viernes, 28 de noviembre de 2014

La destrucción de los hábitats naturales

La destrucción de los hábitats naturales es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo. Los bosques tropicales, sin duda los principales almacenes de biodiversidad del planeta, están desapareciendo a un ritmo vertiginoso. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), entre 1980 y 1990 su extensión se ha reducido a una media de 15.4 millones de Has. al año.

La deforestación de las áreas tropicales es, en gran medida, responsabilidad de los países desarrollados, ya que son éstos los principales consumidores de las maderas extraídas de estas zonas.

Fragmentación

Campos de cultivo, áreas urbanas, carreteras y autopistas constituyen barreras infranqueables para numerosas especies. Para estos seres vivos, su hábitat natural ha pasado de ocupar extensas áreas ininterrumpidas a quedar dividido en fragmentos aislados de menor extensión. Es el efecto conocido como fragmentación de los hábitats, responsable de la extinción local de numerosas especies. Cuando un cierto número de individuos de una especie queda confinado en una pequeña porción de territorio, el peligro de extinción es mucho mayor, ya que el tamaño de la población es pequeño y es más probable que una perturbación dé al traste con la viabilidad del grupo.

Campos sin vida

Algunos paisajes rurales tradicionales han sabido combinar de forma admirable la producción con la conservación de la vida silvestre. La aparición de la moderna agricultura industrial, basada en la especialización y el uso masivo de fertilizantes y pesticidas produce una brusca disminución de especies. En los países más intensamente explotados por estas nuevas formas de agricultura industrial se ha acuñado el término de desierto verde, para referirse a estos nuevos paisajes rurales, muy pobres en vida silvestre.

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Razones para conservar

Apariencias que engañan

En las modernas ciudades del primer mundo, tan ajenas a los ritmos naturales, los ciudadanos tienen a menudo la sensación de haberse "liberado" de nuestra ancestral dependencia de la vida silvestre. Pero se trata tan sólo de un espejismo: en realidad, cada día, sin saberlo, utilizamos cientos de productos que deben su origen a las plantas y los animales silvestres. He aquí algunos ejemplos:

El pan que comemos cada día. Las producciones de trigo o maíz se mantienen gracias a cruzamientos frecuentes de las razas comerciales con sus parientes silvestres. En definitiva, podemos disfrutar de nuestro pan de cada día gracias a la variabilidad genética que queda en los parientes silvestres de las plantas cultivadas.

Medicinas. Cuando el médico nos receta un medicamento existe un 50% de posibilidades de que esa medicina deba su origen a un ser vivo silvestre.

Modelos. Las especies silvestres no sólo nos proporcionan materias primas, sino también modelos que inspiran a los investigadores en el diseño de medicinas sintéticas o productos industriales. Por ejemplo, los científicos habrían tenido grandes dificultades para diseñar el caucho sintético si no hubieran tenido un esquema que copiar en la estructura molecular del caucho natural.

Para que la vida siga

Paradójicamente es la vida la que mantiene las condiciones necesarias para que la vida siga. Los seres vivos participan en los grandes ciclos terrestres (ciclo del carbono, ciclo del nitrógeno) tan esenciales para los seres vivos. La propia composición de la atmósfera terrestre está regulada por la vida Es un círculo vicioso lleno de sentido.

Ética

Los argumentos de tipo ético para la conservación de la biodiversidad podrían resumirse en estos dos interrogantes: ¿Tenemos derecho a hurtar ese patrimonio magnífico que es la biodiversidad a las generaciones que vienen detrás de nosotros? ¿Tenemos derecho a eliminar a los seres vivos que comparten con nosotros esta "casa común" que es el planeta Tierra?

Estética

La diversidad de la vida no sólo es fuente de beneficio material sino también de bienestar espiritual. Para muchos la biodiversidad es sinónimo de belleza y de inspiración y su contemplación o estudio resulta una actividad enormemente gratificante.

La diversidad de la vida, gestada a lo largo de 4,000 millones de años, es el gran tesoro del planeta
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Ir a Biodiversidad II

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La Atmósfera

Autores: Carmen Orozco Barrenetxea y Antonio Pérez Serrano

La biosfera es un sistema que engloba a todos los seres vivientes de nuestro planeta así como el aire, el agua y el suelo que constituyen su hábitat o lugar donde se desarrolla normalmente su ciclo vital. Para el mantenimiento de este ciclo vital es esencial que el equilibrio ecológico no se altere, lo que implica la necesidad de evitar acciones que puedan modificarlo de alguna manera o puedan introducir cambios en cualquiera de los agentes implicados en el mismo, uno de los cuales, de importancia extraordinaria, es sin ninguna duda la atmósfera.

¿Cuáles son los indicadores más importantes de la contaminación que sufre la atmósfera?

Responder a esta pregunta de forma exhaustiva nos exigiría un análisis pormenorizado de la cantidad y naturaleza de las especies existentes actualmente en la atmósfera terrestre. Analicemos únicamente tres hechos que son materia de preocupación por parte de la sociedad:

El posible cambio climático ocasionado por el denominado "efecto invernadero" y la disminución de la capa de ozono de la estratosfera.
El incremento de radiaciones de alta energía en la superficie de nuestro planeta como consecuencia también de esa destrucción del ozono estratosférico.
El deterioro de los ecosistemas y los materiales terrestres ocasionado por la lluvia ácida.
Radiación solar incidente sobre la tierra - Reemisión de radiación de la tierra a la atmósfera

La radiación que, proveniente del sol, alcanza la atmósfera terrestre corresponde fundamentalmente a las zonas del ultravioleta, visible e infrarrojo (UV, VIS e IR). Las radiaciones de la zona del UV son muy energéticas y por tanto capaces de producir alteraciones en las sustancias; la mayor parte de ellas son detenidas en las capas más externas de la atmósfera terrestre, ionosfera y mesosfera; las que consiguen atravesar estas capas son frenadas por el ozono (O3) presente en la estratosfera. Las radiaciones de IR son también absorbidas por algunos de los componentes de la atmósfera como el dióxido de carbono (CO2), el vapor de agua y el monóxido de dinitrógeno (N2O). El resultado de todo ello es que a la superficie de nuestro planeta la radiación que llega es, esencialmente, de la zona del visible. Esta radiación es absorbida por la tierra salvo una pequeña parte que es reflejada, acumulándose en forma de calor, y por la noche es reemitida al espacio. Sin embargo, hay una diferencia muy importante entre esta radiación y la que provenía del sol: la radiación que emite la superficie terrestre pertenece en su mayor parte a la zona del infrarrojo, es decir, es una radiación eminentemente térmica. Sólo una pequeña parte de la misma es capaz de atravesar la troposfera pues la mayor parte es absorbida por los componentes naturales del aire que hemos señalado, quedando retenidas entre la tropopausa y la superficie de la tierra, lo que provoca un calentamiento de esta zona de la atmósfera.

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Efecto Invernadero

El calentamiento que acabamos de mencionar se conoce con el nombre de "efecto invernadero natural" y gracias a él es posible la vida en nuestro planeta. Sin embargo, el espectro de absorción de los gases de efecto invernadero no es continuo, existen ciertas zonas en el mismo, denominadas ventanas, en las que la absorción es muy baja, por lo que permiten el paso de la radiación a través de ellas. Cualquier alteración de la atmósfera que contribuya a cerrar las ventanas mencionadas se traducirá en una mayor retención de radiación y, en última instancia, en un mayor calentamiento del aire de la troposfera. Este calentamiento adicional al efecto invernadero natural es lo que se denomina "efecto invernadero antropogénico" o, simplemente, "efecto invernadero" cuando estamos hablando del fenómeno que actualmente nos preocupa.

¿Cuáles son las causas que pueden contribuir a cerrar las "ventanas"?

Existen dos posibilidades:

Aumento de la concentración de algunos gases, que son componentes naturales del aire, por emisiones antropogénicas de los mismos: CO2, CH4, y N2O responsables, respectivamente, de un 50%, 18% y 6% del efecto invernadero.
Emisión de gases que no forman parte de la composición del aire de forma natural. Es el caso de los clorofluorocarbonos y el ozono troposférico, considerados causantes del 17% y 9% del efecto invernadero.
Las actividades humanas que provocan el incremento de estos gases en la atmósfera son muchas pero podríamos resumirlas así:

El aumento del consumo de carburantes fósiles, la deforestación, la obtención de importantes cantidades de cemento, conducen a un incremento de las emisiones de CO2.
Los procesos de tratamiento de carburantes, fugas en explotaciones mineras, distribución de gas natural, cría de ganado y cultivos intensivos aumentan las emisiones de metano, (CH4).
Los CFC´s se emplean en numerosas actividades, aunque su uso está disminuyendo.
La concentración de ozono en la troposfera está aumentando debido a que las combustiones liberan a la atmósfera compuestos capaces de originarlo.
Las emisiones de N2O aumentan debido al incremento del uso de abonos nitrogenados en la agricultura que al descomponerse generan este gas.
Relación entre el Aumento de Dióxido de Carbono
y la Temperatura a lo largo del Tiempo
Relación CO2-Temperatura
 Fuente: "El Clima" Investigación y Ciencia
¿Qué daños ocasiona el efecto invernadero?

Fundamentalmente un aumento de la temperatura media del planeta. Se acepta que, si el ritmo de incremento se mantiene, hacia finales del año 2100 el aumento oscilará entre 3,5 - 4,2 ºC. Esta variación de temperatura inducirá un cambio climático, entre cuyas principales consecuencias podríamos citar los siguientes fenómenos: habrá un régimen de tormentas más intenso, una distribución desigual de las precipitaciones, lo que originará fuertes sequías y desertización de unas zonas, mientras que en otras se producirán graves inundaciones, los bosques se desplazarán a latitudes mayores, los casquetes polares se fundirán en parte con la consiguiente elevación de los niveles del mar.

Nuestro estilo de vida influye en efectos
tan globales como el efecto invernadero, la lluvia ácida o el deterioro de la capa de ozono
La Ciudad y la Atmósfera

La Atmósfera
2da. Parte

Autores: Carmen Orozco Barrenetxea y Antonio Pérez Serrano

El Deterioro de la Capa de Ozono
Causas y Efectos

La estratosfera tiene un contenido en ozono que oscila entre un mínimo de ~25 ppb y un máximo de ~190 ppb (partes por billón = cc/m3) a causa del equilibrio alcanzado entre los procesos de formación - destrucción de esta especie por acción de la radiación UV que llega a la misma.

Es un hecho constatado la disminución paulatina de estas concentraciones de ozono estratosféricas, hecho que es particularmente notable durante los meses de septiembre y octubre en las zonas polares, aunque también sobre otras regiones del mundo se viene observando el mismo problema.

¿Cuáles son las causas de esta disminución de ozono en la estratosfera?

Las investigaciones realizadas han conducido a establecer que son principalmente los clorofluorocarbonos [CFC´s], y, en menor medida, los óxidos de nitrógeno emitidos directamente en la estratosfera los causantes de este grave problema.

Debido a su gran estabilidad, los CFC´s son capaces de difundirse hasta la estratosfera donde, al verse sometidos a radiaciones más energéticas, liberan un átomo de cloro que es el que actúa como catalizador de la reacción de destrucción de ozono. De hecho, se estima que un solo átomo de cloro es capaz de destruir del orden de 100,000 moléculas de ozono. El porqué la tasa máxima de destrucción del ozono se observa en la Antártida durante la primavera austral se explica por el mecanismo a través del cual transcurre esta reacción. En la actualidad, aunque las emisiones de CFC´s han disminuído notablemente y experimentarán una reducción aún mayor en los próximos años por los acuerdos internacionales que acerca de ellos se han firmado, no podemos olvidar que existen ya en la atmósfera cantidades importantes de estos compuestos y que permanecerán en ella durante muchos años, por lo que el problema del deterioro de la capa de ozono continuará todavía en los próximos años.

¿Qué consecuencias podría tener la destrucción del ozono estratosférico?

Si la concentración de ozono en la estratosfera disminuye, llegarán hasta la superficie de nuestro planeta más radiaciones de la zona del UV. Estas radiaciones tienen un alto contenido energético, y por tanto una alta capacidad de destruir enlaces químicos, lo que en la práctica se traduce en una alteración de los compuestos, tanto de los que forman parte de los seres vivos como de materiales (especialmente los poliméricos). En resumen, se producirán alteraciones de todo tipo, biológicas, genéticas, de materiales.

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Lluvia ácida: causas y efectos

Como consecuencia del arrastre de diversas sustancias, componentes naturales del aire, partículas sólidas, y debido fundamentalmente a la disolución del dióxido de carbono en el agua de lluvia, ésta tiene una ligera acidez que oscila entre valores de 5.5 - 5.7 unidades de pH.

Se ha medido el grado de acidez del agua de lluvia en zonas donde existía una elevada concentración de ciertos contaminantes y se ha visto que su pH es mucho más bajo de lo normal, de hecho algunas lluvias llegan a tener pH del orden de 4.2 - 4.3, lo que indica un grado de acidez muy alto, esto es lo que conocemos con el nombre de "lluvia ácida", denominación con la que se designa cualquier agua de lluvia de pH inferior al natural de 5.5.

¿Cuáles son las causas del incremento de acidez del agua de lluvia?

Son fáciles de resumir: el modo de vida que hemos desarrollado ha incrementado la emisión a la atmósfera de determinados gases que son capaces de experimentar una serie de reacciones químicas que los transforman en ácidos al disolverse en el agua de lluvia.

¿Cuáles son estos gases y qué actividades originan su emisión?

Principalmente son dos: el dióxido de azufre (SO2, se estima que contribuye en un 60 - 70%) y los óxidos de nitrógeno (NOx, contribuyen en torno al 30%); el porcentaje restante, en torno a un 6%, sería responsabilidad de otras especies químicas.

¿Qué actividades humanas originan la emisión de estos gases?

Todos ellos son consecuencia de los procesos de combustión. Los óxidos de azufre se emiten al quemar combustibles de baja calidad, que contienen azufre, en general son carbones o fracciones pesadas del petróleo.

Los óxidos de nitrógeno se producen, en mayor o menor cantidad, en todas las reacciones de combustión por reacción del oxígeno y nitrógeno del aire a temperaturas elevadas.

Tengamos en cuenta que los procesos de combustión son unos de los que más habitualmente efectuamos, tanto a nivel doméstico (calefacciones), como a nivel industrial (obtención de energía eléctrica por vía térmica, combustiones en calderas) y que los medios de transporte, individuales y colectivos, incorporan motores en los que se queman combustibles de mejor o peor calidad.

¿Qué daños origina la lluvia ácida?

La lluvia ácida causa multitud de efectos nocivos tanto sobre los ecosistemas como sobre los materiales. Intentemos sintetizarlos:

Aumenta la acidez de las aguas de ríos y lagos, lo que se traduce en importantes daños en la vida acuática, tanto piscícola como vegetal.

Aumenta la acidez de los suelos, lo que se traduce en cambios en la composición de los mismos, produciéndose la lixiviación de nutrientes importantes para las plantas, tales como el calcio, y movilizándose metales tóxicos, tales como el cadmio, níquel, manganeso, plomo, mercurio, que de esta forma se introducen también en las corrientes de agua.

La vegetación expuesta directamente a la lluvia ácida sufre no sólo las consecuencias del deterioro del suelo, sino también un daño directo que puede llegar a ocasionar incluso la muerte de muchas especies.

El patrimonio construído con piedra caliza experimenta también muchos daños, pues la piedra sufre la siguiente reacción química, proceso conocido como mal de la piedra: CaCO3 (piedra caliza) + H2SO4 (lluvia ácida) ----> CaSO4 (yeso) + CO2 + H2O es decir, se transforma en yeso, y éste es disuelto por el agua con mucha mayor facilidad y además, al tener un volumen mayor, actúa como una cuña provocando el desmoronamiento de la piedra.

Los materiales metálicos se corroen a mucha mayor velocidad.
Composición Química del aire
Gases
% en Vol.
Tiempo de
Permanencia
Permanentes
Nitrógeno (N2)
78.08          
10,000,000 años
Oxígeno (O2)
20.95          
5 x 10,000 años
Argón (Ar)
0.93         
-/-
Helio (He)
0.00052    
100,000,000 años
Neón (Ne)
0.00018    
-/-
Krypton (Kr)
0.0001      
-/-
Xenon (Xe)
0.000008   
-/-
Variables
Dióxido de Carbono (CO2)
0.03           
15 años
Metano (CH4)
0.00015      
5 años
Hidrógeno (H2)
0.00005      
7 años
Monóxido Dinitrógeno (N2O)
0.00002      
8 años
Ozono (O3)
0.000002    
2 años
Muy Variables
Agua (H2O)
entre 0.01 y 5
10 días
Monóxido de Carbono (CO)
0.00001     
½ año
Amoníaco (NH3)
0.0000006  
7 días
Dióxido de Nitrógeno (NO2)
0.0000001  
6 días
Dióxido de Azufre (SO2)
0.00000002
3 días
Sulfuro de Hidrógeno (H2S)
0.00000002
2 días
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La Atmósfera
3ra. Parte

Autores: Carmen Orozco Barrenetxea y Antonio Pérez Serrano

Acciones positivas para evitar la contaminación

¿Qué podemos hacer?

Nuestro papel es múltiple pues, por un lado, somos ciudadanos capaces de plantear exigencias a la Administración, y por otro, somos generadores directos de contaminación y consumidores de bienes o servicios, por lo que deberemos desarrollar una actitud personal favorable al medio ambiente en todos estos campos.

En lo que respecta a nuestro comportamiento frente a la Administración debemos exigir medidas de política medioambiental encaminadas a lograr el desarrollo de una sociedad con un modo de vida cada vez más respetuoso con la naturaleza; así mismo es importante ejercer el derecho a la libertad de acceso a la información sobre medio ambiente y el derecho a intervenir en la evaluación del impacto ambiental de los grandes proyectos y a la comprobación del comportamiento de las grandes empresas (públicas y privadas) mediante el acceso a los inventarios de emisiones, vertidos y residuos y auditorías medioambientales.

En cuanto a nuestro comportamiento como consumidores, debemos tender a potenciar el consumo de artículos y servicios en cuya fabricación o generación se empleen técnicas respetuosas con el medio ambiente: es una manera muy eficaz de obligar a las empresas a incorporar en su producción tecnologías limpias.

Por último, en el campo de la actividad cotidiana, debemos tender a una menor generación de contaminantes, reduciendo y racionalizando:

El consumo de energía y potenciando el empleo de energías limpias, hay muchas acciones individuales que pueden implicar una reducción del consumo energético: aislar las viviendas, no despilfarrar la luz, utilizar bombillas de bajo consumo, controlar el empleo de acondicionadores de aire y calefacciones,

El uso de transportes con motores de combustión, en este sentido las opciones son múltiples: menor uso del vehículo, empleo de transporte público, transportes no contaminantes,

El consumo de envases no reciclables, potenciando además la recogida selectiva de residuos y el reciclado de todo tipo de artículos, el consumo energético es menor al fabricar muchos productos como el papel, metales, etc a partir de los correspondientes materiales reciclados.

El consumo en general, asumiendo la falsedad de la igualdad "calidad de vida = cantidad de consumo". Es necesario que incorporemos a nuestro pensamiento y código de comportamiento conceptos como el desarrollo sostenible; parámetros de medida de bienestar distintos de indicadores meramente económicos, que comprendamos que el mundo es único y que, no por tener el privilegio de habitar en una zona con un grado mayor o menor de desarrollo, tenemos derecho a despilfarrar recursos y materiales.

Todo ello nos llevará a reducir el consumo y a modificar nuestros parámetros de elección, prefiriendo artículos y servicios producidos por medio de técnicas respetuosas con el medio ambiente, con lo que disminuirá la cantidad de energía empleada y las empresas se verán obligadas a adoptar tecnologías limpias.

Podríamos terminar insistiendo en que nada de lo que hagamos es indiferente respecto al medio ambiente. Es preciso analizar nuestro comportamiento, nuestras costumbres, reflexionar acerca de ellas y potenciarlas si son respetuosas con el medio, por el contrario, tratar de cambiarlas si constituyen un atentado -aunque sea pequeño- respecto al mismo, es decir, podríamos hacernos una "auditoría medioambiental personal".

