisfactorias y conducen a sus alumnos a construir conocimientos nuevos o a comprender  qué relaciones existen entre lo que sostienen la teoría  y lo que efectivamente se realiza en la práctica, o también a reconocer los sucesos no significativos de su práctica de enseñanza y poder corregirlos a fin de obtener mayor éxito en las acciones docentes efectuadas.
Cuando nos enfrentamos con la necesidad de mejorar e innovar nuestra práctica cotidiana en las escuelas, debemos, como primer paso, partir del análisis y de la comprensión de aquello que efectivamente “hacemos” en el  aula.

Solamente desde el reconocimiento de nuestras acciones, reales y concretas, podemos empezar un proceso de transformación y renovación educativa.
El esquema de la figura 2.3 nos orientará para realizar estos análisis. Al responder con sinceridad las preguntas y registrar nuestras diferentes respuestas, estaremos empezando un proceso de reflexión sobre nuestro quehacer educativo, el cual nos permitirá aclarar las presunciones, teorías implícitas, valores y creencias, que consciente o inconscientemente tenemos. De esta manera, se obtiene una visión más clara del porqué se actuó de una determinada forma  y no de otra (Confrontar  e Informar); dónde y cómo puedo identificar los untos de entrada con el fin de empezar el camino de transformaciones para desarrollar una práctica educativa coherente y comprometida con las necesidades de la sociedad contemporánea (reconstruir).
Describir mi práctica, me permitirá “comprender” mi “estilo docente” y reconocer los aspectos positivos y negativos en él contemplados. Asimismo, podrá reconocer cuáles son los cambios que puedo introducir con el fin de mejorarla y qué elementos deben ser mantenidos o ampliados (Describir y Desconstruir).
Recuerde cuántas veces usted salió satisfecho de una clase y al año siguiente no consiguió recordar más lo que hizo, o inversamente, cuántas veces sintió que su clase no fue bien llevada, pues los alumnos no consiguieron comprender los conceptos trabajados, pero no recuerda lo que pensó que podría haber hecho para mejorar.
Figura 2.3: Reflexión docente durante la práctica pedagógica.
En consecuencia, desde este análisis que podré, entonces, reconstruir mi práctica docente, incorporando las innovaciones pedagógicas a ser realizadas y verificando la importancia de los cambios realmente significativos para alcanzar los objetivos de una educación  comprometida con la formación de una ciudadanía  crítica y pro-activa.
Este proceso de análisis crítico, que implica un proceso de confrontar, describir, analizar críticamente y reconstruir la práctica pedagógica, constituye u paso previo para la incorporación de nuevas posturas inherentes a la inclusión de la Educación Ambiental en la práctica cotidiana de los profesores y, por lo tanto, un primer paso en su proceso de `capacitación y de compromiso  para con una nueva praxis educativa.

2.3.1 LA FORMACIÓN D ELOS PROFESORES.


La Educación Ambiental concibe al profesor como un sujeto que aprende, es decir, como un agente de su propia formación. La capacitación en esta área pretende ser un proceso proactivo de sujetos que interactúan y construyen los nuevos conocimientos de forma continua y participativa dentro de un proceso de acción reflexión-acción sobre la praxis pedagógica y social ejercida en la realidad escolar y en el ambiente socio-cultural y natural donde la escuela está inmersa.
Otro elemento básico para el trabajo en Educación Ambientales desarrollar en el profesor cualidades específicas  para el trabajo en equipo, condición imprescindible para desarrollar programas de Educación Ambiental.
En la tabla 2.1 se muestran algunas de las características que el profesor debe reunir para desarrollar la formación en Educación Ambiental.
CARACTERISTICAS IDENTIFICADAS PARA LA FORMACION EN EDUCACION AMBIENTAL
Físico-emocionales
Socio psicológicas
Personal-intelectuales
       Autoestima
       Aceptación de sí mismo y de los otros
       Confianza en sí mismo
       Gusto por lo nuevo
       Experimentación
       Creatividad
       Poca resistencia a los cambios
       Buenas relaciones sociales y de amistad
       Compañerismo
       Capacidad para interacciones sociales e intelectuales
       Trabajo en equipo
       Cooperación
       Solidaridad
       Aceptación de las diferencias
       Capacidad de negociación y
       consensos
       Placer en la estimulación intelectual
       Aceptación y búsqueda de nuevos conocimientos
       Gusto por los desafíos teórico-prácticos
       Búsqueda de experiencias estéticas y éticas
       Capacidad técnica de innovación pedagógica y metodológica
Tabla 2.1. Características necesarias a cumplir para el desarrollo de la formación en Educación Ambiental.


Consideremos necesario especificar que, a fin de desarrollar un trabajo efectivo en las escuelas. Es preciso distinguir entre lo que se considera un trabajo de equipo y un grupo de trabajo.
Generalmente, un grupo de trabajo se nombre por la autoridad competente para resolver un problema concreto o en referencia a una tarea temporal. Por lo tanto, posee una existencia limitada en el  espacio y en el tiempo. La colectividad de este tipo de grupo es impuesta, forzadas, regulada y prescindible., y se orienta a objetivos limitados  o a la  implantación de algún tipo de reforma o solución de problemas. No se crean lazos afectivos entre las personas, ni hay preocupación con el crecimiento individual y colectivo del grupo.
Por trabajo en equipo se entiende la reunión voluntaria de un grupo de personas con intereses y motivaciones  comunes que se reúnen alrededor  de un objetivo común, de mejora de la calidad de la educación y de su propia formación, para buscar alternativas de construcción de conocimientos y formas metodológicas creativas de enseñanza aprendizaje.
Un grupo de Educación Ambiental se forma de manera natural y espontánea en torno de objetivos compartidos, orientándose hacia el desarrollo personal y colectivo. Persiste naturalmente a lo largo del tiempo y, en el las personas evolucionan tanto conceptual como afectivamente, reforzando sus niveles de compromiso y de crecimiento del equipo. Dicho equipo es capaz de evaluar las acciones colectivas e individuales y de realizar autocrítica, tendiendo siempre a la mejora de la actividad que está siendo desarrollada. En él, sus miembros establecen entre sí un dominio lingüístico que les permite avanzar, a pesar de las diferencias de sus formaciones iníciales, creando lazos afectivos y de apoyo mutuo que refuerzan la continuidad y la calidad del equipo.
El trabajo en equipo se constituye en un instrumento imprescindible para el planeamiento y la ejecución de actividades de Educación Ambiental en el currículum escolar. Los equipos de las Secretarias de Educación de los Estados deberán motivar a las autoridades escolares y a los profesores para la constitución, evolución y permanencia de los equipos de Educación Ambiental en las escuelas. Estos equipos deberán aprovechar el espacio de las Jornadas Pedagógicas para incluir en ellas la capacitación para la Educación Ambiental, mostrando la importancia de ésta para todas las disciplinas y, especialmente, para el desarrollo de un proceso efectivo de enseñanza aprendizaje, así como, para la mejora de la calidad de la educación, superando el preconcepto que la Educación Ambiental debe ser preocupación de las Ciencias Naturales y, en especial, de la Biología.
En virtud de que la responsabilidad y el compromiso mayor en la implementación de procesos de innovación educativa corresponden a los profesores, los esfuerzos de capacitación de los Multiplicadores de Educación Ambiental del MEC en los Estados, deberán centrarse en las necesidades y en los problemas que ellos presentan para el inicio de la inclusión de los temas transversales en los currículums.
Es posible imaginar que estas necesidades se localizan tanto en la falta de conocimientos teóricos en relación a los procesos de elaboración curricular, planes de aula, programación de unidades didácticas y/o núcleos temáticos de Educación Ambiental, como en el manejo metodológico de los temas transversales, entre otros.
También se puede atribuir la aparición de necesidades referidas al proceso organizacional y administrativo de la institución escolar, a la falta de espacio y de tiempo para el planeamiento conjunto y para la realización de trabajos en equipo.
Se podría diagnosticar, además, la falta de un conocimiento actualizado sobre la temática ambiental, en general, y sobre la Educación Ambiental, en particular, ocurriendo lo mismo con las dificultades en la elaboración de proyectos educativos en Educación Ambiental.
Estas necesidades exigen una atención especial por parte de las Secretarias de Educación de los Estados en el planeamiento de las capacitaciones de los profesores de las escuelas y, también, de las propias instituciones escolares al realizar su planeamiento anual, considerando la autonomía de la escuela, para solicitar y/o priorizar los temas de sus jornadas pedagógicas.
Con el fin de viabilizar un auténtico compromiso de los profesores con su formación en el trabajo, los Multiplicadores de Educación Ambiental en los Estados y los responsables por la Educación Ambiental en las Delegaciones del MEC, deberán realizar esfuerzos para:
-       Sensibilizar a los directores de las escuelas y a los orientadores pedagógicos en relación a la importancia de la formación de equipos de trabajo para pensar e implementar los temas transversales en los currículums escolares, en especial, los referidos a la convivencia social, ética y medio ambiente. Dicho de otra manera, trabajar con ellos la importancia de la capacitación de los profesores en Educación Ambiental para una mejora significativa de la enseñanza en todos los niveles y disciplinas escolares.
-       Sensibilizar y comprometer a los Prefectos y a los Secretarios de Educación de los Municipios con el fin de extender el proceso a las escuelas municipales.
-       Incentivar (y controlar) a los responsables de la enseñanza privada a realizar las actividades que permitan incluir la dimensión ambiental en todos los niveles de la enseñanza y asumir el compromiso con la responsabilidad de la capacitación efectiva de sus profesores en este área.