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Problema de contaminación a escala local

Los habitantes, la naturaleza y el patrimonio que constituye una ciudad sufre, además de los tres grandes problemas de contaminación atmosférica mencionados, la acción de otros muchos contaminantes que habitualmente se emiten a la atmósfera al desarrollar actividades que resultan habituales en nuestro modo de vida. Sería de interés comentarlos, aunque sea brevemente, pues son sustancias que, cada vez con más frecuencia, figuran en las informaciones que, de manera habitual, se dan a conocer en las ciudades, mediante prensa, paneles anunciadores, para que sus habitantes tengan conocimiento de la calidad del aire que respiran.

Monóxido de carbono (CO), producido por combustión incompleta de materiales carbonados. Altamente tóxico para el ser humano y animales en general.

Dióxido de azufre (SO2), lo hemos mencionado al hablar de la lluvia ácida; además de ser una de sus causas, es un gas irritante que ocasiona efectos nocivos sobre la salud humana, materiales y plantas. Su efecto se acentúa en presencia de ciertas partículas.

Hidrocarburos o Compuestos Orgánicos Volátiles, emitidos como consecuencia de la combustión incompleta de combustibles líquidos (transporte), incineración de residuos y procesos industriales. Poseen una toxicidad variable y están implicados en la formación de la neblina de contaminación ("smog fotoquímico o seco" de las grandes ciudades). Este smog es una mezcla muy compleja de compuestos de alto poder de oxidación que originan efectos muy nocivos sobre los seres vivos y algunos materiales.

Oxidos de nitrógeno (NO y NO2), generados en los procesos de combustión. Tienen una toxicidad media, pero contribuyen también al smog fotoquímico y al fenómeno de lluvia ácida ya mencionado.

Ozono, se refiere al generado en las capas bajas de la atmósfera y que forma parte de las neblinas de contaminación ya citadas. Es irritante y tóxico para el ser humano, también afecta de manera importante a materiales poliméricos al ser un fuerte oxidante.

Partículas, son especies sólidas o líquidas en suspensión en el aire; su origen es muy diverso, originan efectos dañinos según tamaño y naturaleza, tanto sobre las personas y seres vivos, como sobre los materiales (por ejemplo, el plomo procedente de las gasolinas).

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Bibliografía

El Clima. AA.VV. (1991) Libros de Investigación y Ciencia. Ed. Prensa Científica. Barcelona.
El Efecto Invernadero. Mundo Científico, nº 126. Julio - Agosto 1992.
El Efecto Invernadero. El desastre de mañana, hoy. Jon Erickson. (1992) Serie MacGraw-Hill de Divulgación Científica. Ed. MacGraw-Hill. Madrid.
Glosario de Contaminación del Aire. (Textos y Documentos) Secretaría General de Medio Ambiente. MOPT. Madrid, (1987)
La Capa de Ozono. La Tierra en Peligro. Marshall Fischer. (1995). MacGraw-Hill de Divulgación Científica. Ed. MacGraw-Hill. Madrid.
La Contaminación Atmosférica. Dereck Elsom. (1990). Ed. Cátedra. Madrid.
Química Atmosférica. Origen y Efectos de la Contaminación. Xabier Doménech. (1995). Miragüano Ediciones. Madrid.
La Energía

Autor: Centro de Recursos Ambientales Lapurriketa

Acerca de la energía

La necesidad de energía es una constatación desde el comienzo de la vida misma. Un organismo para crecer y reproducirse precisa energía, el movimiento de cualquier animal supone un gasto energético, e incluso el mismo hecho de la respiración de plantas y animales implica una acción energética. En todo lo relacionado con la vida individual o social está presente la energía.

La obtención de luz y calor está vinculada a la producción y al consumo de energía. Ambos términos son imprescindibles para la supervivencia de la tierra y consecuentemente de la vida vegetal, animal y humana.

El ser humano desde sus primeros pasos en la tierra, y a lo largo de la historia, ha sido un buscador de formas de generación de esa energía necesaria y facilitadora de una vida más agradable. Gracias al uso y conocimiento de las formas de energía ha sido capaz de cubrir necesidades básicas: luz, calor, movimiento, fuerza, y alcanzar mayores cotas de confort para tener una vida más cómoda y saludable.

El descubrimiento de que la energía se encuentra almacenada en diversas formas en la naturaleza ha supuesto a las diferentes sociedades a lo largo de los tiempos, el descubrimiento de la existencia de "almacenes energéticos naturales" que aparentemente eran de libre disposición. Unido a esto, el hombre ha descubierto que estos almacenes de energía disponibles en la naturaleza (masas de agua, direcciones de viento, bosques,) eran susceptibles de ser transformadas en la forma de energía precisa en cada momento (luz y calor inicialmente, fuerza y electricidad con posterioridad), e incluso adoptar nuevos sistemas de producción y almacenamiento de energía para ser utilizada en el lugar y momento deseado: energía química, hidráulica, nuclear,...

Sin embargo, parejo a este descubrimiento de almacenes naturales, se ha producido una modificación del entorno y un agotamiento de los recursos del medio ambiente. Así, el uso de la energía ha acarreado un efecto secundario de desertización, erosión y contaminación principalmente, que ha propiciado la actual problemática medioambiental y el riesgo potencial de acrecentar la misma con los desechos y residuos de algunas de las formas de obtención de energía.

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Fuentes de energía
y sus efectos sobre el Medio Ambiente

Hoy en día, la energía nuclear, la energía de procedencia de combustibles fósiles, la energía procedente de la biomasa (principalmente combustión directa de madera) y la energía hidráulica, satisfacen la demanda energética mundial en un porcentaje superior al 98%, siendo el petróleo y el carbón las de mayor utilización (ver gráfico).
Producción Energética en el Mundo
 - 75%: Combustibles fósiles 
 - 12%: Combustión de madera 
 -   6%: Energía hidráulica 
 -   5%: Energía nuclear 
 -   2%: Otros
Producción mundial

La utilización de estos recursos naturales implica, además de su cercano y progresivo agotamiento, un constante deterioro para el medio ambiente, que se manifiesta en emisiones de CO2, NOx, y SOx, con el agravamiento del efecto invernadero, contaminación radioactiva y su riesgo potencial incalculable, un aumento progresivo de la desertización y la erosión y una modificación de los mayores ecosistemas mundiales con la consecuente desaparición de biodiversidad y pueblos indígenas, la inmigración forzada y la generación de núcleos poblacionales aislados tendentes a la desaparición.

Estas agresiones van acompañadas de grandes obras de considerable impacto ambiental (difícilmente cuantificable) como las centrales hidroeléctricas, el sobrecalentamiento de agua en costas y ríos generado por las centrales nucleares, la creación de depósitos de elementos radiactivos, y de una gran emisión de pequeñas partículas volátiles que provocan la lluvia ácida, agravando aún más la situación del entorno: parajes naturales defoliados, ciudades con altos índices de contaminación, afecciones de salud en personas y animales, desaparición de especies animales y vegetales que no pueden seguir la aceleración de la nueva exigencia de adaptación.

El futuro amenazador para nuestro entorno, aún se complica más si se tiene en cuenta que sólo un 25% de la población mundial consume el 75% de la producción energética. Este dato, además de poner de manifiesto la injusticia y desequilibrio social existente en el mundo, indica el riesgo que se está adquiriendo al exportar un modelo agotado y fracasado de países desarrollados a países en desarrollo.

El modelo es un paradigma en el que la producción energética se sustenta en una visión del mundo en la que el ser humano es el dominador de la naturaleza y del entorno, en vez de sentirse parte integrada del mismo, y en el que el consumo se manifiesta como un grado de confort.

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Consumo y energía

La necesidad de aumento productivo de las sociedades industrializadas lleva parejo un incremento de los bienes de consumo y la creación de un mecanismo en el que se establece una equivalencia entre el confort y el consumo. Ello ha supuesto en las últimas décadas una avidez consumista, en donde el consumo es una finalidad en sí misma. La acumulación de bienes, útiles o no, el despilfarro como signo de poder adquisitivo y distinción social, la exigencia de gasto de elementos perecederos, son consecuencias del mecanismo de sostenimiento que el sistema económico de las sociedades desarrolladas ha establecido para mantener la capacidad productiva creciente que lo sustenta.

Así, la demanda de energía no sólo ha tenido que crecer en la industria, sino también en los consumidores de los productos manufacturados, dado que estos precisan mayoritariamente energía para cumplir con su finalidad. Para satisfacer esta demanda no sólo de bienes, sino de exigencia de nuevas cotas de confort, se hace precisa una mayor generación y oferta de energía. Por ello, se ha hecho necesario dotar de grandes centros generadores de energía excedentaria, ante la eventualidad de poder satisfacer la demanda que pueda ser requerida.

El estado del bienestar, ha generado el "estado del gasto y de la dependencia energética". No es de extrañar por tanto, que uno de los parámetros más importantes para clasificar el grado de desarrollo de un país, sea su gasto energético per cápita.

La energía ha pasado a lo largo de la historia, de ser un instrumento al servicio del ser humano para satisfacer sus necesidades básicas, a ser la gran amenaza -motor y eje de la problemática ambiental- que se cierne sobre el planeta, hipotecando la existencia de las generaciones venideras.

Una de las aportaciones a la solución, o al menos paralización de esta problemática medioambiental, es lograr que satisfaciendo las necesidades actuales de energía, ésta sea producida sin alterar esos almacenes energéticos que cumplen una función de equilibrio ecológico, y que su uso, además de ser más eficiente, no sea origen de fuentes de contaminación ni aumento del deterioro actual y futuro del entorno, evitando el derroche de energía y aprovechando al máximo la producción realizada.

En resumen, tres son los problemas a los que nos ha abocado el consumo desmedido de la energía: En primer lugar, un deterioro del entorno; en segundo lugar, un paulatino agotamiento de los recursos naturales; y en tercer lugar, un desequilibrio irracional en el reparto del consumo y uso de la energía.