2.3.2. TEORIA Y PRÁCTICA DOCENTE PARA LA EDUCACION AMBIENTAL


En la práctica escolar se entrelazan diversas teorías que interfieren en el proceso de
enseñanza-aprendizaje y fundamentan la práctica pedagógica en los centros educativos y en las aulas de los profesores.
-       Teorías de la educación. Enfoques pedagógicos que conducen a una comprensión multidimensional de la Educación Ambiental.

-       Teorías curriculares. Posibilitan una explicación del qué, del por qué, del para qué y de cómo enseñar.

-       Teorías de enseñanza. Permiten el análisis del proceso de comunicación y de estructuración de significados, de campos de aprendizaje y de la construcción de los conocimientos.

-        Teorías de organización. Posibilitan el análisis y la comprensión de las  complejas esferas institucionales, sociales y ambientales, en que ocurren los procesos de enseñanza-aprendizaje.
La práctica docente del profesor en Educación Ambiental se refleja en la reconstrucción del proceso enseñanza-aprendizaje. Se la puede analizar considerando tres niveles:
-       Nivel 1. Corresponde a los valores y provee al profesor de las justificativas éticas, políticas y filosóficas en las cuales fundamenta su acción docente.

-       Nivel 2. Corresponde a su proceso de formación profesional para el ejercicio del magisterio, es decir, el conocimiento de su disciplina y el conocimiento pedagógico y didáctico.

-       Nivel 3. En este nivel se sintetizan los dos niveles anteriores, ya sea en su práctica docente en la sala del aula o en los procesos educativos que desarrolla con sus alumnos, es decir, cómo educa efectivamente en su práctica cotidiana: qué contenidos maneja, cómo los trabaja, cómo los evalúa, etc.
Toda pretensión de modificar la práctica docente necesita de un análisis individual   colectivo de estos niveles a fin, de que el docente pueda determinar la coherencia teórico-práctica de sus acciones pedagógicas y de los caminos metodológicos que aseguren la transformación de sus posturas educativas.

Figura 2.4: Niveles de reconstrucción del proceso educativo.

Al planear las actividades de Educación Ambiental, el profesor deberá considerar la necesidad de la construcción de conocimientos significativos y el propósito y la finalidad que lo están conduciendo a seleccionar para enseñar un contenido específico, un concepto o una habilidad concreta, en un determinado nivel cognitivo, para un grupo de estudiantes en un contexto espacio-temporal específico.
Asimismo, deberá comprender y considerar los conocimientos anteriores, las habilidades, el interés y la motivación de los estudiantes frente al tema seleccionado.

Por ejemplo, considerar, entre otros, los siguientes aspectos:
-       Las concepciones previas del estudiante y los posibles errores conceptuales sobre tópicos importantes dentro del tema ambiental seleccionado.