Ante esta situación, las energías de origen renovable adquieren un papel primordial, necesario y urgente tanto en su aplicación como en la difusión de su uso.
La Energía
2da. Parte
Autor: Centro de Recursos Ambientales Lapurriketa
Tres son los problemas a los que nos ha abocado
el consumo desmedido de energía:
un deterioro del entorno;
un paulatino agotamiento de los recursos naturales;y
un desequilibrio irracional en el reparto del consumo y uso de la energía
Energías Alternativas
Energía alternativa
Los criterios de rentabilidad económica deben contemplar el coste de las agresiones al medio. Esto se traducirá en un incremento de las fuentes energéticas renovables (en función de los recursos disponibles: agua, sol, materia orgánica, viento,...) frente a otras más agresivas con el entorno, sin olvidar que la energía menos contaminante es la que no se consume, ni se produce.
Energías renovables
La disponibilidad energética de las fuentes de energía renovable es mayor que las fuentes de energía convencionales, sin embargo su utilización es más bien escasa.
El desarrollo de la tecnología, el incremento de la exigencia social de utilización de energías limpias, los costos más bajos de instalación y rápida amortización, y el control que pueden realizar sobre los centros de producción las compañías eléctricas, están impulsando un mayor uso de las fuentes de energía de origen renovable en los últimos años.
De igual modo, el cuestionamiento del modelo de desarrollo sostenido y su cambio hacia un modelo de desarrollo sostenible, implica una nueva concepción sobre la producción, el transporte y el consumo de energía.
En este modelo de desarrollo sostenible, las energías de origen renovable, son consideradas como fuentes de energía inagotables, pero que cuentan con la peculiariedad de ser energías limpias, definidas por las siguientes características: sus sistemas de aprovechamiento energético suponen un nulo o escaso impacto ambiental, su utilización no tiene riesgos potenciales añadidos, indirectamente suponen un enriquecimiento de los recursos naturales, la cercanía de los centros de producción energética a los lugares de consumo puede ser viable en muchas de ellas, y son una alternativa a las fuentes de energía convencionales, pudiendo generarse un proceso de sustitución paulatina de las mismas.
La energía eólica
El potencial de la energía eólica se estima en veinte veces superior al de la energía hidraúlica. Está adquiriendo cada vez mayor implantación gracias a la concreción de zonas de aprovechamiento eólico y a una optimización en la utilización de nuevos materiales en las máquinas: aerogeneradores.
Desde aplicaciones aisladas para el bombeo de agua, hasta la producción de varios MW con parques eólicos. El impacto ambiental de los parques eólicos es mucho menor que cualquier tipo de central productora de energía convencional, y su agresión al entorno estriba en la incidencia de accidentes de la avifauna y el impacto de los grandes parques, cuestiones que pueden ser minimizadas estudiando adecuadamente la ubicación y el sistema de distribución. El emplazamiento de la instalación de aprovechamiento eólico, la velocidad del viento y su rango de valor constante va a determinar su capacidad y autonomía productiva.
La energía geotérmica
La energía procedente del flujo calorífico de la tierra es susceptible de ser aprovechada en forma de energía mecánica y eléctrica. Es una fuente energética agotable, si bien por el volumen del almacenamiento y la capacidad de extracción se puede valorar como renovable. Su impacto ambiental es reducido, y su aplicabilidad está en función de la relación entre facilidad de extracción y de ubicación.
La energía hidraúlica
Se estima que la potencialidad energética del agua de toda la tierra es equivalente a 500 centrales de 1000 MW cada una. Con la finalidad de minimizar el impacto ambiental y favorecer la cercanía de los centros de producción a los de consumo, se está potenciando mediante las minicentrales un mayor aprovechamiento energético de cauces de los ríos y una paulatina sustitución de las macrocentrales hidroeléctricas que originan problemas medioambientales y demográficos. En lo que respecta a la energía disponible en el mar, se está contando con nuevos grandes proyectos de aprovechamiento, tanto de energía maremotriz o energía contenida en las olas aprovechando de forma simultánea las mareas de modo que puedan accionarse turbinas hidraúlicas en el flujo de ascención y descenso del mar, como de energía de transferencia térmica, consistente en aprovechar la diferencia existente entre la temperatura de la superficie y la de las corrientes profundas, que puede llegar a alcanzar hasta veinticinco grados centígrados y es utilizable las 24 horas del día.
La energía de la biomasa
Es la energía contenida en la materia orgánica y que tiene diversas formas de aprovechamiento, según se trate de materia de origen animal o vegetal. Sólo en materia vegetal, se estima que se producen anualmente doscientos millones de toneladas. El principal aprovechamiento energético de la biomasa es la combustión de la madera, que genera contaminación atmosférica y un problema indirecto de desertización y erosión, salvo que se realice una planificación forestal correcta. Los desechos orgánicos también son utilizables mediante transformaciones químicas principalmente, siendo las más conocidas las aplicaciones de digestores anaeróbicos para detritus orgánicos y la producción de biogás procedente de residuos sólidos urbanos. Sin embargo, la creciente innovación tecnológica de materiales y equipos está afianzando nuevos sistemas de aprovechamiento de los residuos ganaderos y forestales, y consolida un esperanzador futuro en la línea de los biocombustibles, de modo que se pueda compatibilizar una agricultura sostenible con un diseño de producción energética que respete el entorno.
La energía solar
Es la mayor fuente de energía disponible. El sol proporciona una energía de 1.34 kw/m² a la atmósfera superior. Un 25% de esta radiación no llega directamente a la tierra debido a la presencia de nubes, polvo, niebla y gases en el aire. A pesar de ello, disponiendo de captadores energéticos apropiados y con sólo el 4% de la superficie desértica del planeta captando esa energía, podría satisfacerse la demanda energética mundial, suponiendo un rendimiento de aquellos del 1%. Como dato comparativo con otra fuente energética importante, sólo tres días de sol en la tierra proporcionan tanta energía como la que puede producir la combustión de los bosques actuales y los combustibles fósiles originados por fotosíntesis vegetal (carbón, turba y petróleo). El problema más importante de la energía solar consiste en disponer de sistemas eficientes de aprovechamiento (captación o transformación).
Energía solar
Instalación mixta autónoma de abastecimiento energético mediante paneles fotovoltaicos, colectores térmicos y aerogenerador
Tres son los sistemas más desarrollados de aprovechamiento de la energía solar:
  1. El calentamiento de agua, de utilidad para proporcionar calor y refrigerar, mediante colectores planos y tubos de vacío principalmente.
  2. La producción de electricidad, con la utilización del efecto fotovoltaico. Dado que determinados materiales tienen la cualidad de ser excitados ante un fotón lumínico y crear corriente eléctrica (efecto fotovoltaico), una forma de aprovechar la radiación consiste en instalar células y paneles fotovoltaicos que suministren energía eléctrica.
  3. El aprovechamiento de la energía solar en la edificación, también denominada "edificación bioclimática", consiste en diseñar la edificación aprovechando las características climáticas de la zona en donde se ubique y utilizando materiales que proporcionen un máximo rendimiento a la radiación recibida, con la finalidad de conseguir establecer niveles de confort térmico para la habitabilidad.
Ahora bien, a pesar de ser la fuente energética más acorde con el medio, inagotable y con capacidad suficiente para abastecer las necesidades de energía del planeta, el aprovechamiento de la energía solar habrá de solventar el conflicto derivado del hecho de que se produce sólo durante unas determinadas horas (a lo largo del día), y por tanto el almacenamiento de energía y los diferentes sistemas para realizarlo habrán de ser simultaneados.
La Energía 3ra. Parte
Autor: Centro de Recursos Ambientales Lapurriketa
El problema a escala local
En las sociedades industrializadas, la energía tiene que ser producida, almacenada, transformada y transportada para ser utilizada por el consumidor (persona, fábrica, maquinaria,) en las diversas formas de luz, calor, fuerza y trabajo principalmente. Los costes económicos y medioambientales inherentes a este proceso son reducidos en función de la cercanía entre el centro de producción y el del consumo final. De igual modo, del uso que se realice de esta energía va a depender una mayor o menor exigencia de su demanda. Como consecuencia de ello, un uso ajustado de la energía, limita no sólo el consumo, sino también la producción.
En una visión global en la que la energía es un mero instrumento al servicio del desarrollo y en la que éste se encuentra ligado al bienestar, el aumento de aquella significa un incremento de éste, y por tanto, cuanto mayor sea la producción y consumo de aquella mayor será el bienestar de la sociedad que lo disfruta.
Ahora bien, las sociedades industrializadas quieren disponer también de un entorno saludable, y por ello, tratan de minimizar al máximo las consecuencias medioambientales que acarrea una producción energética con fuentes convencionales. Por ello, la apuesta que se realiza es la de favorecer el ahorro de energía a través de una mayor eficiencia en los materiales de consumo, habitabilidad, procesos industriales, transporte,..., al mismo tiempo que se aplican sistemas de limitación del consumo mediante diferentes automatismos, e incluso se buscan fórmulas de aprovechamiento energético mediante sistemas de cogeneración, de modo que la energía desprendida en los procesos de transformación sea reutilizada, evitando así un nuevo gasto de producción. Todo ello con campañas institucionales-gubernamentales de difusión acerca de la necesidad del ahorro energético, y sensibilización sobre los hábitos de consumo.
Así mismo, los países industrializados con la finalidad de evitar una dependencia energética hacia terceros, y favoreciendo la cercanía geográfica entre producción y consumo, abogan por una diversificación de las fuentes de energía, de modo que sea posible lograr un autoabastecimiento mediante sistemas productivos endógenos.
Con todo ello, se logra minimizar los costes ambientales, manteniendo los mismos niveles de "bienestar alcanzados", reduciendo en parte la contaminación, y se da cumplimiento a acuerdos internacionales de conservación del entorno.
Sin embargo, se siguen sin solucionar los grandes temas pendientes del agotamiento de los recursos, y de la eliminación total de los hechos que provocan la problemática ambiental. Al mismo tiempo que se obvia el abordar una solución a la desigualdad energética entre los países.
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Convenios y Tratados Internacionales
Agencias nacionales e internacionales de la energía elaboran informes y recomendaciones acerca de la problemática general de la energía. De igual modo, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente y el desarrollo realiza aportaciones acerca de los planes y objetivos que deben intentar cumplirse para paliar y modificar el deterioro ambiental y el uso de las energías convencionales que lo provocan. Las pautas que regirán los próximos años un diseño de estrategia energética están condicionadas por los acuerdos tácitos alcanzados, en donde el futuro de la producción energética se sustenta en la aún desconocida fusión nuclear, y el modelo de desarrollo aboga por el consumo de energía ligado al crecimiento del bienestar.
Esta descripción ahoga en gran parte cualquier posible opción de dar una solución integral al problema de la energía, y deja sin efecto real cualquier tipo de acuerdo y declaración de intenciones de los gobiernos.
No obstante, la Declaración de Madrid de 1994, hace una apuesta por la ejecución y cumplimiento de un Plan de acción para las fuentes de energías renovables en Europa, apoyada por las DG XII, XIII y XVII de la Comisión Europea. Los frutos del mismo son acciones incluídas en la continuidad y creación de programas energéticos (Thermie, Altener, Valoren,) y el apoyo a iniciativas como la de la Cumbre Solar Mundial promovida por la Unesco, que muestran que sí existe una declaración de intenciones acompañada de acciones efectivas, tendentes a hacer viable que entre los años 2010 y 2015, el 15% del consumo de la energía primaria convencional en Europa sea de origen renovable, y que ello sirva como ideario para la promoción de nuevas iniciativas encaminadas a lograr un desarrollo sostenible.
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Acciones positivas
  • Limitar la contaminación, ejerciendo un mayor control de las emisiones de elementos contaminantes de los centros de producción energética y disminuyendo el uso de combustibles de origen fósil.
  • Favorecer el ahorro de energía por medio de la sensibilización, la modificación de hábitos de consumo, la investigación y la exigencia de fabricación de equipos de mayor eficiencia energética y bajo consumo.
  • Diversificar las fuentes de energía con la paulatina sustitución de fuentes de energía convencionales por fuentes de energía de origen renovable y su propia combinación.
  • Investigar nuevas formas de aprovechamiento y almacenamiento energético a través de la promoción de planes de I+D, y el apoyo a experiencias piloto de posterior aplicación.
  • Acercar los centros de producción a los lugares de consumo mediante el aprovechamiento del potencial energético de las energías de origen renovable, aumentando los centros de producción y tendiendo a dejar de operar con centros de gran capacidad productiva.
  • Establecer una legislación energética adoptando normativas nacionales, regionales y supraregionales que den cumplimiento a las recomendaciones y acuerdos en materia de conservación del entorno y de igualdad entre los pueblos.
  • Realizar planes de sensibilización energética mediante campañas de difusión acerca de la problemática que generan determinados usos y formas de producción energética, y el desarrollo de planes educativos que muestren la viabilidad del uso de las energías de origen renovable, y la necesidad de un uso racional de la energía para lograr un desarrollo sostenible.
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Bibliografía
  • Energía Solar Diseño y Dimensiones de Instalaciones. Adolfo de Francisco y Manuel Castillo. (1985). Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba.
  • Fundamentos, Dimensionamiento y Aplicaciones de la Energía Solar Fotovoltaíca. Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT). Ministerio de Industria y Energía. (1992). Editorial CIEMAT.
  • La Energía: Tema Interdisciplinar para la Educación Ambiental. J.B. Deleage y C. Souchon. (1991). Ministerio de Obras Públicas y Transportes.
  • Comportamiento Energético de Edificios Solares Pasivos. Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT). (1990). Editorial CIEMAT.
  • Tecnología de las Energías: Solar, Hidraulica, Geotérmica y Combustibles Quimícos. VV.AA. (1989). Publicaciones Marcombo, S. A.
  • Habitat y Energía. Adriano Cornoldi y Sergio Los. (1982). Editorial Gustavo Gili.
  • La Ruta de la Energía. Josep Puig y Joaquin Corominas. (1990). Editorial Anthropos.
  • Manual de Arquitectura Solar. VV.AA. (1990). Editorial Trillas.
  • Energía Solar - Aplicaciones Prácticas. VV.AA. (1987). Progensa (Promotora general de estudios, S.A.).
  • Energy Conscious Design. VV.AA. (1993). Comisión de las Comunidades Europeas.
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La Educación Ambiental Formal
Autor: Evaristo Subijana Salazar
E.A. y contenidos transversales del currículo
Uno de los aspectos más destacados del nuevo sistema educativo es la incorporación en el currículo de las llamadas Líneas Transversales, entre las cuales se encuentra la Educación Ambiental (EA). La inclusión de estos contenidos transversales se justifica, entre otros motivos, por la necesidad de relacionar las vivencias del alumno o la alumna con sus experiencias escolares, mediante la introducción en los currículos de una serie de temas que están "vivos" en la sociedad y que, por su importancia y trascendencia, en el presente y en el futuro, requieren una respuesta educativa. Además, a pesar de que las Líneas Transversales se presenten separadamente, sus objetivos son convergentes y en ellos subyace un modelo común que debería constituir la base de una educación integral centrada en los valores. Son, pues, temas que entroncan con una base ética, tanto a nivel social como personal, que resulta fundamental para «un proyecto de sociedad más libre y pacífica, más respetuosa hacia las personas y hacia la propia naturaleza que constituye el entorno de la sociedad humana».
Adecuación de contenidos y metodología
Relaciones de colaboración entre personas y estamentos de la comunidad escolar
Cuidado de la calidad del entorno físico
VIDA ESCOLAR Y EDUCACION AMBIENTAL
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Gestión adecuada de los recursos del centro
Organización de un sistema de relaciones con la comunidad
Se pretende con ello incorporar al currículo una serie de contenidos de enseñanza no contemplados en exclusividad por las diversas disciplinas académicas, sino que pueden estar asociados a todas (o a muchas de ellas), como es el caso de la Educación Ambiental. Este carácter transversal aporta una manera, diferente a la tradicional, de entender las relaciones entre los conocimientos disciplinares y los problemas ambientales. Según esto, los contenidos de las diferentes áreas curriculares han de ser analizados y formulados teniendo en cuenta las finalidades educativas, especialmente de carácter procedimental y actitudinal, derivadas de los grandes problemas ambientales.
Desde la transversalidad, la integración de la EA en el currículo requiere la elaboración de una perspectiva que considere lo ambiental como un principio didáctico, es decir, como una dimensión que ha de estar siempre presente en la toma de decisiones respecto a cualquier elemento curricular. Esto conlleva la elaboración de un marco teórico de referencia basado en una triple perspectiva:
  • perspectiva epistemológica sistémica y compleja, válida no sólo para la comprensión del medio y de la propia realidad escolar, sino también para la caracterización del conocimiento escolar como organizado, relativo y procesual.
  • perspectiva constructivista, que nos orienta sobre las condiciones que favorecen el aprendizaje significativo;
  • perspectiva ideológica crítica, que busca enriquecer y complejizar el conocimiento cotidiano mediante un proceso de negociación social basado en la comunicación y la cooperación.
Por otra parte, el desarrollo de la EA requiere contemplar no sólo elementos científicos y tecnológicos, sino también éticos. Los primeros nos ayudarán a comprender los fenómenos y a buscar soluciones a los problemas, mientras los segundos nos permitirán realizar una gestión correcta del medio ambiente, aun cuando no conozcamos científicamente todas y cada una de las relaciones causa-efecto que producimos. Y para todo ello han de entrar en juego posicionamientos éticos que conllevan valores como equidad, solidaridad, cooperación, responsabilidad en el uso de los recursos, respeto por la diversidad biológica y cultural.
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Diseño y desarrollo de programas
de Educación Ambiental en el centro
En el ámbito que estamos contemplando, un Programa de EA es la exposición general de intenciones, estrategias y acciones que una comunidad educativa desea emprender para desarrollar coherentemente la acción educativa ambiental en su contexto escolar.
Un aspecto fundamental de un Programa de EA es su dimensión estratégica, pues no sólo ha de manifestar las intenciones que lo mueven sino que ha de establecer, de forma sistemática, las vías a través de las cuales pretende conseguir sus finalidades en el contexto para el que está diseñado. Esta implicación en el contexto requiere considerar a éste no sólo como un «medio para el aprendizaje» sino también como un «ámbito de vida»», por lo que ha de salir al paso de las necesidades reales y los retos que esa comunidad educativa tiene planteados.
El Programa, para que sea viable, ha de ser coherente con los planteamientos recogidos en el Proyecto Educativo de Centro, tanto en lo relativo al análisis del contexto como a las metas que se proponen y a los aspectos organizativos y de funcionamiento. Además, el Programa es un sistema que puede estar constituído por varios Proyectos que funcionan como subsistemas, por lo que éstos han de cumplir las condiciones mínimas de coherencia (cohesión entre los objetivos, contenidos y actividades, congruencia entre los métodos utilizados, adecuación al nivel del alumnado, etc.) que el Programa como tal requiere.
Así, el Programa cumplirá una función organizativa, favoreciendo la planificación educativa, mientras que los Proyectos funcionarán como concreciones del Proyecto Curricular referidas a temas específicos (problemas o centros de interés ambientales: pérdida de biodiversidad, energía, residuos, agua, desarrollo, etc.), presentándose frecuentemente como unidades didácticas a desarrollar en determinados cursos. En el desarrollo de los Programas puede intervenir toda la comunidad educativa, aunque lo más frecuente es que sea el trabajo de un grupo docente de una etapa o ciclo concreto, y pueden requerir la colaboración de agentes externos (asesores o asesoras, agentes sociales diversos, etc.). De cualquier forma, los diseños de los Programas han de contemplarse como hipótesis de trabajo que guiarán la acción educativa, siendo susceptibles de cuantos ajustes y cambios requiera el proceso de su desarrollo.
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ESCUELA ECOLÓGICA
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"La modificación del comportamiento que se requiere necesita un 'ambiente educativo' en el medio escolar y extraescolar. Se trata de hacer del medio escolar un ejemplo de lo que podría ser un medio ambiente, de la manera en que sería conveniente protegerlo, mejorarlo y sanearlo para crear al final generaciones de ciudadanos conscientes de su medio ambiente" (UNESCO-PNUMA). Hacer consciente a la comunidad educativa de esta idea es fundamental para conseguir -en y desde el centro educativo-; unas actuaciones más respetuosas con el medio ambiente. Así, el centro será un importante recurso para la educación ambiental, a la vez que un campo de acción privilegiado para ponerla en práctica.
Sugerencias metodológicas, recursos e instrumentos didácticos
La elección de los métodos, así como los medios, no es algo banal, pues son parte importante del mensaje que captan las personas que aprenden. El modelo metodológico deseable debería resultar adecuado a los procesos de aprendizaje significativo de alumnos y alumnas, además de permitir abordar, de manera no forzada ni artificiosa, el estudio de las problemáticas ambientales. Estas características se dan en un modelo de metodología basado en la investigación del alumno o de la alumna (y del profesor o de la profesora), entendida ésta como un proceso de tratamiento de problemas relacionados con el medio ambiente. Todo ello vendrá condicionado por las características del grupo (edad, madurez, perfil cultural, etc.), sus concepciones y las disponibilidades de recursos susceptibles de ser utilizados como fuentes de nuevas informaciones y contraste con las ideas del alumnado. Estas últimas son determinantes en el proceso y pueden obligar a reformular el problema y/o rediseñar el plan de trabajo puesto en marcha.
El profesor o la profesora, haciendo un uso adecuado de los recursos y las actividades, podrá favorecer la superación de los obstáculos que vayan apareciendo o, en otros casos, ampliar el campo de intereses del alumnado y promover la aparición de conflictos en sus esquemas previos. Los recursos didácticos disponibles en EA son muy variados:
  • el aula, con sus factores ambientales y materiales de uso colectivo (publicaciones y materiales de tipo audiovisual, gráfico, interactivo, o informático);
  • el centro escolar, considerado en sí mismo como un sistema cuyos componentes impregnan de mensajes todo el currículo, condicionan las actitudes y comportamientos del alumnado y donde éste puede encontrar modelos aplicables a su realidad cotidiana y posibilidades de actuación;
  • la comunidad, la localidad y el medio externo en general, ámbito donde, además de encontrarse infinidad de recursos capaces de generar aprendizajes distintos (espacios naturales, itinerarios, equipamientos, museos, bibliotecas, archivos, factorías, servicios, etc., y profesionales, técnicos o grupos diversos), surgen las problemáticas ambientales que permiten contextualizar la acción educativa y la intervención del alumnado.
No se puede olvidar, además, que los recursos de EA han de ser coherentes con los principios y objetivos de ésta, en los planos conceptual, metodológico y ético, además de ajustarse a las necesidades del modelo educativo en el que nos movemos.
La Educación Ambiental Formal
Autor: Evaristo Subijana Salazar
Ecoauditoría escolar
Un ejemplo de experiencia de E. A. en el centro
y en el aula: el Programa Escuela Ecológica
El Programa Escuela Ecológica tiene por objeto el propio centro escolar y su entorno más próximo. El centro escolar constituye el medio ambiente primordial en el que se realiza la tarea educativa. Es un sistema abierto en el que se producen unos aportes de materia y energía (agua, materiales diversos, productos químicos, alimentos, electricidad, combustibles...) que, tras ser utilizados, generan residuos (aguas residuales, basuras) y contaminación. Además, constituye una estructura social con una organización y un sistema complejo de relaciones, tanto internas como con el entorno, cuya principal función es dar respuesta a las demandas educativas de esa sociedad en la que está inmersa. Produce, por tanto, un impacto (ya sea positivo o negativo) en su medio ambiente próximo. Hacer consciente tanto al alumnado como al profesorado y al resto de elementos de la comunidad educativa de este hecho es el primer paso a fin de conseguir -en y desde el centro educativo-; unas actuaciones más respetuosas con el medio ambiente. De esta forma, el centro escolar no sólo será un escenario de la acción educativa medioambiental, sino también un importante recurso para la misma, favoreciendo la adquisición de conocimientos, valores, comportamientos y competencias para contribuir, desde lo más cercano y significativo, a la solución de los problemas del medio ambiente.
El objetivo de Escuela Ecológica es implicar a todos los estamentos de la comunidad educativa para que este ámbito de experiencias y aprendizaje resulte coherente con los principios de la EA. Las actuaciones pretenden mejorar la calidad ambiental del centro como sistema y sus relaciones con el entorno, incidiendo tanto en sus elementos físicos (espacios, decoración, etc.) como en los aspectos pedagógicos, estructurales, organizativos o de funcionamiento, y en la propia «cultura» escolar.
En consecuencia, este Programa plantea realizar -siguiendo un esquema similar al de una eco-auditoría convencional- un análisis de la situación del centro desde el punto de vista medioambiental.
Los ámbitos de actuación que se proponen son los siguientes:
  • El medio físico, tanto en lo relativo al propio recinto del centro como a su entorno exterior.
  • El transporte.
  • El uso de los recursos: agua, energía, papel, productos químicos y de limpieza, otros materiales fungibles, etc.
  • El clima del centro, prestando atención a las principales variables que lo configuran: comportamentales (individuales y de grupo) y organizativas (la estructura, los recursos y condiciones materiales o el estilo de funcionamiento de la organización).
  • La cultura escolar, entendida como la confluencia de todos los elementos del sistema relacional del centro: la comunicación, la participación, los conflictos, el estilo directivo y el clima como procesos interactivos que generan un entramado o tejido de creencias, supuestos, valores y ritos compartidos.
  • La práctica didáctica: la ambientalización del currículo, la selección, secuenciación y organización de contenidos, la metodología, los recursos didácticos, la evaluación.
El Programa se inicia con la recopilación de información y documentación de alguno/s (o todos) de los ámbitos anteriores sobre los que se quiere incidir. A partir de ella se realiza la revisión inicial del centro, lo que permite definir unos objetivos de mejora en base a los cuales establecer un plan de actuación; una vez puesto en práctica éste, se realizará su seguimiento y, posteriormente, su evaluación. De todo este proceso se realizará un informe, en el que se fundamentará la formulación de nuevos objetivos de mejora y las correcciones que el proceso en su conjunto requiera. Se establece de esta forma un proceso continuo de mejora en el que va aumentando progresivamente la sensibilización, concienciación, compromiso, capacitación y participación medioambiental de los distintos elementos de la comunidad educativa implicados, impregnándose de ambientalismo la cultura de la institución; al mismo tiempo, se va logrando una mayor calidad ambiental del centro y aumentando la coherencia entre los planteamientos y las actuaciones, así como la cohesión interna de la organización.
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Bibliografía
  • "Educar a favor del medio". AA. VV. (1995) Postgrado de Educación Ambiental (1993-94). Vitoria-Gasteiz. Gobierno Vasco.
  • "Seminarios permanentes de educación ambiental". AA. VV. (1996) Madrid. Ministerio de Medio Ambiente.
  • "Sugerencias para la elaboración de los Proyectos Educativos de Centro desde la perspectiva de la Educación Ambiental". CEIDA-CEEP (1993) Vitoria-Gasteiz. Gobierno Vasco.
  • "Eco-auditoría escolar / Eskola Ekoauditoria". Fernández, A. (1996) Vitoria-Gasteiz. Gobierno Vasco.
  • "Principios, objetivos y desarrollo de la Educación Ambiental en la Enseñanza Primaria y Secundaria". García, J.E. y García, F. (1995) Málaga. Master en Educación Ambiental.
  • "La educación ambiental: guía práctica". Giordan, A. y Souchon, CH. (1995) Sevilla. Diada.
  • "La educación ambiental. Fundamentos teóricos, propuestas de transversalidad y orientaciones extracurriculares". Gutierrez, J. (1995) Madrid. La Muralla.
  • "Integrando la educación ambiental en el currículo de ciencias". Jiménez Aleixandre, M.P. et al. (1995) Alambique, 6, 9-17.
  • "La educación ambiental. Bases éticas, conceptuales y metodológicas". Novo, M. (1995) Madrid. Universitas.
  • "La educación ambiental como proyecto". Pardo, A. (1995) Barcelona. ICE-Horsori.

La Educación Ambiental No Formal
Autores: Mª Mar Asunción y Enrique Segovia
Se necesitan nuevos conocimientos, valores y aptitudes a todos los niveles y para todos los elementos de la sociedad. Para este fin nos educaremos a nosotros mismos, a nuestras comunidades y a nuestras naciones"
Declaración de la Tierra de los Pueblos
Foro Río 92
Todo el proceso educativo debe desembocar
en la acción positiva sobre el entorno
La comunidad y su entorno
FINALIDAD DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL NO FORMAL
La finalidad de la educación ambiental no formal es pasar de personas no sensibilizadas a personas informadas, sensibilizadas y dispuestas a participar en la resolución de los problemas ambientales. Sin embargo, no podemos esperar que de la mera adquisición de información se derive necesariamente un cambio de conducta. Parece suficientemente demostrado que las relaciones entre conocimientos, actitudes y comportamientos no son causa-efecto aunque sí se influyen mutuamente. Debemos, por lo tanto, planificar actividades específicas para trabajar las actitudes y los comportamientos.
Hablar de Educación Ambiental significa hablar de conocimientos, aptitudes, valores, actitudes y acciones. De todos ellos, los valores juegan un importante papel, ya que a través de éstos los conocimientos y aptitudes pueden transformarse en actitudes y acciones, elementos claves en la Educación Ambiental no Formal. Los ámbitos donde los adquirimos son principalmente la escuela, la familia y la sociedad.
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Definición
Entendemos por Educación Ambiental no Formal la transmisión (planificada o no) de conocimientos, aptitudes y valores ambientales, fuera del Sistema Educativo institucional, que conlleve la adopción de actitudes positivas hacia el medio natural y social, que se traduzcan en acciones de cuidado y respeto por la diversidad biológica y cultural, y que fomenten la solidaridad intra e intergeneracional.
En esta definición se incluye también lo que algunos definen como Educación Informal, para referirse a aquellos conocimientos, aptitudes y valores que se transmiten de manera no planificada o involuntaria, ya que consideramos que hacer explícitas las premisas éticas de los agentes sociales (gobiernos, empresas, religiones, medios de comunicación...), podría contribuir al esclarecimiento de la situación actual, y sentar bases de partida más sólidas y reales a la hora de planificar actuaciones.
Como puede apreciarse, en esta definición se contemplan también factores sociales y de desarrollo. La conferencia de las Naciones Unidas (Río 92) puso de manifiesto que ya no es posible separar Medio Ambiente y Desarrollo. La E.A. de los años 90 debe contemplar la redefinición de conceptos como desarrollo, progreso y bienestar social.
La E.A. no es neutra, sino ideológica, ya que está basada en valores para la transformación social.
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Destinatarios
Los destinatarios de la Educación Ambiental No Formal son toda la población, exceptuando las instituciones educativas (colegios, institutos, y universidades) que son objeto de la Educación Ambiental Formal.
Para optimizar las actuaciones emprendidas es necesario seleccionar destinatarios concretos para cada tema, y ajustar los mensajes y estrategias a los distintos colectivos. Algunos de los grupos objeto de la E.A. No Formal son: consumidores, jóvenes, políticos, empresarios, sectores profesionales, etc.
Es interesante buscar alianzas con asociaciones o colectivos que podrían actuar como amplificadores de los contenidos ambientales incorporándolos en sus programas. Los denominamos destinatarios intermedios, e incluímos en esta categoría a líderes religiosos, líderes de opinión, asociaciones, sindicatos, medios de comunicación etc.