-       La creencia del estudiante con respeto a sus habilidades para tener éxito en una modalidad diferente de enseñanza-aprendizaje.

-       Los estilos cognitivos, afectivos y físicos de los estudiantes.

-       Cómo incentivar el aumento de la autoestima de los estudiantes y de la confianza en sus posibilidades significativas de aprendizaje.

-       La transformación de las concepciones que los estudiantes tienen del tema ambiental a lo largo del tiempo; la comprensión más global de los diversos factores complejos que se interrelacionan en la explicación de un sistema ambiental, desde los aspectos locales, hasta los globales.

-       La incorporación de nuevos valores y formas de pensar.

-       El desarrollo de la capacidad de trabajo en equipo, colaboración, solidaridad y responsabilidad en el grupo y del trabajo individual y colectivo.

-       El desarrollo de la autonomía y de la capacidad de participación.

-       El crecimiento de la creatividad y la capacidad de comprometerse en la búsqueda de soluciones nuevas a los problemas ambientales.

-       Las formas más apropiadas de representación del contenido para un grupo de alumnos dado: metáforas, explicaciones, ilustraciones, ejemplos, investigaciones, trabajos de campo y laboratorio, etc., que hacen el contenido comprensible e interesante para los alumnos.

-       Escoger, criticar, adaptar, crear y utilizar materiales y recursos didácticos adecuados al tema ambiental en análisis.

-       El ejercicio de la capacidad de presentar respuestas innovadoras y soluciones a los problemas y análisis de nuevas perspectivas y puntos de vista.

-       La práctica de interpretar y analizar críticamente las situaciones socioambientales y comprender el papel de las intervenciones humanas.

-       El análisis crítico del proceso histórico-social del problema o potencialidad ambiental considerada.

-       La comprensión de los diversos tipos de fenómenos y de los diferentes niveles de conocimientos científicos, socio-culturales y éticos, involucrados en la explicación del tema ambiental en estudio.

-       Las expectativas de los padres y de la comunidad con respecto a los alumnos, y las expectativas de los alumnos con respecto a sí mismos y de la educación.
El profesor precisa tener un buen nivel de conocimiento de las estrategias didácticas y de los métodos de enseñanza que hacen que un contenido complejo sea comprensible e interesante para los estudiantes y que promueva un desarrollo conceptual del contenido y de las estructuras mentales del alumno, al mismo tiempo que propician el desarrollo integral de los alumnos y el ejercicio práctico de la ciudadanía.

Deberá desarrollar la capacidad de crear estrategias y métodos de evaluación cualitativa apropiados para la Educación Ambiental y adecuados a la situación concreta de aprendizaje en consideración.
Deberá propiciar la organización participativa, interdisciplinaria y transversal de los problemas y potencialidades ambientales y de las diversas disciplinas envueltas en el estudio del núcleo temático, a partir del trabajo en equipo, tanto por parte de los profesionales comprometidos en el desarrollo de la unidad de aprendizaje, como de los estudiantes.
De un modo esquemático, podríamos sintetizar las dimensiones del proceso de capacitación de los profesores para la Educación Ambiental como la interrelación dinámica de las dimensiones personales y éticas con la dimensión socio-ambiental y la profesional.
Figura 2.5: Dimensiones del desarrollo del profesor de Educación Ambiental.