HACIA DONDE DEBE IR LA EDUCACIÓN AMBIENTAL NO FORMAL
FACTORES SOBRE LOS QUE ACTUAR
SITUACIÓN
HACIA DÓNDE HAY QUE TENDER
Conocimientos y aptitudes:
necesarios pero no suficientes
Valores:
claves del cambio, pero difíciles de cambiar
Actitudes y acciones:
tan importante es el fin como el proceso
Gran cantidad de información ambiental
No toda es de calidad
Desigualdad en la distribución
La sociedad moldea constantemente nuestro sistema de valores
Valores predominantes en nuestra sociedad: individualismo, consumismo y utilitarismo
Existe una inercia de la sociedad que produce resistencia al cambio
Para la toma de conciencia se necesita además la construcción de nuevas maneras de ver y analizar los problemas
Valores de la E.A.:
Espíritu crítico, responsabilidad, tolerancia, respeto por todas las formas de vida, simplicidad, la coherencia, espíritu participativo y solidario
Emplear centros de interés reales, próximos y localizados que despierten el interés de los destinatarios así como diseñar acciones concretas que estos puedan realizar
Preparar programas positivos, que fomenten la participación
Algunos objetivos de la E.A. no formal
  • Fomentar la participación e implicación en la toma de decisiones, la capacidad de liderazgo personal y el paso a la acción. Entendemos la capacitación no sólo como adquisición de técnicas, sino también como compromiso de participación.
  • Pasar de pensamientos y sentimientos a la acción.
  • Promover la cooperación y el diálogo entre individuos e instituciones.
  • Promover diferentes maneras de ver las cosas; facilitar el intercambio de puntos de vista.
  • Crear un estado de opinión.
  • Preparar para los cambios.
  • Estimular y apoyar la creación y el fortalecimiento de redes.
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Tipos de actuaciones en la E. A. no formal
Nota: no hemos pretendido hacer una tipología de actuaciones, tan sólo recoger grupos de actividades que se pueden englobar en la Educación Ambiental no Formal.
Actividades de ocio y tiempo libre: Cada vez con mayor auge. Englobamos las siguientes actividades: vacaciones con niños y jóvenes, como campamentos o actividades de verano en la naturaleza; actividades extraescolares, principalmente en equipamientos específicos para ello; turismo rural, con todos sus componentes: cultural, ecológico, etc.
Campañas de Presión política: Son aquellas dirigidas a responsables para que emprendan reformas políticas o legislativas que conlleven una mejora ambiental. Suelen basarse en informes elaborados por Asociaciones o colectivos sociales que ponen de manifiesto la necesidad de tomar medidas. Incluyen actuaciones como envíos de cartas o tarjetas a autoridades o empresas, manifestaciones, etc.
Campañas de sensibilización sobre el consumo: Se incluyen actuaciones encaminadas a informar a los consumidores de la repercusión que tiene determinado tipo de productos sobre el medio ambiente. Incluyen llamadas a la participación ciudadana en materia de ahorro de recursos y energía, reciclaje, etc. Pueden incluso llegar a promover el boicot a determinados productos. Generalmente van acompañadas de material informativo (folletos, carteles, anuncios). Suelen tener repercusión en los medios de comunicación.
Campañas sobre problemas ambientales coyunturales o estacionales: Aquí se recogen actuaciones de sensibilización sobre problemas que se producen estacionalmente (incendios forestales), o aquellas en las que por causas de oportunidad (catástrofe ambiental, convenciones internacionales etc.), interesa recoger y canalizar el apoyo de la población.
Grupos de trabajo mixtos: Es interesante promover grupos de trabajo sobre determinados temas con sectores sociales relevantes (líderes religiosos, sindicatos, empresarios...) para tratar de acercar posturas que conlleven la incorporación de valores ambientales en sus códigos de conducta.
Información en Medios de comunicación: Televisión, radio, prensa diaria o semanal especializada, nuevas tecnologías como CD Rom, Internet y otras autopistas de la información, etc. Cada vez con un papel más importante en la educación o deseducación ambiental. Son vehículos para llegar a mucha gente a la vez, y por consiguiente con mensajes cortos y sencillos. Muy copados por los periodistas es difícil encontrar, aunque existen, programas de corte ambiental con algo más que mera información ambiental. Poco trabajados, quizá muchas veces por lo costoso que es, sin embargo pueden llegar a tener una gran importancia para la transmisión de ciertos valores y el fomento de acciones concretas de respeto hacia el medio ambiente.
Interpretación ambiental:Se dirige al público en general con mensajes en relación al entorno, en contacto directo con él, y en los momentos de ocio o vacaciones. Tiene unos componentes muy claros: es una comunicación atractiva, ofrece una información concisa, es entregada en presencia del objeto en cuestión. Utiliza muchos recursos y equipamientos; desde los grandes centros de interpretación en espacios naturales protegidos, a los itinerarios interpretativos autoguiados; desde las aulas de naturaleza hasta los guías de naturaleza.
Jornadas, cursillos, mesas redondas dirigidas a determinados sectores de la población: profesionales de distintos ámbitos, empresarios, vecinos, estudiantes, etc. Pueden tratar sobre problemática ambiental en general, aunque la tendencia es a centrar más los temas. Son un foro adecuado para exponer distintos puntos de vista, y es recomendable que sean abiertas a las aportaciones de los destinatarios.
Participación
Tipos de participación
La participación es otro tipo de actuación de Educación Ambiental no formal, que está despertando con fuerza en nuestro país. También puede considerarse el resultado final de todas las demás. Por su importancia hemos decidido ampliar más la información sobre este punto.
Entendemos como participación el proceso metodológico que queda definido por el fin que pretende lograr, que es el de conseguir que los destinatarios realicen acciones positivas sobre el entorno.
Dentro de estas acciones positivas, la resolución de los problemas ambientales, fin último de la Educación Ambiental, adquiere todo su sentido e importancia cuando hablamos de participación. Y la entendemos como un proceso educativo, con momentos educativos claros: identificación de problemas, búsqueda de soluciones alternativas, análisis del cambio -viabilidad-, actuaciones sobre el entorno y evaluación.
PARTICIPACION FORZADA
Las autoridades tratan de imponer a los usuarios una forma de comportarse frente al medio ambiente.
PARTICIPACION PASIVA
Encuestas y sondeos sobre las necesidades y deseos de las personas, orientadas a informar a las autoridades y los gestores de la opinión de la mayoría, para que las tengan en consideración en sus decisiones.
PARTICIPACION ESPONTÁNEA
Se produce al margen de los planificadores, cuando un grupo de ciudadanos toma la iniciativa para hacerse oir e intenta imponer su voluntad.
Una consideración previa que hacemos es que aunque la participación la entendemos como un proceso metodológico en sí, también puede aparecer como el momento final de otros procesos, como por ejemplo de investigación del medio dentro de la Educación Ambiental Formal, que llevan a cerrar esos métodos con una acción directa y positiva y por tanto participativa sobre el propio entorno, bien sea la propia clase o colegio, el barrio, el municipio, un bosque o un río cercano, etc.
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Algunos ejemplos de participación
Asociaciones de vecinos, experiencias no siempre bien valoradas
Hay muchos ejemplos de acciones de transformación y mejora del espacio cotidiano -el barrio, la calle, la plaza- que han sido promovidas por las asociaciones de vecinos, en procesos participativos muchas veces espontáneos. Estas experiencias, verdaderamente enriquecedoras, vienen a demostrar cómo es posible solucionar problemas cuando las personas están sensibilizadas con los mismos y dispuestas a solucionarlos. Se resalta el papel de sensibilización y toma de conciencia que juegan estas asociaciones vecinales, pero no es posible hablar de un proceso educativo estructurado -y tal vez tampoco es necesario-.
Campañas de sensibilización y cambios de hábitos de consumo: puntuales e intensas
En la actualidad hay bastantes campañas y actuaciones, promovidas por diferentes agentes, desde instituciones a sindicatos y ONGs, que alertan sobre la necesidad de cambiar nuestros hábitos de consumo para frenar y revertir la degradación ambiental. Muchas inciden en la participación forzada, sobre todo las procedentes de administraciones -todas las campañas de ahorro de agua-. Hay otras que intentan provocar un cambio de actitud incitando a la reflexión y sensibilización sobre las verdaderas causas de estos problemas y cómo podemos solucionarlos.
Programas de voluntariado en espacios naturales, incipientes núcleos de participación
Desde la innovadora experiencia de Collserola en 1991, promovida por el equipo de educación ambiental del parque, se han venido poniendo en marcha diferentes programas de voluntariado en espacios naturales, como pueden ser los voluntarios ambientales de la región de Murcia, promovido por la Consejería de Medio Ambiente; de los espacios naturales valencianos entre la Consejería de Medio Ambiente y los Centros excursionistas valencianos; o el programa de voluntariado ambiental promovido por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Programas muchos de ellos dirigidos y coordinados por responsables y técnicos en educación ambiental, las tareas destinadas a los voluntarios son diversas como limpiezas y señalización de los espacios, restauración, acciones de sensibilización a visitantes, etc.
Las asociaciones (de consumidores, ecologistas, de desarrollo, por la paz...), la sociedad civil organizada
Muchas actuaciones en Educación Ambiental no Formal las han desarrollado en los últimos 15 años diferentes asociaciones. También han promovido acciones de participación, muchas veces forzada -imposición de criterios o formas de comportarse ante el medio ambiente, uso de la palabra y no de la vivencia a la hora de intentar cambiar actitudes-, y otras veces verdadera participación activa -realizando y promoviendo análisis de la realidad, detección de problemas, propuestas de solución y acciones-.
Una acción de interés por lo que está suponiendo de cambio para una asociación que lleva casi 30 años de vida, WWF/Adena, es la creación de una red de grupos locales formados por socios voluntarios. Siguiendo procesos educativos y métodos de animación sociocultural, se están creando núcleos de participación activa con altos grados de decisión.
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Recomendaciones
  • Para lograr unos valores y una conducta ambiental positiva, las estrategias de E. A deben involucrar todos los aspectos de los destinatarios (su inteligencia, sus emociones y experiencias), todas las cuales son factores que influyen en la predisposición hacia el compromiso y la acción.
  • Mantener la coherencia en todos los aspectos del programa. En Educación Ambiental los medios y la metodología son tan importantes como los fines.
  • Todo el proceso educativo debe desembocar en la acción positiva sobre el entorno -de mejora, de sensibilización, de resolución de problemas, de prevención, etc.
  • Aprovechar las campañas publicitarias para nuestros objetivos: Analizar críticamente el uso de estrategias publicitarias que inducen al consumo irracional. Dar a conocer los mecanismos de la publicidad y los instrumentos que ayudan a protegerse de sus efectos.
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Bibliografía
  • "Tratado sobre educación ambiental para sociedades sustentables y responsabilidad global", en Construyendo el futuro. Foro internacional de ONG y Movimientos Sociales. Tratados alternativos de Río 92. MOPTMA (1994).
  • "La educación ambiental no formal y la participación -ponencia marco-" Heras, F. 2as Jornadas de Educación Ambiental en Castilla y León, Aguilar de Campoo, 3-5 de noviembre de 1994. Junta de Castilla y León, Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. (1996).
  • "Guía para la enseñanza de valores ambientales." Caduto, M.J. (1992) Programa Internacional de Educación Ambiental UNESCO-PNUMA. Junta de Castilla León.
  • "Una nova relació amb la natura i amb la gent." L'experiencia dels voluntaris de Collserola. Franquesa T., Cervera M. y Espigulé J. (1996) Monografics psico-socio-ambientals. Unviersitat de Barcelona.
  • "Guía de actividades para la Educación Ambiental" Franquesa T. et al. (1996) Ministerio de Medio Ambiente. Madrid.
  • "Seminarios permanentes de Educación Ambiental" Ministerio de Medio Ambiental. (1996). Madrid.
  • "Manual para comprender 'Cuidar la Tierra'". Comisión Española de Educación de la UICN. (1995). Madrid. MOPTMA.
  • "Cómo proteger la naturaleza desde nuestra casa" WWF/Adena. Madrid. 1990.
  • "Revista Ciclos" Gea, nº 1. (1997) Valladolid.
·         Agua Dulce
·         Autores: Carmelo Marcén, Javier Benayas y Francisco José Sanz
·         El recurso agua:
un bien preciado siempre
·         Hablar del agua es comentar una paradoja. Es el elemento más abundante de la Tierra y, a su vez, escasea en muchos lugares. Da la vida y, en ocasiones, la quita. Une y separa. No le concedemos valor y su falta paralizaría nuestra vida. No figura en las grandes cifras macroeconómicas y es el principal activo... A pesar de todo, cualquier cosa que tiene que ver con el agua ejerce una atracción irresistible. Los ríos, la expresión más recurrente del agua dulce, han tenido y tienen un papel esencial en la vida del globo. Han sido inspiradores de muchas obras de arte, motores de la civilización de los pueblos, dinamizadores de las economías,...
·         No debemos olvidar que el agua dulce potable supone solamente el 0.008% del agua terrestre, lo que hace que en ocasiones su uso plantee complejos problemas. Todos se podrían resumir en una frase: "existe un desajuste entre la demanda, en cantidad y en calidad, y las disponibilidades en un momento dado y en un lugar concreto".
·         Distribución del agua en el mundo
·         Distribución del agua en el mundo.
(Imágen: USGS [Public domain], via Wikimedia Commons)
·         Es de todo conocido que el agua dulce está distribuida de forma muy irregular en la superficie terrestre. Los grandes depósitos naturales se encuentran en los glaciares de Groenlandia y la Antártida y en los Lagos de América del Norte o de Rusia. Las zonas húmedas tropicales contienen porcentajes elevados del total de la reserva mundial. El resto de las zonas terrestres se abastece como puede ya que a la carencia de agua se une la estacionalidad de la escorrentía.
·         Los distintos pueblos, las diferentes civilizaciones, han dedicado múltiples esfuerzos a proveerse de agua en cantidad y calidad para su vida cotidiana y para sus economías. En ocasiones le dedican un esfuerzo personal diario como sucede en ciertos países en donde la sequía es endémica; en otros lugares han construído ingenios técnicos y mecánicos para recoger un recurso que siempre ha sido considerado imprescindible. El agua potable domiciliaria es una conquista reciente en muchos lugares. Hoy día nos parece un servicio irrenunciable pero, desgraciadamente, no lo es en muchos lugares del planeta. En las áreas urbanas del tercer mundo 170 millones de personas carecen de agua limpia para satisfacer sus mínimas necesidades: beber, cocinar o lavarse; en las áreas rurales de estos países el panorama es más sombrío ya que alcanza a casi 885 millones.
·         Pero no todos los recursos pueden ser utilizados en todo su potencial. Existe un límite al que progresivamente nos vamos acercando. La sucesiva construcción de diques y presas ocasiona múltiples afecciones y no garantiza, por sí sola, la satisfacción de las demandas futuras. Se habla de que globalmente hay un exceso de agua pero, debido a los límites operativos y a la contaminación, las cifras totales de este momento sólo se pueden llegar a duplicar y eso se supone que se puede alcanzar de aquí a unos 20 o 30 años. Urgen, por tanto, otras acciones correctoras de la desviación de los consumos.
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·         El agua ejerce un papel importante
en la organización del espacio
·         Desde antiguo, los ejes fluviales han ofrecido a los grupos sociales unas condiciones apropiadas para el establecimiento de focos de civilización. Cualquier mapa histórico del paí o del mundo, de épocas pasadas o recientes, ilustra la potencialidad de los ejes fluviales. La agricultura hidráulica, la hidroelectricidad, la posibilidad de comunicaciones o de transporte han sido siempre opciones para el desarrollo en las diferentes culturas.
·         El papel fecundante de las vías de agua todavía es perceptible en la actualidad si atendemos a la localización de los mayores asentamientos urbanos e industriales. Sin caer en el determinismo del agua, pues los medios técnicos de transporte lo cuestionarían, el agua ha tenido y tiene un papel relevante en la organización del espacio. Los conflictos internacionales y las polémicas regionales por el uso del agua de cuencas compartidas evidencia el papel del agua como vertebrador del territorio.
·         Qué duda cabe que también ha originado constreñimientos al desarrollo, lo mismo en épocas antiguas que en la actualidad, ya que todos los problemas no se resuelven con la técnica, sobre todo los que afectan a la calidad de las aguas. Solamente por estos motivos habría que intentar desarrollar nuevas actitudes, hábitos diferentes de cara a preservar los ríos, los acuíferos y garantizar el futuro.
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·         Algunas causas y ciertos efectos de
la contaminación de las aguas continentales
·         Los seres humanos se concentran en las proximidades de los cursos de agua y provocan que los sistemas de agua dulce sean los primeros hábitats en degradarse. Usan el agua, consumen sus especies animales, utilizan sus cauces para desplazarse y como colectores de sus vertidos.
·         Hay que considerar también que los ecosistemas de agua dulce son muy vulnerables. Por un lado los cauces soportan los flujos de materiales constantes y con cambios rápidos; por otro, los lagos y estanques tienen ciclos naturales muy lentos con lo que tardan mucho en expeler los agentes contaminantes.
·         No debe extrañarnos por tanto la afirmación de que la contaminación del agua es uno de los problemas más graves con los que se enfrenta la civilización actual. Lluvias ácidas, vertidos de aguas residuales, productos químicos agrícolas, metales pesados, etc. se incorporan al caudal de agua de los ríos. Este problema es particularmente grave en todos los países: en los industrializados por la cantidad y la diversidad de agentes contaminantes y en los países en desarrollo debido a la imposibilidad de hacer frente al coste económico que suponen las tecnologías para la depuración del agua y la regeneración de las aguas residuales. Por otra parte, muchos de estos contaminantes son difíciles de eliminar por los métodos convencionales de depuración. Su recuperación va a ser muy costosa.
·         El agua dulce no es solamente agua. La biodiversidad de ríos, lagos, torrentes y zonas húmedas es el conjunto de ecosistemas más amenazados de la Tierra. Casi el 20% de los peces de agua dulce han desaparecido o están en peligro de hacerlo. Esta cifra es mucho mayor en algunos países industrializados como sucede en Europa Oriental. Pero no son sólo los peces. Anfibios, moluscos y otras muchas especies peligran también aunque no se conoce suficientemente la biodiversidad de agua dulce.








Hablar del agua es comentar una paradoja.  Es el elemento más abundante de la tierra y, a su vez, escasea en muchos lugares.
Ciclo del agua

EL CICLO DEL AGUA

El concepto de ciclo indica claramente el carácter limitado de los recursos. Como puede observarse, la cantidad de agua existente en la Tierra siempre es la misma y se halla en constante movimiento debido a la acción de la energía solar y a la fuerza de la gravedad. De esta forma, se repite una y otra vez un proceso que llamamos "ciclo del agua".
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·         La sobreexplotación de las aguas subterráneas
va en aumento
·         El uso del agua subterránea no es una moda de nuestros tiempos. Existen documentos históricos que hablan de las cualidades del agua de manantial. Pero el uso del agua subterránea se ha incrementado en todas partes a un ritmo vertiginoso desde la década de los 60.
·         La contaminación, o la falta, de las aguas superficiales ha motivado el empleo de aguas subterráneas. En principio podemos decir que abundan las aguas de este tipo.
·         Pensemos que de los 30,000 hm³/año de agua-recurso que existen en España, por ejemplo, casi 25,000 se emplean en agricultura con una superficie regada de más de 3, 000,000 ha. De éstas, casi el 30% se riegan con aguas subterráneas. De los 4,500 hm³/año que se emplean para uso urbano e industrial casi 1,500 corresponden a aguas subterráneas. Ello supondría que del orden del 40% de la población se estaría abasteciendo con estas aguas y aproximadamente el 80% del total de los municipios. Estas cifras de utilización en España se ven ampliamente superadas en el resto de los países de la Unión Europea.
·         Estas actividades humanas y agrícolas principalmente están reduciendo considerablemente el nivel de reservas de aguas subterráneas. Sin embargo, el mayor problema de esta utilización es que ha originado un incremento considerable del contenido de compuestos nitrogenados en las aguas subterráneas, además de un aumento del contenido de Cl- en los acuíferos próximos a la costa como consecuencia de la entrada del agua del mar en éstos.
·         Los acuíferos se encuentran, de entrada, mejor protegidos frente a la contaminación que las aguas superficiales pero cuando ésa se produce suele ser irreversible en la mayoría de los casos. De ahí la urgencia de articular un sistema de protección que preserve los acuíferos de su pérdida irreparable.
Agua Dulce
2da. Parte
Autores: Carmelo Marcén, Javier Benayas y Francisco José Sanz
El consumo humano del agua  dibuja una situación compleja
El consumo del agua va creciendo en todas las culturas pero representa en cada una de ellas valores muy contrastados. Los consumos per cápita difieren notablemente tal como se puede apreciar en el cuadro sobre los Usos del Agua, pero esta cifra enmascara en cierta manera la verdad puesto que ha de ser analizada contrastándola con los diferentes usos del agua. En la tabla se puede apreciar también, es una tónica general en la mayor parte de los países que incluyen los informes internacionales, el elevado porcentaje que suponen los usos agrícolas de agua dulce; también hay que señalar que el porcentaje de usos con respecto a recursos hay que contemplarlo dentro de unas cifras globales de recursos anuales de agua internos renovables que no siempre son utilizables ni se cumplen debido a la irregularidad de los aportes. Con todo, constatamos que algunos países están explotando aguas fósiles en demasía frente a otros que apenas llegan a alcanzar porcentajes del 2% de los recursos anuales.
USOS DEL AGUA
Estados Unidos
Uso per cápita (m³/año): 1,868
Abastecimiento (%): 13
Industria (%): 45
Regadío (%): 42
Usos/recursos (%): 19
Bulgaria
Uso per cápita (m³/año): 1,545
Abastecimiento (%): 3
Industria (%): 76
Regadío (%): 22
Usos/recursos (%): 7
Japón
Uso per cápita (m³/año): 732
Abastecimiento (%): 17
Industria (%): 33
Regadío (%): 50
Usos/recursos (%): 16
Usos del agua
España
Uso per cápita (m³/año): 1,188
Abastecimiento (%): 12
Industria (%): 26
Regadío (%): 62
Usos/recursos (%): 41
Egipto
Uso per cápita (m³/año): 1,028
Abastecimiento (%): 7
Industria (%): 5
Regadío (%): 88
Usos/recursos (%): 97
Madagascar
Uso per cápita (m³/año): 1,642
Abastecimiento (%): 1
Industria (%): 0
Regadío (%): 99
Usos/recursos (%): 41
FUENTEWorld Resources Institute. 1996. Datos referidos a años entre 1987 y 1992.
Existe una convicción generalizada que habla de unos elevados consumos domiciliarios de agua potable en los países que disfrutan de una renta per cápita más elevada; dentro de estos países, los consumos urbanos duplicarían sin duda los consumos de los núcleos rurales. Los países en vías de desarrollo tendrían un menor consumo pero no siempre es así si nos atenemos a las cifras publicadas. En general tienen, aunque las comparaciones son difíciles de comprobar pues enmascaran situaciones de enormes diferencias, consumos del orden de la mitad o de la tercera parte. La internacionalización de la economía puede estar en el origen de los elevados consumos agrícolas de algunos como Madagascar, o la obsolescencia de la industria puede ser la causa de los elevados consumos de otros como Bulgaria. Sin embargo, estas cuestiones exigirían un análisis más detallado y manejar un número mayor de variables.
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El papel de los Convenios y Tratados  para el uso del agua
El agua es un bien común. Esta afirmación es compartida por la mayoría de los ciudadanos y debe ser el punto de partida ante cualquier controversia acerca del agua.
Muchas de las cuencas hidrográficas importantes son compartidas por varios países. Los pactos que regulan la utilización conjunta de estos recursos superan la cifra de 2,000. Pero en muchas ocasiones las pretensiones de unos países, de unas regiones, originan conflictos con otras. La cuenca del Nilo, el sudoeste de Asia y Oriente Próximo evidencian con excesiva frecuencia esta problemática. El conflicto bélico de Oriente Medio tiene, además de otros muchos componentes, un claro enfrentamiento por la utilización del agua del Jordán. Algo parecido sucede con las aguas de los ríos Tigris y Éufrates que ocasionan disputas continuadas entre Turquía, Siria e Irak. Los códigos de derecho internacional establecen que ningún estado puede perjudicar a otros mediante el uso del recurso agua pero no existen mecanismos que permitan resolver las acciones opuestas.
Las directivas comunitarias que obligan al establecimiento de estaciones depuradoras de aguas residuales en localidades importantes van cumpliéndose poco a poco y están contribuyendo a que el panorama vaya adquiriendo tintes menos dramáticos. Sin embargo, queda todavía bastante camino por recorrer sobre todo en lo que se refiere al tipo de depuración realizada.
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Los problemas a escala local  se viven más intensamente
Cada lugar, cada pueblo, experimenta la problemática del agua de manera diferente.
El abastecimiento de agua potable se identifica con desarrollo. Así lo entendía la campaña "Agua limpia y medidas sanitarias para todos en 1990" de la ONU dirigida a la mejora de las condiciones sanitarias en los países menos desarrollados. Sin embargo, parece que las condiciones, y estamos ya en los albores del año 2000, no han mejorado. Las cantidades presupuestarias que proyectó la Conferencia del Agua y del Medio Ambiente de Dublín superaban los 36,000 millones de dólares; demasiado dinero para el momento actual.
Mientras las soluciones llegan, la utilización del agua en mal estado sigue originando problemas. En los países desarrollados tienen una expresión casi cotidiana en los medios de comunicación; en los países no desarrollados se cobran vidas a diario. Resultaría difícil encontrar una solución mágica que procurase agua en cantidad y calidad suficiente para las demandas exigidas actualmente en todas las zonas del Planeta; es posible que incluso sea irrealizable.
Las demandas se incrementan, las calidades se deterioran y no existe una distribución equitativa entre las distintas zonas en cada momento. Descartada, por tanto, una solución global, se imponen una serie de acciones parciales destinadas a buscar la adecuación entre las demandas y las disponibilidades.
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Todavía son posibles acciones positivas  para proteger el recurso agua
La escasez de agua suena a unos a realidad, a otros a exageración y para algunos es sólo el resultado de una mala gestión. Se argumenta que la evaluación de necesidades comporta un margen de imprecisión considerable por lo que es difícil prever el futuro, aunque también se dice que cualquier proyección tiene el valor de puesta en guardia. De cualquier manera, no es necesario esperar a que la escasez de agua global sea una realidad para experimentar los problemas que surgen cuando una sociedad sobrepasa sus límites hidrológicos pues sobran ejemplos de lo que ocurre en los sitios donde ya se han superado esos límites. Es preciso actuar ya de cara a realizar los ajustes necesarios para evitar problemas futuros.
A primera vista, en el conjunto global, quedan pocas dudas de que es necesaria una reconsideración de las tendencias actuales. Entre las medidas que se apuntan sobresalen dos: el ahorro de los recursos y el incremento de los recursos. Estas acciones, con ser necesarias, no son suficientes. Debemos consolidarlas pero hemos de intentar superarlas: hemos de configurar una nueva dialéctica que vaya desde la economía del agua a la cultura del agua para llevar a cabo una adecuada gestión del agua.
En primer lugar, hemos de recuperar el valor primitivo del agua, su valor social y personal. El agua, como antaño, sigue siendo un tesoro. Un tesoro dinámico que se acrecienta con una filosofía del uso en la que participa toda la sociedad. Una filosofía del uso que se fundamenta en dos pilares: el ahorro y la progresiva disminución de la contaminación. En fin, una sociedad que se implica también gestionando adecuadamente el recurso para repartirlo con parámetros de solidaridad.
Para reconstruir ese valor es necesario un debate social que estimule una nueva cultura de grupo basada en una información veraz, en un diálogo continuado que vaya más allá de las leyes; que despoje al agua de unas presiones demasiado mercantilistas que nos impiden comprender su relevancia social. Una cultura que contemple una alternativa olvidada como es el multiuso, uso selectivo del agua, antes que su utilización indiscriminada. Una cultura que sepa que reducir el desperdicio del presente es una de las más valiosas opciones de futuro.
Pero para ir construyendo progresivamente esa cultura debemos empezar cada uno de nosotros mismos reduciendo consumos, adoptando hábitos diferentes y participando en la gestión social integrada del agua. Una gestión social que demande una adecuada gestión administrativa por parte de los poderes públicos. Sólo de esta manera contribuiremos a mejorar el presente y empezaremos a construir el futuro.
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Bibliografía
  • Agua Dulce. Amigos de la Unesco y Centre Unesco de Catalunya. Rev. TODOS núm. 4, 1993, Amigos de la Unesco-País Vasco, Bilbao.
  • Geografía de la utilización de las aguas continentales. Bethemon, Jacques (1980). Oikos-Tau.
  • El agua en España. Instituto Tecnológico Geominero de España (1991), I.T.G.E.
  • Mas allá de los límites del crecimiento. Meadows & Randers (1992) El País Aguilar.
  • La Guía Global del Medio Ambiente. Xabier Doménech. (1995). Miragüano Ediciones. Madrid.
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La Población
Autor: Carmen González Muñoz
La relación población/desarrollo: una cuestión ambiental clave
El explosivo aumento de la población mundial y los desequilibrios que caracterizan su composición y estructura, junto con el contexto socio económico en el que estos fenómenos se producen son, en nuestros días, cuestiones claves para entender la crisis ambiental. Durante milenios, según nos muestra el gráfico, la población del mundo creció lentamente, dado que los nacimientos apenas superaban a las defunciones y que se producían periódicas y catastróficas sobre-mortalidades, debidas a la escasa alimentación, las epidemias y las guerras. La superación de estos factores, las revoluciones agrícola e industrial, la mejora en las condiciones higiénicas y otros adelantos explican el acelerado crecimiento de la población mundial desde finales del s. XVIII y la explosión demográfica especialmente evidente en el s. XX.
La población mundial, así, ha crecido más en estos dos últimos siglos que en todos los anteriores, doblando sus efectivos en los años posteriores a la 2ª Guerra Mundial. En la última década se han registrado tasas de crecimiento del 1.7% anual (1985-90), con incrementos anuales de 90 millones de personas. El resultado es que la población de la tierra cuenta en la actualidad con más 6,000 millones de habitantes, mientras que hacia mediados del s. XVIII apenas estaba constituida por 728 millones, a mediados del s. XIX por 1,171 millones y a mediados del siglo XX por 2,516 millones de habitantes. Y en el futuro, según algunas estimaciones, la tierra podría superar los diez mil millones de personas (9,400 millones en el año 2050, 11,200 millones en el año 2100).
La preocupación por los efectos sobre el medio ambiente de una población de tal magnitud y por las disponibilidades de recursos para atenderla, resultan comprensibles a la luz de estas cifras y se agrava al coexistir la explosión demográfica con un modelo socioeconómico que propicia otra explosión no menos preocupante, la del consumo, masivo ya en las sociedades industrializadas, y que favorece situaciones de grave desigualdad, en la que el 20% rico de la población mundial se reparte el 80% de los recursos. Ambas cuestiones, explosión demográfica y explosión del consumo no pueden, pues, considerarse por separado ni aislarse de los modelos de desarrollo que se planteen; por ello, es necesario afrontar la cuestión desde ambos aspectos, población y recursos, y buscar modelos de desarrollo más justos.
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La explosión demográfica y  los desequilibrios de la población
La explosión demográfica es, pues, una de las grandes preocupaciones ambientales de fines del s. XX. Y, aunque el ritmo de incremento parece haberse hecho más pausado, con "sólo" 81 millones de personas al año, si no se reduce, en el año 2025, según cálculos de los expertos de la ONU, que nos muestra el gráfico, la tierra habrá aumentado en 2,200 millones de personas más y estará poblada por más de 8,039 millones de habitantes.
Evolución Histórica de
la Población Mundial
El Futuro Inmediato
http://www.jmarcano.com/educa/curso/poblacmund.gif
Horizontal: Desde (-5000) millones de años hasta 1997
Vertical: De 0 a 6000 millones de habitantes
http://www.jmarcano.com/educa/curso/poblacmund2.gif
Pero la población de la tierra presenta, además, acusados contrastes en su distribución espacial y notables desequilibrios en su composición. Así el 90% vive en el hemisferio norte; el 50% se sitúa entre los 20º y 40º de latitud norte y preferentemente en la periferia o por debajo de 500 m. Ciertos factores naturales, como el clima o el relieve, justifican la atracción de algunas regiones y los vacíos de otras, pero son factores humanos, sociales, económicos, políticos y de comportamiento demográfico, los que explican la distinta ocupación del espacio.
Se producen también desequilibrios en la estructura de la población y en su distribución por edad, sexo y niveles de desarrollo, los cuales no han hecho más que acrecentarse con la explosión demográfica, dado que, en nuestros días, se da básicamente en los países subdesarrollados o en desarrollo, cuya fecundidad se mantiene alta, mientras que declina en los desarrollados, los cuales hace ya tiempo han superado la fase de transición demográfica.
Consecuencia de este desigual crecimiento son las muy distintas cifras de población entre regiones y sus diferencias en la edad. Así, en los años cincuenta de nuestro siglo, con una población en torno a los 2,500 millones, unos 800 millones, el 32%, vivían en los países desarrollados, mientras que los restantes 1,700, el 68%, lo hacían en los subdesarrollados o en vías de desarrollo. Mediados los noventa, de los 5,500 millones censados sólo un 24%, unos 1,300 millones vivían en países desarrollados, representando los subdesarrollados un 76% del total, unos 4,200 millones de personas.
Y en el futuro todos los cálculos apuntan en el mismo sentido: en el 2025 sólo 1,220 vivirán en regiones desarrolladas, aproximadamente un 20%; 1,159 en países subdesarrollados y nada menos que 6,818 se situarán en las regiones menos desarrolladas, lo que significará que un 80% vivirá en los países más desfavorecidos económicamente. Considerados por zonas, será en Asia Meridional, África y los Países Árabes donde se producirán los crecimientos demográficos más fuertes, siendo más moderados en Asia Oriental, América Latina y Caribe. En el lado contrario, tanto en América del Norte como en Europa la población, salvo por vía de inmigración, no aumentará casi nada o descenderá, dado que su media de fecundidad, apenas 1.7 por mujer, está por debajo de la tasa de reemplazo, 2.1 hijos por mujer. Así, Europa, que en 1990 tenía 498 millones de habitantes, pasará, si estos datos no cambian, a tener sólo 486 millones en el 2050.
Población Jóven/ Población Envejecida

http://www.jmarcano.com/educa/curso/poblacmund3.gif
En los países ricos y desarrollados la población, además, envejece de forma alarmante. El contraste de esta situación con la de países en desarrollo que mantienen alta su fecundidad en presencia de mortalidades bajas es evidente en los casos que ilustra el gráfico, que enfrenta la Pirámide de Población de Suecia con la deUganda. Nos encontramos ante un mundo joven y pobre o con dificultades de desarrollo y otro envejecido y rico.
Otro desequilibrio básico es el que afecta al reparto de la población por sexos y a la situación de la mujer. De los 5,300 millones de habitantes que tenía el mundo en 1990, menos de la mitad, 2,630 millones, eran mujeres, aunque las desigualdades regionales fuesen y sigan siendo considerables. En muchos países esta población femenina sufre una clara discriminación, que afecta a sus derechos cívicos y a su nivel de nutrición, de atención sanitaria o de educación. Su papel es, sin embargo, esencial en el comportamiento demográfico; la fecundidad está muy relacionada con cuestiones tales como la edad de contraer matrimonio [alrededor del 50% de las mujeres africanas, el 40% de las asiáticas y el 30% de las latinoamericanas se casan antes de los 18], lo que constituye un indicador de alta fecundidad, su nivel de educación, el uso o no de anticonceptivos, etc.
Las políticas demográficas y los planes de desarrollo han tendido con frecuencia a olvidar estos aspectos, reforzando a veces su papel reproductor. Hoy en día se considera que la mejora de su estatus y su participación en la gestión de los programas demográficos es de suma importancia para el tratamiento de los problemas ambientales.





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Pobreza y Migración.
La brecha Norte - Sur
La brecha que separa a los países desarrollados del Norte de los del Sur en desarrollo ha aumentado en las últimas décadas. Pero, a su vez, el Norte tiene dentro su propio Sur [sus marginados] y el Sur, dentro del cual se manifiestan también crecientes desigualdades, su propio Norte [sus potentados]. Los niveles de riqueza y pobreza, y la dinámica poblacional son dos buenos indicadores de esta situación.
Más de una quinta parte de la humanidad vive todavía en unas condiciones extremas. El cuadro nos ilustra sobre las dimensiones y evolución de la pobreza en los países en desarrollo, observándose en él algunas mejoras globales, pero con una distribución muy desigual. En los países asiáticos, con algunas excepciones, la situación está mejorando, pero todos los indicadores de pobreza empeoraron en el África, al Sur del Sahara y en América Latina y, en menor medida, en otras zonas. Las desigualdades se manifiestan también entre sexos y edades: el mayor porcentaje de pobres se da entre las mujeres y casi los dos tercios de la población por debajo de los umbrales de pobreza tiene menos de 15 años.







La Pobreza en el Mundo en Desarrollo

Porcentaje de la población por debajo del umbral de pobreza
Nº de personas pobres (millones)
Regiones
1985
1990
2000
1985
1990
2000
Todos los países en desarrollo
30.5
29.7
24.1
1,051
1,133
1,107
Asia Meridional
51.8
49.0
36.9
   532
   562
   511
Asia Oriental
13.2
11.3
  4.2
   182
   169
     73
África ( Sur del Sahara)
47.6
47.8
49.7
   184
   216
   304
Oriente Medio y Norte de África
30.6
33.1
30.6
     60
     73
     89
Europa Oriental (a)
  7.1
  7.1
  5.8
       5
       5
       4
América Latina y El Caribe
22.4
25.5
24.9
      87
    108
    126
(a) No incluye a la antigua URSS.