Para finalizar, haremos una reflexión conjunta en relación al papel de la Educación Ambiental como tema transversal en los currículums escolares, resaltando nuevamente su importancia para la mejora de la calidad de la educación y para la construcción de una ciudadanía ambiental capaz de definir y construir nuevos escenarios futuros, que incluyan la posibilidad de justicia social y felicidad humana.
La construcción de conocimientos en los contextos educativos está fundamentada en la negociación de diferentes significados. Debe ser un proceso democrático, en el cual todos tienen la posibilidad de emitir juicios críticos sobre el conocimiento, sobre la realidad y sobre las opciones posibles a ser definidas.
Este proceso democrático es una condición indispensable para construir y compartir nuevos significados (y no imponerlos, como se hacía en la escuela tradicional). Para trabajar con significados compartidos, es necesario que las relaciones en la clase se basen en el respeto a las opiniones y la libertad de expresión de los diversos puntos de vista, tanto de los docentes como de los discentes.
Los educadores y los formadores ambientales deben desarrollar una doble dimensión de su profesión: constituir los facilitadores del aprendizaje de sus alumnos e investigar su propia actividad profesional.
El profesor debe ayudar, facilitar y dinamizar el proceso de hacer evolucionar los conceptos de los sujetos del proceso de aprendizaje. En nuestra concepción, no existen conocimientos prontos para ser trasmitidos y memorizados, sino procesos de una dinámica colectiva de reflexión, de negociación y de evolución de significados. El profesor debe investigar los procesos en el aula para ajustar su planeamiento didáctico a los fenómenos que en ella ocurren y que rodean a sus alumnos, no delegando a otros (agentes externos, técnicos en currículums, administración, libro didáctico, orientador pedagógico, etc.) la toma de decisiones en relación al qué, cómo, cuándo enseñar y cómo evaluar, Medina (1994).
El currículum de Educación Ambiental debe ser el resultado de un proceso de interacción y negociación, en el cual los alumnos aportan sus experiencias vitales, concepciones y creencias personales, sus valores, intereses, problemas y expectativas; y en el cual el educador contribuye con una visión del conocimiento científico e histórico-social que sería deseable adquirir, con la carga de metodologías y técnicas pedagógicas y con su propia experiencia social y profesional, con el conjunto de problemáticas y/o potencialidades socio-ambientales que interesa investigar, comprender y transformar, con las concepciones filosóficas y con los valores éticos que pretende construir junto a los educandos, Medina (1996).
Figura 2.6: El currículum de Educación Ambiental como proceso de interacción profesor-alumno.


El educador debe planear sus acciones y definir su modelo didáctico de acuerdo con los objetivos propuestos, sin olvidar, ni sustituir, el proceso de aprendizaje de sus alumnos, y sin forzar los resultados esperados.
El profesor puede y debe tener un plan para guiarse, sin confundir el planea miento con la dinámica de clase, prestando especial atención a las situaciones inesperadas de aprendizaje que pueden presentarse durante el trabajo.
Los educandos tienen intereses, motivaciones, curiosidades, valores, creencias y propuestas que deben ser consideradas por el profesor en el planeamiento de las actividades de Educación Ambiental a ser desarrolladas.
Las actividades de Educación Ambiental podrán ser planeadas en conjunto con los alumnos y, de esta forma, permitir que éstos asuman un importante papel en la ejecución de los proyectos de Educación Ambiental, responsabilizándose progresivamente de la realización de tareas concretas relativas al tema y actuando en equipo, ejercitando en la práctica la importancia de la cooperación y del trabajo en conjunto.
Se deben crear espacios de discusión y negociación en la sala de aula que anuncien la construcción de nuevos significados y valores de la transformación de las estructuras mentales de los estudiantes.
"Ejercitar el diálogo en clase, incentivar a los alumnos a dar sus opiniones, a manifestar sus acuerdos y desacuerdos, avanzando y profundizando sus concepciones, posibilitando la reestructuración de los esquemas cognitivos en un proceso dinámico de reelaboración que permita la comprensión crítica de las situaciones concretas del ambiente en que viven y la búsqueda de soluciones creativas que posibiliten entender el papel de las intervenciones humanas en la definición de alternativas de futuro, incentivando su participación responsable y comprometida en la sociedad", (Medina, 1996).
Figura 2.7: Elementos del proceso de inserción de la Educación Ambiental al currículum escolar.
Reconocemos que para cumplir los objetivos propuestos para la Educación Ambiental el camino es largo, complejo y difícil, y que serán necesarios inversiones importantes en capacitación y orientación de los profesores y de los propios Multiplicadores de Educación Ambiental en los Estados. Sin embargo, al mismo tiempo, reconocemos la necesidad de estar a la altura de los desafíos que el inicio de este milenio nos depara y que tenemos plena confianza que seremos capaces de construir conjuntamente con los nuevos caminos de la Educación Ambiental

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