Fuente: Ravallion, Datt y Chen, 1992. (Tomado de "Informe sobre el Desarrollo Mundial 1992" Washington. Banco Mundial-1992)
Esta situación significa un fuerte contraste con el despilfarro y la sobrealimentación de los países ricos del Norte y una gran presión sobre los recursos, que es también una presión sobre el espacio: las poblaciones se desplazan de sus zonas de origen en busca de lugares más seguros o más respetuosos con los derechos humanos, y con mejores condiciones de vida, abandonado el campo por la ciudad o persiguiendo en los países desarrollados el bienestar que no encuentran en los suyos de origen. Así, en 1990, la mayoría de la gente vivía en zonas rurales; en el 2030 la población urbana será el doble de la rural; en el año 2000, pese a algunos signos de desaceleración, 21 ciudades tendrán más de 10 millones de habitantes y de ellas 17 estarán en países en desarrollo.
En el ámbito internacional, la mayor parte de las migraciones se están produciendo desde los países del Sur [países jóvenes con un elevado crecimiento demográfico y bajo nivel de vida] hacia los países del Norte, con una población envejecida, escaso o nulo crecimiento demográfico y alto nivel de vida, pero que se resisten a compartirlo encerrándose en sus fronteras- castillos. Más de 60 millones de ciudadanos de países pobres pueden estar en disposición de "invadir" los países ricos en busca de recursos, con un flujo actual ya de más de 2 millones de inmigrantes al año. Se estima en más de 125 millones de personas los migrantes internacionales en todo el mundo, la mitad de ellos en países en desarrollo.
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La Población
2da. Parte
Autor: Carmen González Muñoz
Población y recursos

La preocupación por los efectos de la población sobre el medio ambiente y la disponibilidad de recursos crece si tenemos en cuenta que la explosión demográfica coexiste con un modelo socioeconómico que propicia otra explosión no menos importante, la del consumo, masivo ya en las sociedades industrializadas, y que favorece situaciones de grave desigualdad, en la que el 20% rico de la población mundial se reparte el 80% de los recursos.
Ambas cuestiones, explosión demográfica y explosión del consumo no pueden, pues, considerarse por separado ni aislarse de los modelos de desarrollo que se planteen; por ello, es necesario afrontar la cuestión desde ambos aspectos, población y recursos, y buscar modelos de desarrollo más justos.
Hacia un nuevo modelo de desarrollo sostenible
Hacer frente a los problemas hasta aquí descritos requiere un análisis y unas soluciones que van bastante más allá de lo meramente demográfico. No cabe cargar toda la "culpa" sobre el crecimiento poblacional, si bien éste deba ser controlado, sino que hay que revisar el modelo productivista y consumista en que vivimos. La población está influida por factores sociales, culturales, económicos, etc. y, a su vez, los influye; es al tiempo, causa y efecto; las interrelaciones son continuas. Existe hoy un amplio consenso en considerar que la pobreza persistente y generalizada y las graves desigualdades sociales y económicas entre países ricos y pobres, entre mujeres y hombres, tienen una gran influencia en el comportamiento demográfico y en que, a su vez, éste repercute de modo importante en el estado del medio ambiente y, en fin, en el ritmo y la calidad del desarrollo económico y social.
La riqueza despilfarradora de una pequeña parte de la población mundial frente a la pobreza extrema de una gran parte son elementos importantes del problema ambiental; la actitud depredadora presiona sobre los recursos del mundo occidental pero también sobre los países en vías de desarrollo, convertidos en áreas de suministro de materias primas, en fuente de mano de obra y en vertedero de residuos tóxicos, al tiempo que, en estos, la pobreza contribuye a un crecimiento demográfico explosivo y a una gran presión sobre los recursos. Debe así atenderse a las causas profundas de estos fenómenos, en cuya base se encuentra un modelo económico, el de la sociedad de consumo propio de los países industrializados, cuya generalización produciría su propio colapso. Si todos los países se comportaran como países desarrollados, con sus altos consumos y producción de desechos, seguramente ninguno podría seguir siéndolo; la capacidad de carga de la tierra no lo resistiría. Habrá que repartir mejor para crecer juntos.
Es necesario, por tanto, caminar hacia un nuevo modelo de desarrollo que vaya más allá del simple crecimiento económico y que aproxime, y no distancie, al mundo desarrollado y a los países en vías de desarrollo; un desarrollo que no sobrepase las posibilidades de renovación de los recursos y que sea solidario con las generaciones presentes y con las futuras. Se trata de un desarrollo que se ha dado en llamar "Desarrollo Sostenible".
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Pero, ¿cómo alcanzar ese modelo? ¿Qué se está haciendo?
La transición hacia un sistema sostenible ha sido analizada en algunos estudios (Meadows, Meadows & Randers, 1992), combinando la situación de la población y de los recursos con las demandas económicas, la tecnología y otros factores en el horizonte del año 2000 y del 2100; en ellos se comprueba que existen relaciones recíprocas inevitables entre la cantidad de personas que la tierra puede soportar y el nivel de vida material a que pueden aspirar; y las cifras varían en función de la modificación de los distintos elementos que intervienen, todos los cuales deben, pues, ser atendidos.
La necesidad de políticas adecuadas de regulación demográfica, se ha puesto de manifiesto desde hace tiempo en las Conferencias mundiales de población convocadas por la ONU. En ellas (Roma 1954, Belgrado 1965, y sobre todo Bucarest 1974, México 1984, El Cairo 1994) se han dado posiciones enfrentadas, pero, en la actualidad, se aceptan políticas de planificación, ya aplicadas en distintos países, aunque relacionadas con otras actuaciones. En El Cairo se consiguió un acuerdo internacional entre 180 países para universalizar estas políticas antes del año 2015, a fin de estabilizar la población mundial en 8000 millones de personas (2025), lo que depende en gran medida de la aplicación de políticas de salud e información reproductiva y del acceso de la mujer a la educación.
La erradicación de la pobreza extrema es también una de las prioridades del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo), considerándose factible en los dos primeros decenios del s. XXI. El "Informe sobre el Desarrollo Humano 1997", señala algunas de las acciones necesarias.
Pero en el trasfondo de todo ello está siempre el orden económico internacional y la necesidad de cambiar algunas reglas de juego injustas, como el reparto de la riqueza y otras que acentúan los desequilibrios Norte-Sur y mantienen en situación de pobreza a millones de personas. Por eso las Propuestas de Acción de recientes conferencias internacionales plantean todas estas cuestiones de forma interrelacionada, así el Programa 21 de la Cumbre de Río de Janeiro (1992) o los 15 Principios en que se despliega el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (El Cairo, 1994), que considera a la persona el elemento central del desarrollo sostenible.
Muchos países han modificado sus políticas para incorporar este enfoque, enfatizando las cuestiones de salud y derechos sexuales, de reproducción y de género. La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995) acentuó aún más este proceso. El reciente informe sobre el "Estado de la Población Mundial" de la ONU (FNUAP, 1997) analiza las luces y las sombras de este programa.
Todos los países deben reconocer sus responsabilidades en este sentido, pero a los desarrollados incumbe un especial esfuerzo por promover el desarrollo y reducir los desequilibrios mundiales.
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Bibliografía
  • Nuestro futuro común. Comisión Mundial del Medio Ambiente y el Desarrollo. (1988) Alianza.
  • La explosión demográfica. Ehrlich, P.R. y A.H. (1993). Barcelona. Salvat.
  • Estado de la población mundial (1997). FNUAP. Naciones Unidas. Nueva York, (1997) (varios años)
  • Más allá de los límites del crecimiento. Meadows, D. et al. (1992). El País/Aguilar. Madrid.
  • Los desequilibrios demográficos. Novo, M. (1993). UNED/Fundación Universidad-Empresa. Madrid.
  • Río 92. Textos y Documentos. ONU. Conferencia de las naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Madrid. MOPT. 1993
  • Informe de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo. ONU. El Cairo. 5/13 septiembre, 1994
  • Informe sobre el desarrollo humano. 1997. PNUD. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Nueva York, 1997 (varios años)
  • Los grandes problemas actuales de la población. Pujol, R. et al. (1993). Síntesis, Madrid.
  • La situación en el mundo. Worldwatch Institute. Madrid, 1997 (varios años)
·         Las Ciudades
·         Autor: Julen Rekondo
·         Las ciudades están ahí y casi todos nosotros vivimos en alguna. Por muchos problemas que causen, hay que contar con ellas. Hace una década, las ciudades tenían poco que ofrecer a las generaciones más inquietas. Hoy, en un mundo donde prima la búsqueda de estímulos y sensaciones, las urbes le están ganando la partida a la naturaleza. Existe todo un movimiento de reivindicación del espacio urbano que parte de esa realidad e intenta sacarle el máximo partido ecológico a las ciudades. El tema lo merece, pues no olvidemos que en ellas habita la especie que nos resulta más afín de todas: los seres humanos.
·         Las ciudades se han convertido en el hábitat típico de la humanidad actual. Más del 80% de la población de la Unión Europea vive en núcleos urbanos y el 60% de la población mundial será urbana en el año 2005. Son cifras frías y concretas que sirven para comprender la dimensión de un fenómeno complejo y de trascendental importancia para el futuro del planeta.
·         Como en tantos otros temas, todos están de acuerdo en la enfermedad, pero no en los remedios: para caminar hacia una sociedad ecológica es necesario cambiar los hábitos y las dinámicas urbanas. En un planeta con más de 5,000 millones de habitantes volver al campo no es una solución global. La respuesta puede estar en la dirección contraria: convertir los núcleos urbanos en una nueva síntesis entre urbe y naturaleza, donde la arquitectura, el transporte, el uso del suelo, la recuperación de los suelos degradados, las decisiones comunitarias así como las costumbres sociales, la educación y la cultura estén íntegramente relacionadas entre sí.
·         El desafío al que han de hacer frente los poderes públicos durante los próximos decenios, especialmente en las ciudades de máximo crecimiento demográfico del Tercer Mundo, parece inmenso. Sus posibilidades de éxito no sólo dependerán de las capacidades locales, sino también de la posibilidad de transformar favorablemente el estado de las relaciones internacionales y sociales sobre dos cuestiones clave: un sustantivo avance en la convergencia real de las economías y oportunidades entre países ricos y pobres; y la asunción de una nueva ética ambiental universal que, reconociendo la inviabilidad de los actuales patrones de desarrollo, asuma la necesidad de alumbrar otros nuevos, que resulten viables y generalizables al conjunto de la humanidad.

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·         Para vivir en ciudades habitables
·         En 1850 había en todo el mundo cuatro ciudades de más de un millón de habitantes; en 1900 ya eran veinte y en 1950 ciento cuarenta. Actualmente sobrepasan esa cifra mágica más de 200 y el 50% de la población de la Tierra vive en las ciudades. Según todos los pronósticos en el 2030 las áreas urbanas acogerán a las dos terceras partes de la población mundial.
·         Las ciudades, durante largas épocas destacados centros de producción, desarrollo social, innovación y creatividad, han devenido en los últimos tiempos en espacios cada vez más inhóspitos en los que se multiplican la pobreza, la violencia, la marginación y la degradación del entorno. El desmesurado auge urbano de estas últimas décadas, tan veloz como desequilibrado, ha desencadenado una crisis ambiental sin precedentes con efectos preocupantes también sobre la salud. Según Naciones Unidas, el deterioro del medio ambiente urbano es responsable de que más de 600 millones de habitantes de las ciudades de todo el mundo, principalmente en los países en desarrollo, vivan en condiciones que amenazan seriamente su salud y supervivencia, y que otros 1300 millones se expongan cotidianamente a unos niveles de contaminación del aire que sobrepasan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
·         Además de los impactos internos, la huella "ecológica" de la ciudad traspasa las fronteras locales para afectar a toda la biosfera. Fenómenos globales como la disminución de la capa de ozono, "lluvias ácidas" o el denominado "efecto invernadero", tienen su origen en las emisiones contaminantes de óxidos de nitrógeno, anhídrido carbónico, monóxido de carbono, dióxido de azufre, etc., cuyo principal foco emisor son las ciudades, sobre todo en los países más industrializados y desarrollados. Frente a este inquietante panorama, el reto de las ciudades cuando abordamos el cambio de milenio es plantear modelos de desarrollo urbano sostenible, que permitan conciliar la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos con la preservación del patrimonio natural.
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·         Reducir el tráfico
·         En las ciudades, el tráfico es la principal fuente de contaminación atmosférica; supone prácticamente el 100% de las concentraciones de monóxido de carbono y de plomo, el 60% de los óxidos de nitrógeno -que contribuyen a la formación de las "lluvias ácidas"-, y el 50% de las partículas. Asimismo, el sector del transporte en la ciudad es uno de los de mayor consumo energético y, por consiguiente, de las emisiones de CO2, gas responsable en un 50% del "efecto invernadero".
·         El ruido, una de las formas de contaminación más genuinamente urbana, también tiene su origen en el estruendo sonoro que la creciente motorización provoca. A estos impactos, se añade la incesante apropiación de espacio engullido por las infraestructuras viarias en aumento, que en las grandes ciudades europeas ocupan ya en la actualidad por término medio entre el 10 y el 15% del suelo.

·         Todos estos datos negativos no hacen sino confirmar la ineficiencia de los sistemas de transporte urbano, basados en el dominio casi absoluto del vehículo privado. En muchas ciudades europeas el coche representa ya el 80% del transporte motorizado. En este contexto, en el que cada vez es más cuestionada la presencia abusiva y hegemónica del coche, se viene defendiendo de unos años para acá y desde diversos ámbitos ciudadanos un cambio de los sistemas de transporte urbano, apostando por un modelo más equilibrado en términos ecológicos, sociales y económicos. Un modelo cuyo objetivo principal deberá ser la mejora de la accesibilidad y no la mera movilidad. La clave de este nuevo enfoque está en reducir las necesidades de desplazamientos, y no en acortar los tiempos de los viajes. Un planteamiento de esta naturaleza exige como requisito fundamental la integración de las políticas de transporte y planificación urbana. Como sugiere el Libro Verde del Medio Ambiente Urbano, los esfuerzos en esta dirección deberían encaminarse a frenar en lo posible el desarrollo urbano disperso, y a promover, por el contrario, la mezcla de usos y actividades. Un ideal con nombre de cuento: "la ciudad de las cortas distancias".

·         Y junto a estos aspectos claves de planificación de los usos del suelo, deberán ponerse en marcha otra serie de medidas que posibiliten un reparto más equitativo del espacio viario, limitando el uso del coche en la ciudad y, potenciado los medios más ecológicos, como el transporte colectivo, el peatonal y la bicicleta.

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·         Gestión ecológica de los residuos
·         La elevada densidad demográfica y la hiperactividad económica desarrollada en las ciudades provoca también una cantidad de residuos de muy diversa índole: domésticos, industriales, etc., cuya eliminación es uno de los mayores problemas con los que se enfrentan los gestores de las ciudades.
·         basurero

·         Hasta ahora, el incómodo asunto se ha resuelto con la construcción de vertederos, pero esta solución, cómoda y sencilla en principio, se está convirtiendo en otro foco de conflicto para las ciudades, debido a la escasez de suelo disponible, sin olvidar las protestas de los residentes en las zonas adyacentes. La incineración es otra opción, pero también tiene sus problemas. Las emisiones pueden ser tóxicas si no se cumplen normas estrictas y no se encuentran con facilidad emplazamientos adecuados para estas instalaciones.


·         En los últimos años, la norma de las tres "ERRES" (Reducción, Reutilización y Reciclaje) puede considerarse como una alternativa importante y más ecológica a los otros sistemas de eliminación. Reducir la producción y consumo de envases o embalajes excesivos y superfluos, de usar y tirar, es la parte de la solución que va directamente a detener el aumento actual de los Residuos Sólidos Urbanos. Reutilizar, reparar y remendar cualquier objeto cuya vida útil pueda alargarse significa empezar a valorar como es debido el trabajo, la energía y los materiales empleados en producirlo. El Reciclaje permite recuperar las materias primas para producir otros nuevos. Para lograr las tres ERRES, las basuras deben seleccionarse en origen en varias fracciones y depositarlas en contenedores apropiados. Aún así, a pesar de los avances en esta técnica, seguirán produciéndose importantes cantidades de residuos que deberán tratarse en las mejores condiciones medioambientales.

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·         Diseñar viviendas más eficientes y saludables

·         En un contexto generalizado de crisis ambiental, nadie duda de que la ecología se convertirá en un referente insoslayable en las ciudades del siglo XXI. Impronta medioambiental que, lógicamente, también tendrá su reflejo en las tendencias arquitectónicas y las técnicas de construcción. La clave está en ahorrar energía. El objetivo será lograr unas casas más eficientes desde el punto de vista energético y del consumo de recursos y, por consiguiente, más respetuosas con el entorno. La energía solar, hasta ahora escasamente utilizada, tendrá mucho que decir en un futuro amenazado por los cambios climáticos. Su empleo para proporcionar calefacción, agua caliente, etc., unido a la mejora de los sistemas de aislamiento, supondrá una reducción substancial de la factura energética convencional. Un objetivo al que también contribuirán unos sistemas de iluminación que favorecerán la luz natural mediante un cuidado diseño arquitectónico y el empleo generalizado de bombillas fluorescentes de última generación, que gozan de un consumo muy reducido y larga vida.


·         También el consumo de agua que llega en los países industrializados a 300 litros al día por habitante, deberá limitarse mediante instalaciones de fontanería más eficientes, como grifos con pulsador de cierre temporizado, redes propias y separadas para las aguas residuales negras (inodoros) y grises (cocinas, baños, duchas) y utilización de flujos reguladores en cisternas. En algunas viviendas incluso se podrá aprovechar el agua de lluvia para su empleo en inodoros y para riego de plantas y jardines.

·         Asimismo, el desarrollo de técnicas de construcción "verdes" permitirá la selección de aquellos materiales -incluídos los reutilizados y reciclados- menos dañinos tanto para el medio ambiente como para las personas, procurando mejorar el ambiente interior de los edificios. Y es que como evidencia un reciente informe del prestigioso Worldwatch Institute, aproximadamente el 30% de los edificios modernos exponen a sus usuarios a diferentes tipos de emanaciones tóxicas por el empleo de sustancias como amianto, formaldehidos y determinadas pinturas.
Las Ciudades
2da. Parte
Autor: Julen Rekondo
La participación ciudadana es esencial para
un cambio de rumbo hacia ciudades habitables
La ciudad
La Ciudad como Ecosistema
Como los ecosistemas naturales, los ecosistemas urbanos están compuestos de elementos físicos y biológicos interdependientes y dependientes a su vez de otros ecosistemas (...) Lo que distingue a los sistemas urbanos de los demás ecosistemas es la enorme preponderancia de su componente humano, con sus características sociales, culturales, económicas y políticas.
Defensa de la biodiversidad urbana
La demanda de superficie urbanizable, debido al flujo de inmigración hacia las ciudades, provoca que el déficit de áreas verdes en los núcleos urbanos sea cada vez mayor. La creación o rehabilitación de espacios verdes, el fomento de la agricultura periurbana, e incluso de la permacultura a escala doméstica, con pequeños huertos o "balcones comestibles", son actividades que, además de favorecer la calidad de vida del ciudadano, ayudan a restaurar la diversidad biológica.
Huir de los exotismos vegetales y de las plantas sedientas, plantar especies autóctonas, arbustos, frutales, y utilizar sistemas de microrriego con aguas residuales depuradas y abonos orgánicos son las pautas a seguir para una gestión sostenible de la ecología urbana.
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Participación ciudadana
La participación ciudadana es esencial para un cambio de rumbo hacia ciudades habitables. Los planes de reducción del tráfico, fomento del transporte colectivo y la bicicleta, ahorro de energía y agua, reducción y reciclaje de residuos, protección de las zonas verdes y de cultivo, no pueden fraguarse a puerta cerrada en los despachos de los responsables políticos y técnicos municipales. Por buenos que éstos sean, sin la participación ciudadana lo más probable es que acaben siendo anulados. Las iniciativas que se encaminen al cambio de modelo de ciudad deben emprenderse conjuntamente con las asociaciones ciudadanas. Fomentar la información y potenciar la participación de los ciudadanos resulta imprescindible para afrontar el cambio de modelo urbano y para fortalecer la vertebración social alrededor de futuros proyectos.
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Ciudades sostenibles: un cambio de rumbo
La recuperación ecológica de la ciudad como base de un desarrollo sustentable arranca de un contexto que, al menos en el terreno de los principios, no puede ser más favorable. La práctica totalidad de los grandes organismos internacionales: Naciones Unidas, OCDE y la misma Unión Europea consideran el desarrollo sostenible como un tema central en la toma de decisiones políticas. Bien es cierto que el concepto dedesarrollo sostenible, una expresión tan atractiva como ambigua, encuentra fácil acomodo en los más variados discursos. A este respecto, la Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992, marcó un hito muy importante. Y aunque en Río hubo más palabras que hechos, uno de sus principales logros, la Agenda 21, empieza a utilizarse como referente central en las políticas municipales de numerosos países. En Europa, más de 100 ciudades han suscrito la "Carta de Ciudades Europeas Sostenibles", comprometiéndose a participar en las iniciativas locales de la Agenda 21 y a desarrollar programas a largo plazo hacia un desarrollo sostenible.
Por otra parte, se multiplican las experiencias de recuperación de barrios o de creación de nuevas áreas residenciales desde una perspectiva ecológica. Buen ejemplo de esto son experiencias como "Ecolonia" conjunto residencial ubicado en la ciudad holandesa de Alphen aan den Rijn o "Auf dem Schafbrühl", urbanización levantada a las afueras de la ciudad alemana de Tübingen e inspirada en los principios de la "baubiología" o biología de la construcción, y a una escala mucho mayor, el ambicioso proyecto de reconversión ecológica de la región industrial de Emscher, valle de la cuenca del Ruhr que agrupa a 17 ciudades con cerca de dos millones de habitantes, una zona muy deteriorada como consecuencia de la fuerte industrialización e intensa actividad minera que ha alterado profundamente el entorno.
En América, sobresale la experiencia de Curitiba, ciudad brasileña con una población cercana a los 2.2 millones de habitantes, capital del Estado de Paraná, que ha hecho de la protección del medio ambiente una de sus principales prioridades. Destaca entre sus realizaciones más importantes, una modélica red integrada de transportes de bajo costo, rápida y gran calidad que es utilizada diariamente por 1.3 millones de personas. Sin precedentes en un país en vías de desarrollo, este sistema ha limitado de forma importante el tráfico rodado en la ciudad y ha permitido aumentar notablemente los espacios verdes. Curitiba cuenta en la actualidad con 20 millones de m² de área verde, lo que representa 52.2 m² de verde por habitante, cuando las ciudades de nuestro entorno apenas cuentan con 5 m² por habitante. A través del reciclado de papel, la ciudad deja de talar al día 1,516 árboles, siendo reciclados el 80% de sus residuos.
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Actuaciones ejemplares
De la IIª Conferencia Mundial "Hábitat II" (Estambul, 1995) salió el Catálogo de "Buenas Prácticas" urbanas, integrado por las actuaciones ciudadanas más interesantes puestas en marcha en todo el mundo para resolver problemas como la vivienda, los servicios de infraestructura, la integración social o la resolución de los problemas medioambientales.
Estas 12 actuaciones fueron consideradas ejemplares:
1.    Nuevo sistema de compra de terrenos en Buenos Aires para que familias con bajo nivel de renta puedan comprar terrenos con infraestructura básica al norte de la ciudad.
2.    Rehabilitación de 400 barrios en Fortaleza (Brasil), que integra los aspectos humanos y materiales en el proceso de rehabilitación.
3.    Programa de integración en Toronto (Canadá), de servicios culturales y lingüísticos para las comunidades extranjeras.
4.    Desarrollo de Abidjan (Costa de Marfil), que ha institucionalizado la fuerza representativa de las estructuras comunitarias y ha fomentado su autogestión e iniciativa empresarial.
5.    Rehabilitación de chabolas en Agadir (Marruecos) con programas para mejorar los asentamientos marginales de la ciudad.
6.    Gestión municipal de Tilburg (Holanda) que lanza un sistema de servicios de calidad, trata a los ciudadanos como clientes y les reconoce su participación en el desarrollo urbano.
7.    Centro de información de Alexandra (Sudáfrica) que facilita el intercambio de información entre ciudadanos y Ayuntamiento.
8.    Rehabilitación del sur del Bronx (EE.UU.) gestionada por la comunidad bajo el lema de "No te muevas, renueva" y que ensambla sanidad, guarderías, educación, medio ambiente, transporte y desarrollo.
9.    Banco Indio de Mujeres Autoempleadas, que da créditos para el desarrollo económico de éstas.
10. Reconstrucción de Anhui (China) de las comarcas rurales arrasadas en las inundaciones que en 1991 destruyeron 2.78 millones de viviendas. El Gobierno ha reconstruído las casas con materiales más resistentes y ha contado con la participación de los damnificados.
11. Iniciativas y gestión en Lublin (Polonia) caracterizadas por la participación de la comunidad en la inversión y gestión de los barrios, así como en la regularización de los derechos de propiedad de los inmuebles.
12. Proyecto anticontaminación de Chattanooga (EE.UU.), que ha convertido la ciudad más contaminada del país en la ciudad del futuro, gracias a la participación ciudadana.
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Bibliografía
  • The Aalborg Charter: Charter of European Cities and Towns Toward Sustaninability. Aalborg, Dinamarca, 27 de mayo de 1994
  • CE: Libro Verde sobre el Medio Ambiente Urbano. COM (90)218 final, Bruselas, 1990.
  • Ciudades. Cuadernos de educación ambiental del Centro Unesco. 1993.
  • La explosión del desorden. La metrópoli como espacio de la crisis global. Fernández Durán, R. (1993). Fundamentos, Madrid.
  • Ciudades. Alternativas para una vida urbana sostenible. Girardet, H. (1992). Celeste Ediciones, Madrid.
  • Imagen reciclada. López de Uralde, J. Gaia, 4, pp. 57-60.
  • Nuevas formas para las ciudades. Lowe, M. (1.992) Worldwatch Institute: La situación en el mundo. 1992. CIP, Barcelona . pp. 199-229.
  • Ciudades sostenibles. Tello, E. Gaia, 8, pp. 36-41.
  • La sociedad del automóvil. Un callejón sin salida. Wolf, W. (1.995). Mientras Tanto, 61, pp. 97-108.
Los Bosques
Autor: Juan Carlos Guix
Las tendencias actuales
bosque en Perú


Según estimaciones de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), la superficie actual de los bosques representa un 25% de la superficie total de las tierras emergidas del planeta (aproximadamente unos 3,400 millones de hectáreas de bosque). Más de la mitad de la cubierta arbórea del mundo se encuentra en países en desarrollo, que tienen una tasa anual de pérdida forestal de 0.65%. Por otra parte, los bosques están en plena expansión en los países más ricos, sea como consecuencia de las repoblaciones comerciales, sea por el abandono y reforestación natural de antiguas superficies agrícolas. Un análisis superficial de estos datos parecería indicar que, de forma general, los países más ricos conservan mejor los bosques que los países pobres. Sin embargo, un análisis más detallado indica que esto no es exactamente así.
Es cierto que los países ricos conservan mejor sus bosques. Por razones estratégicas o de mercado, algunos países ricos prefieren consumir madera y pasta de celulosa procedente de otros países antes que agotar sus propios recursos forestales. De este modo, los países ricos son los principales importadores de madera de los países tropicales. Además, son los principales impulsores de proyectos agropecuarios (ganadería extensiva) y de infraestructuras (por ejemplo: grandes centrales hidroeléctricas y carreteras) en los países pobres, que muchas veces provocan la destrucción de grandes superficies forestales. Así pues, se podría decir que las economías de los países desarrollados son las que más bosques consumen en el mundo.
No obstante, la pobreza también es una gran consumidora de árboles. En gran parte de las zonas rurales de los países tropicales, la leña es aún la principal fuente de combustible. Además, la ancestral estrategia de agricultura de subsistencia denominada "roza, tumba y quema" todavía persiste, a pesar de que ya existen conocimientos y tecnología suficientes para el desarrollo de una agricultura más rentable en suelos tropicales, que no precisa de una búsqueda casi permanente de nuevas tierras fértiles.
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¿Qué es un bosque?
Existen muchas aproximaciones y definiciones de lo que debe o lo que no debe entenderse por bosque.
Lo que caracteriza a un bosque no es la presencia de árboles más o menos altos, sino su densidad, o sea, el grado de cobertura de las especies arbóreas en relación a la superficie cubierta. Dependiendo de la densidad, una formación vegetal podrá tener una fisonomía más abierta (tipo sabana) o más cerrada (tipo bosque). Existen formaciones vegetales complejas, con estratos arbóreos bien definidos que, sin embargo, son difíciles de clasificar. Así, por ejemplo, lo que para unos es un "bosque medio abierto", puede ser una "sabana medio cerrada" para otros. La existencia de un suelo predominantemente cubierto por gramíneas (Poaceae) es un buen indicador de que la cantidad de luz que alcanza el suelo es elevada y, por lo tanto, que la densidad de especies arbóreas es demasiado baja para considerar una formación vegetal como bosque.
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¿Quién planta los bosques naturales?
Se puede decir que los animales frugívoros, el viento y el agua son los principales diseminadores de semillas en los bosques de todo el mundo. Las ventajas más evidentes de disponer de agentes bióticos (animales) y abióticos (viento, agua e incluso el propio fuego) de transporte de semillas son:
  1. mayores posibilidades de colonización y supervivencia; y
  2. un intercambio genético más efectivo entre las poblaciones de plantas.
Existen grupos de plantas que producen semillas con estructuras específicas para aumentar la flotabilidad en el aire (semillasanemocóricas) o en el agua (semillas hidrocóricas). Otras están cubiertas por tejidos nutritivos (pulpa, arilos) que las hacen atractivas para diversos animales, que las consumen y transportan en sus tractos digestivos (ej: semillas endozoocóricas). Entre los animales transportadores de semillas por vía gástrica destacan los vertebrados, tanto por su mayor movilidad como por su capacidad de transporte.
En los bosques tropicales son importantes diseminadores de semillas las aves, los primates arborícolas, los murciélagos frugívoros y algunos roedores; en los bosques de tipo mediterráneo las aves frugívoras, los mamíferos carnívoros y algunos roedores juegan también un papel muy importante en el transporte de semillas. Estos mecanismos de distribución de semillas por animales funcionan bien porque las plantas que producen frutos y los animales frugívoros establecen con frecuencia relaciones mutualistas en las que la planta cede alimento al animal y éste, a cambio, transporta sus semillas a sitios distantes de la planta madre.
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Los Bosques
2da. Parte
Autor: Juan Carlos Guix
Evolución de un bosque
Evolución de las Comunidades Vegetales
La vegetación es un ente dinámico que evoluciona desde estructuras simples hacia otras complejas maduras en función de las condiciones ecológicas existentes. Si se produce un impacto, siempre que éste no sea irreversible, la vegetación puede evolucionar progresivamente hacia los estadios más maduros, que, sin embargo, no tienen un carácter estático, ya que en ellos siguen produciéndose cambios.
Interferencias en los sistemas de diseminación de semillas
Cuando el ser humano produce cambios en un ecosistema que conllevan la rarefacción o extinción local, regional o global de animales frugívoros, no sólo está afectando negativamente a las poblaciones de estos animales, sino que también está rompiendo o simplificando relaciones mutualistas que afectan a los mecanismos naturales de diseminación de semillas y, por lo tanto, afecta indirectamente a las poblaciones de las especies de plantas que en ellas se implican.
Un ejemplo de cómo las interferencias producidas por el ser humano sobre la fauna pueden también afectar negativamente a las poblaciones de algunas plantas es el patrón de diseminación de semillas del palmito europeo (Chamaerops humilis), la única especie de palmera nativa del viejo continente. El palmito europeo produce frutos carnosos y crece en los matorrales que cubren los suelos pedregosos a lo largo de buena parte del litoral mediterráneo. Los frutos y semillas de esta especie son demasiado grandes para ser ingeridas enteras por las aves frugívoras que habitan estos ambientes y, por lo general, son ingeridos y dispersados únicamente por mamíferos carnívoros como el zorro (Vulpes vulpes) y la gineta (Genetta genetta). Ambas especies son consideradas como alimañas y frecuentemente son eliminadas utilizando lazos, escopetas o veneno. Si en una región donde vive el palmito se producen descensos acentuados en las poblaciones de estos y otros carnívoros, la efectividad de la diseminación de las semillas de esta planta se verá seriamente afectada.
Otras especies de plantas, al producir semillas con gran cantidad de reservas nutritivas para el futuro embrión, atraen animales que se nutren de estas reservas. Aunque dichos animales destruyen un elevado porcentaje de dichas semillas, muchas otras son transportadas y abandonadas, garantizando de este modo la reproducción y diseminación de la planta consumida. En los bosques mediterráneos, uno de los animales que se comportan de este modo es el arrendajo (Garrulus glandarius).
Los arrendajos son aves que se nutren del material de reserva del embrión (endosperma) de las bellotas de encinas (Quercus ilex) y robles (ej: Quercus cerrioides). Con frecuencia, estos córvidos -también considerados por muchas personas como alimañas- esconden bellotas en el suelo del bosque para consumirlas durante los períodos de escasez de alimento. Se estima que un único arrendajo puede llegar a esconder entre 5,700 y 11,000 bellotas en un solo otoño. Si durante el año siguiente hay abundancia de otros alimentos o si el arrendajo muere, habrá decenas, centenares o incluso miles de posibilidades de que las bellotas escondidas en el suelo germinen y produzcan plantas jóvenes capaces de llegar a producir una encina o roble adultos.
Supongamos la posibilidad de que la caza incidiera de forma muy severa sobre la población de arrendajos de un determinado bosque aislado. En los primeros años siguientes al descenso en la población de estas aves, habría una gran cantidad de bellotas en condiciones de germinar, pero años más tarde habría pocas bellotas diseminadas. Esto significa que la caza afectaría la efectividad de la diseminación de semillas y colonización de plantas jóvenes de distintas especies de Quercus de este bosque y, por tanto, a la propia regeneración y supervivencia del bosque a largo plazo.
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Incendios forestales
Se piensa que el ser humano viene prendiendo fuego a los bosques secos y sabanas de distintos continentes desde hace más de 20,000 años. Algunos paleontólogos consideran que ya en la segunda mitad del período cuaternario los cazadores-recolectores de Australia y África prendían fuego de forma habitual a la vegetación abierta y semiabierta para acorralar animales o provocarles la muerte con objeto de aprovechar su carne. Posiblemente, el ser humano aprendió primero a recoger los despojos de animales muertos por el fuego tras los incendios naturales, y en una segunda etapa podrían haber aprendido a provocarlos.
De hecho, la presencia de capas de plantas quemadas bajo la superficie de algunos suelos indica que algunos tipos de bosque mantenían con los incendios una relación más o menos armoniosa antes incluso de que el ser humano apareciera en continentes como Australia (hace más de 50,000 años) o América del Sur (hace más de 20,000 años). Si mucho antes de la aparición del ser humano alguno tipos de formaciones vegetales convivían con los fuegos esporádicos, esto quiere decir que estas formaciones se incendiaban de forma natural. Entre las causas principales de incendios naturales, entonces y hoy en día, se encuentran los rayos que se producen durante tempestades eléctricas acompañadas por poca o ninguna precipitación.
Buena parte de las especies vegetales de los bosques más secos y de las sabanas que sufrían incendios esporádicos desarrollaron mecanismos especiales para evitar la muerte de la planta tras el fuego. Entre estas adaptaciones figuran, por ejemplo, las cortezas gruesas de muchos árboles (p.e.: el alcornoque en los bosques mediterráneos) y una gran capacidad de rebrote de ciertas especies leñosas y herbáceas. Es posible que la capacidad de rebrote de algunas plantas mediterráneas no sea una adaptación directa al fuego, sino que haya surgido en buena parte por exaptación. Esto significa que los eficaces mecanismos desarrollados por las plantas mediterráneas para vivir en las extremas condiciones impuestas por el estrés hídrico estival por ejemplo, el desarrollo de raíces muy profundas les habrían servido también para convivir mejor con los episodios de fuego.
A pesar de todo, se estima que los incendios naturales en los bosques mediterráneos no eran frecuentes, sino esporádicos, lo que dejaba tiempo suficiente para la recuperación natural del bosque. Lo que el hombre viene haciendo (de forma voluntaria o inadvertida) es incrementar la frecuencia de aparición de los incendios en un mismo lugar, lo que limita mucho la capacidad de recuperación de las formaciones vegetales.
Cuando un área forestal sufre incendios a intervalos de tiempo excesivamente cortos, no sólo la estructura de la vegetación se ve alterada, sino también la composición de especies de la comunidad. A medida que se suceden los episodios de incendio y regeneración, cada vez rebrotan menos especies leñosas, y cada vez aparecen más especies colonizadoras que no aparecían originalmente, principalmente gramíneas. A causa de la proliferación de estas plantas, se origina en el suelo un fenómeno denominado "sabanización", que se produce de forma similar en distintas regiones del mundo. La sabanización, cuando se acompaña de nuevos fuegos repetidos y lluvias torrenciales, conduce a la erosión y la pérdida de suelo fértil, lo cual, en las regiones de clima semiárido, puede conducir a una situación de esterilidad casi total del suelo, limitando la capacidad de recolonización de las plantas autóctonas. Este fenómeno es lo que frecuentemente se denomina desertización del paisaje.
Los Bosques 3ra. Parte
Autor: Juan Carlos Guix
Acciones positivas para
la conservación de nuestros bosques
Existe un amplio abanico de acciones encaminadas a la conservación de los bosques que se encuentran más cerca de nuestros hogares. Estas acciones pueden llevarse a cabo tanto individualmente como a través de asociaciones y grupos ecologistas.
Entre las actuaciones de grupo que pueden realizarse destacan la recogida de basura en los bosques y sus márgenes, en especial botellas, espejos, latas u otros objetos brillantes que pueden provocar igniciones espontáneas en la vegetación cuando el sol incide en ellos.
A nivel individual es importante mantener hábitos de respeto hacia estos ecosistemas, evitando acciones tales como fumar o arrojar cualquier objeto extraño al entorno.
Existen varias especies vegetales alóctonas que pueden ser introducidas de forma accidental en los bosques naturales, durante nuestros paseos, llegando incluso a colonizarlos. Una vez establecidas, estas plantas exóticas frecuentemente compiten por el espacio y la luz, con especies nativas, pudiendo producirse una pérdida progresiva de bosque autóctono. Algunas especies cultivadas de Prunus incluso pueden hibridarse con las especies autóctonas del mismo género. Por lo tanto, es importante no tirar en el suelo las semillas de esas especies introducidas.
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Bibliografía
  • El bosque: Una historia educativa. Boada, M. (1996). El Campo 134: 7-22.
  • Sostenibilidad virtual / La desunión forestal europea / En busca del monte perdido.. Bravo, M. J. (1997). Ecosistemas 20/21: 24-33.
  • Forests in trouble. A review of the status of temperate forests worldwide. Dudley, N. (1992). WWF International, Gland.
  • Socioecologia dels incendis forestals. Folch, R. (1996). In: J. Terradas (ed.). Ecologia del foc (pp. 255-261). Edicions Proa. Barcelona.
  • Forests: The shadow of civilization. Harrison, R.P. (1992). The University of Chicago Press. Chicago.
  • Developing the current international forests regime: some legal and policy issues. Discussion Paper, IUCN Environmental Law Centre, Bonn.
  • Bosques, silvicultura y desafíos ambientales. Terradas, J. (1997). Ecosistemas 20/21: 8-13.
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Espacios Naturales Protegidos
Autores: Javier Gómez - Limón García y J. Vicente de Lucio Fernández
¿Qué es un espacio natural protegido?
Los espacios naturales protegidos son demarcaciones administrativas establecidas con la finalidad de favorecer la conservación de la naturaleza.
Parque de Ordesa (España)
Valle de Ordesa (España).
(Foto: Jsanchezes via 
Wikimedia Commons)
En muchos casos se trata de preservar un enclave singular o una porción de naturaleza privilegiada; en otros se pretende además mantener ciertas actividades humanas finamente ajustadas a las condiciones naturales. Actualmente se ha comenzado a plantear el objetivo de mantener los procesos ecológicos.
El concepto de espacio natural protegido ha evolucionado a lo largo del tiempo. Los primeros espacios naturales protegidos buscaban preservar una naturaleza idílica en estado primigenio. El paraíso es el concepto de referencia para justificar la necesidad de impedir la explotación de estos lugares. El Parque Nacional de Yellowstone en E.E.U.U., creado en 1872, y los Parques Nacionales de Covadonga y Ordesa y Monte Perdido, en España en 1918, ilustran muy bien el estereotipo romántico utilizado en aquellos tiempos.
A lo largo del siglo problemas como la desaparición de especies, la perdida de enclaves o paisajes, la destrucción de los procesos ecológicos o la extinción de culturas han provocado la declaración de espacios con un sin fin de objetivos.
Un mejor conocimiento de la naturaleza, de las funciones de muchos de sus seres y fenómenos y de las posibilidades que encierran, están cambiando la percepción del concepto de calidad del medio ambiente y de vida. Los espacios naturales protegidos se consideran actualmente ejemplos de buena práctica ambiental donde se busca un equilibrio entre distintas actividades. Como decía González Bernáldez, habría que pensar en sistemas de conservación de la naturaleza. Algunos puntos del territorio permanecerán inalterados como ejemplos de naturaleza virgen y en una gradación continua de actividades nos acercaremos a la ciudad o la vivienda de cada uno donde los procesos naturales son controlados al máximo para proporcionarnos sensaciones de confort y seguridad.
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Conservación de la naturaleza
Uno de los principales resultados de la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992 fue el Convenio de Biodiversidad ratificado por un gran número de países. Este Convenio reformula los objetivos de la conservación de la naturaleza estableciendo principios rectores de carácter universal.
Inspirándose en Río, la comisión de Parques Nacionales y Áreas Protegidas de la UICN en colaboración con la Federación EUROPARC, el WWF y otras organizaciones europeas publicó en 1994 "Parques para la vida: Plan de acción para las áreas protegidas de Europa". Este documento contiene una estrategia y numerosas recomendaciones prácticas para los responsables de las áreas protegidas.
Los espacios naturales protegidos que siguen un modelo de gestión avanzado trabajan actualmente para mantener la diversidad de especies, sus variedades y genotipos silvestres y domésticos, asegurando el funcionamiento de los ecosistemas.

Funciones de los espacios naturales protegidos

Según el Profesor Francisco Díaz Pineda, la filosofía de conservación de la naturaleza puede esbozarse bajo tres grupos de intereses:Disfrute del entorno, reconocimiento de la importancia de procesos físicos y ecológicos y mantenimiento de recursos que permitan el bienestar humano.
El papel de los espacios naturales protegidos en la conservación de la naturaleza es muy amplio. A veces, sirven como instrumento preventivo de la ordenación territorial impidiendo la dispersión urbanística en el territorio o invirtiendo para mantener la singularidad de un paisaje. En otras ocasiones, promueve el mantenimiento de actividades económicas beneficiosas para el territorio. A menudo, concentran sus esfuerzos en la comunicación con el público y la prestación de servicios recreativos y turísticos. También, con cierta frecuencia, se concentran en la vigilancia y en el control de las actividades lesivas para ciertas especies.
Los espacios naturales protegidos también contribuyen a estimular las actividades que más favorezcan la conservación. La Countryside Commission en Inglaterra realiza acuerdos de conservación con los propietarios de fincas situadas en áreas protegidas, ayudándoles a mejorar la calidad de sus actividades a la vez que mantienen determinadas especies.
En el Parque Natural de Doñana (España) hubo que realizar cuidadosas tareas de eliminación de plantaciones de eucaliptos con objeto de favorecer la recuperación de la vegetación natural de los sistemas dunares y lagunares.
Algunos espacios prestan un interés especial al mantenimiento de paisajes singulares y de las culturas que los han hecho posibles. La Reserva de la Biosfera de Urdaibai y el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa junto con los Parques Nacionales de Exmoor y Dartmor mantienen el programa conjunto "Conservando Paisajes y Formas de vida" donde se comparten experiencias de trabajo con las poblaciones locales de estos parques.

Categorías Internacionales de Conservación de la Naturaleza

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en su Asamblea General del año 1994 estableció las siguientes categorías:
  1. Reserva natural integral: espacio protegido gestionado principalmente con fines científicos o con fines de protección de la naturaleza.
  2. Parque nacional: espacio protegido gestionado principalmente para la conservación de ecosistemas y el recreo.
  3. Monumento natural: espacio protegido gestionado principalmente para la conservación de características naturales específicas.
  4. Área de gestión de hábitat/especies: espacio protegido principalmente para la conservación, y con intervención a nivel de gestión.
  5. Paisaje protegido terrestre/marino: espacio protegido gestionado principalmente para la conservación y protección de paisajes terrestres y marinos y el recreo.
  6. Área protegida con recursos gestionados: espacio protegido gestionado principalmente para la utilización sostenible de los recursos naturales.

Otras categorías internacionales de conservación de la naturaleza

Diversas instituciones internacionales otorgan títulos a algunas áreas protegidas que cumplen con ciertas condiciones o características especiales.
Por ejemplo la UNESCO otorga el título de Reserva de la Biosfera. Cada Reserva conserva modelos de ecosistemas característicos de cada una de las regiones naturales del mundo. En las Reservas de la Biosfera tiene gran importancia la integración de la conservación de la naturaleza con las actividades humanas.
La Reserva de la Biosfera de Urdabai (Bizkaia, España) es un buen ejemplo en donde la declaración internacional de Reserva se ha adoptado legalmente creándose un espacio natural protegido de importancia internacional.
La UNESCO, otorga asimismo el título de Sitio Natural del Patrimonio Mundial a lugares representativos de la evolución biológica o por albergar hábitats naturales de especies amenazadas.
Por otra parte, acogiéndose a convenios, acuerdos o leyes internacionales, los países firmantes se comprometen a conservar áreas naturales de acuerdo a las condiciones establecidas en estas leyes o convenios. Entre otros cabe destacar:
  • Convenio Ramsar. Convenio sobre las Zonas Húmedas de Importancia Internacional, especialmente como hábitat de las aves acuáticas.
  • ZEPAs. Zonas de Especial Protección para las Aves. Creadas al amparo de la Directiva Aves de la Unión Europea.
  • ZECs. Zonas de Especial Protección. Se crean al amparo de la Directiva Hábitats de la Unión Europea. Las ZECs integrarán en el futuro la Red Natura 2000.
Espacios Naturales Protegidos 2da. Parte
Autores: Javier Gómez - Limón García y J. Vicente de Lucio Fernández
¿Cómo funciona  un espacio natural protegido?
Para llevar a cabo sus objetivos los espacios naturales protegidos disponen de medios legales, materiales y de personal. Además suelen contar con instrumentos de participación de la sociedad como por ejemplo, los patronatos y las asociaciones de amigos.
Tablas de Daimiel (España)
Tablas de Daimiel (España).
Medios legales. La ley de declaración es el medio habitual por el que se establece un parque o una reserva. Los planes de gestión son herramientas más detalladas donde se determinan las actividades a realizar en un período concreto de tiempo (4 a 6 años). Suelen contener normativas, presupuestos y proyectos o planes temáticos.
El patronato es el órgano de participación social en la gestión de un parque. En él están representadas las autoridades municipales, regionales y estatales (en el caso de los parques nacionales), asociaciones y organizaciones agrarias, de cazadores, ecologistas, de montañeros, de empresas, culturales, etc., instituciones de investigación y otras que puedan realizar alguna aportación o representen algún interés en la mejora del espacio protegido.
Personal. Un parque está representado por su director-conservador. Dada la variedad de actividades de los parques, el director debe estar respaldado por un equipo técnico en el que encontraremos desde abogados, sociólogos o arquitectos hasta geógrafos, biólogos o ingenieros de montes. Aún son frecuentes los espacios naturales protegidos que procediendo de una administración forestal sólo disponen de un único tipo de profesionales en su estructura. El personal de campo está formado por guardaparques, responsables de realizar principalmente tareas de vigilancia, y por los guías, interpretadores o informadores, quienes se ocupan de los programas educativos y las relaciones con los visitantes.
Instalaciones. Además de la oficina del parque, donde pueden resolverse asuntos de trámite, están abiertos al público los centros de visitantes o interpretación donde se ofrecen servicios de información y actividades. Muchos parques disponen también de una escuela de naturaleza dedicada a la educación ambiental, a veces con posibilidades de alojamiento.
Voluntariado. Las personas más motivadas pueden colaborar en muchos parques a través de las asociaciones de amigos, jornadas de trabajo voluntario y otras actividades. Disponen de ciertas ventajas como la oportunidad de realizar visitas guiadas, estancias y otras actividades de conocimiento del parque. Al mismo tiempo contribuyen a la mejora del parque mediante trabajo voluntario.
Turismo. La Federación EUROPARC presentó en 1993 el documento "Loving them to death" (Amándolos hasta la muerte), sobre los conflictos entre conservación de la naturaleza y turismo en las áreas protegidas. Los parques nacionales españoles tienen 8.1 millones de visitas al año y el conjunto de parques en el estado español, con seguridad, supera los 20, 000,000. Estas cifras millonarias son elocuentes acerca de la relación entre nuestra sociedad y la naturaleza.
Evidentemente una de las funciones de los parques consiste en facilitar el disfrute y conocimiento de la naturaleza y lograr una actitud favorable de la sociedad, sin embargo la presencia incontrolada de público en lugares muy frágiles puede producir daños. Procurar un mayor disfrute de la naturaleza disminuyendo el impacto ambiental es una de las principales tareas de los gestores de parques. El concepto LCA(Límite del Cambio Aceptable) establece técnicamente el umbral por encima del cual la presión de visitantes deteriora los recursos del parque.
Población local. Los espacios naturales protegidos introducen cambios en el uso de los recursos naturales. Determinadas actividades deben ser limitadas por su fuerte impacto ambiental, mientras que impulsadas por el desarrollo del parque surgen otras de nueva factura.
Las poblaciones locales se sienten fuertemente implicadas en este proceso siendo necesario dar audiencia a todos los intereses. Tras algunos años de ajuste los parques donde se ha dado un proceso de participación pública aparecen como impulsores del desarrollo local. Este es el caso de los parques naturales/regionales franceses, donde existe una gran demanda por parte de las poblaciones locales para ser incluídos en parques de nueva creación.
Los espacios naturales protegidos deben ser ejemplos de buena práctica ambiental, donde se busque el equilibrio entre distintas actividades

La conservación es parte fundamental de la estrategia de gestión sostenible del territorio y sus recursos. Por ello, los Espacios Naturales Protegidos no son entidades aisladas del resto del territorio sino que han de formar parte de un sistema de conservación en el que se contempla una gradación continua desde áreas naturales, prácticamente inalteradas, hasta la ciudad, donde los procesos naturales son controlados al máximo.
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Sistemas de planificación  de espacios naturales protegidos
La gestión de los espacios naturales protegidos se realiza mediante planes que contienen medidas o actuaciones a realizar tanto por la Administración del espacio protegido, como por otras administraciones públicas y los particulares. La finalidad de estas actuaciones es cumplir con los objetivos de conservación, expresado en la norma legal que recoge la declaración del espacio protegido.
Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG)
El PRUG es el instrumento básico de gestión de todo espacio natural protegido.
  • Desarrolla y concreta las determinaciones de gestión, protección y conservación en materia medioambiental.
  • Es un documento eminentemente técnico donde se definen claramente cómo alcanzar los objetivos tanto a nivel técnico, presupuestario y de medios. Poseen un período de vigencia de entre 4 y 6 años.
  • Su realización y aprobación es posterior a la declaración del espacio protegido.
  • Debe contener al menos los siguientes puntos:
    • Normas, directrices y criterios necesarios para gestionar el espacio protegido.
    • Zonificación del espacio protegido a efectos de actuaciones.
    • Normativa de regulación de actividades económicas y recreativas.
    • Directrices para elaborar los programas que desarrollen los objetivos concretos del espacio protegido.
    • Relación de ayudas técnicas y económicas.
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Bibliografía
  • Parques para la vida. Plan de acción para las áreas protegidas de Europa. ICONA. (1994). UICN.
  • Loving them to death. Sustainable tourism in Europe´s Nature and National Parks. Federation of Nature and National Parks. (1993).
  • Actas del Seminario sobre educación ambiental en espacios naturales protegidos. Partnership Exchange Programme. EUROPARC-España. Parque del Ticino. Lombardia. Italia. 9 al 20 de junio de 1997.
  • Riqueza y conservación. Planificación de espacios naturales protegidos. Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía, España.
  • Espacios Naturales Protegidos. El Campo nº 128. Banco Bilbao-Vizcaya. (1993).
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Mares y Océanos
Autor: Jordi Miralles
El desarrollo del litoral marino
Cuando hablamos del litoral y, en general, del mar debemos precisar a qué zona nos referimos. El mar lo podemos delimitar de acuerdo con las directrices jurídicas que tipifican la zona marítimo-terrestre (la playa), las aguas interiores, el mar territorial, la zona económica y plataforma continental y, a partir de las 200 millas mayoritariamente, las aguas internacionales. Pero también lo podemos definir por sus características biológicas y entonces distinguimos entre las zonas nerítica, pelágica y batial.
En realidad, sea cual sea el concepto, la problemática ecológica marina la sufren básicamente las llamadas aguas costeras, pues concentran la mayor parte de las actividades de tráfico marítimo, de extracción de recursos pesqueros y minerales, de actividades recreativas, de vertidos y eliminación de desechos, de conservación del medio y defensa del litoral y de urbanización de la costa.
Cada mar u océano tiene su particular situación ambiental en función de sus características geográficas y ecológicas, las actividades humanas que se dan en el litoral y de la economía de los países ribereños. El Mediterráneo, por ejemplo, funciona casi como un mar cerrado. Sin embargo, recibe grandes cantidades de agua dulce a través del Danubio y los ríos rusos que desembocan en el mar Negro. Del océano Atlántico, a través del estrecho de Gibraltar, recibe agua más salada. Con estas condiciones particulares, el agua del Mediterráneo se renueva con una frecuencia de unos 97 años. Esto nos indica que vive sus ciclos particulares. Junto con esta circulación específica del agua está la de los seres vivos que migran entre el Mediterráneo y el Atlántico y junto a ellos se modifican estacionalmente las relaciones autoecológicas entre los seres vivos que lo habitan.
La región occidental del mediterráneo cuenta con unos 250 millones de habitantes repartidos en un 70% en los países del norte y en un 30% en los del sur. El impacto que recibe de la población se concentra sobre unos 7.5 millones de Km² con densidades medias de entre 2 (como en Argelia) y 190 habitantes por km² (caso de Italia). La influencia sobre esta región marina nada tiene que ver con la del mar Báltico, por ejemplo.
En todo caso, aunque el mar y el océano se nos presentan como una realidad contigua a la tierra ésta no es sino una porción de un sistema global cuyos mecanismos y reacciones son de carácter planetario.
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La polución marina
Las vías por las cuales llegan al mar los productos contaminantes son numerosas. Aunque sin duda, la lluvia es uno de los principales agentes de dispersión. La limpieza salvaje de los tanques en alta mar y las descargas involuntarias aportan el 45% de la contaminación difusa de hidrocarburos. Los accidentes, en concreto el naufragio de superpetroleros, a pesar de ser localmente muy graves no aportan más del 20% de la contaminación por hidrocarburos, el resto procede de las operaciones de carga y descarga en puertos marítimos.
También se dispone de datos sobre la liberación de sustancias tóxicas al mar provenientes de fenómenos naturales tales como movimientos sísmicos o afloramientos geológicos. El efecto de la acumulación de sustancias tóxicas en el agua marina se detecta por la presencia de éstas en la carne de los peces. En el Mediterráneo, por ejemplo, en atún rojo, especie migradora y pelágica, que por tanto esquiva las altas concentraciones costeras, se han hallado valores que superan los 500 µg/kg. de mercurio con una media de entre 3 y 3.5 veces superior a los valores hallados en el Atlántico. Entre 1987 y 1988 más de 700 delfines embarrancaron en las costas del mar del Norte y murieron más de 15,000 focas comunes. Todos estos mamíferos marinos tenían niveles de PCBs y otros pesticidas significativamente elevados.
Otro indicador de la contaminación marina litoral es la eutrofización o aumento de la concentración de materia orgánica disuelta aportada por las aguas residuales urbanas. Sólo la cuenca mediterránea, con 46,000 km. de costa, recibe 2,500,000 de m³ de aguas residuales. En verano, por ejemplo, el litoral español con 1,200 km. de costa concentra 35 millones de turistas. En condiciones particulares, tales como quietud de las aguas y temperaturas elevadas, la gran abundancia de nutrientes pueden propiciar casos graves de polución orgánica, que se manifiesta con explosiones de algas marinas que pueden alterar la calidad de las aguas litorales. Este sería el caso de las famosas mareas rojas de algas tóxicas que afectan periódicamente algunas zonas costeras. Las áreas de producción mejillonera pueden padecer verdaderas catástrofes económicas frente a esta forma de contaminación biológica.
La polución orgánica en las áreas litorales también afecta a la calidad sanitaria para el baño debido a la gran concentración de bacterias colifecales que pueden ser perjudiciales para la salud humana. Finalmente, el mar también se ha convertido en diluyente de elementos radioactivos procedentes de las fugas en centrales nucleares, de los ensayos con bombas atómicas o de la lluvia radioactiva. Aunque la mayor parte de la radioactividad es debida a causas naturales, al menos un 1% deriva de la acción humana.
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La sobrepesca
La actividad de la pesca se puede dividir en tres grandes grupos: la de arrastre o captura de las especies que viven masivamente situadas en el fondo y sus inmediaciones; la pesca de círculo por la cual se capturan las especies que forman bancos cerca de la superficie en aguas litorales o a mar abierto; y la pesca artesanal que utiliza desde grandes artes como las almadrabas hasta las pequeñas nasas, o el palangre (con el cual se extraen las merluzas de gran tamaño).
El agotamiento de los recursos pesqueros en los principales caladeros mundiales se perfila como uno de los problemas más acuciantes que padecen mares y océanos. Los avances tecnológicos no sólo en los sistemas de detección de los bancos de peces, sino también de los barcos factoría que pueden faenar, manipular y almacenar ingentes cantidades de pescado antes de regresar a puerto, ha permitido un aumento espectacular de los índices de capturas en las últimas décadas. Sin embargo, en los últimos cinco años se ha podido percibir que la pesca se ha reducido en los principales caladeros del mundo.
El pescado y los productos alimentarios de origen marino constituyen el 16% de las proteínas animales que se consumen en el planeta. Las repercusiones económicas tanto para los pescadores como para muchos pueblos que tenían como principal fuente de proteínas el pescado son ya estremecedoras, aunque sólo represente un 1% de la economía mundial. Tal como apuntábamos, el declive de la pesca se debe sobre todo al espectacular crecimiento entre 1970 y 1990 de la flota global y, especialmente, a la tecnificación del sector.
Pero la sobrepesca no sólo tiene efectos directos sino también indirectos. Una de las pérdidas más importantes de especies es a través de lo que se denomina la morraja; es decir, el pez que se desestima por falta de interés comercial en una redada. Sin ir más lejos, para pescar 1 kg. de gamba se destruyen alrededor de 30 kg. de pescados diversos que se vierten como residuo. Otra causa indirecta de alteración de los ecosistemas marinos son las famosas redes de deriva en alta mar. Se trata de enormes artes que pueden tener varios kilómetros que atrapan fauna marina de forma no selectiva. En 1990 la Administración americana calculó que las redes de deriva para la pesca de atún y calamares habían apresado a unos 42 millones de aves pelágicas, mamíferos marinos, tortugas, tiburones, etc.
Para que la pesca pueda entrar en una vía de uso sostenible se deberá, como mínimo, reducir la captura en los principales caladeros para que se recuperen. Esto supondrá cuantiosas inversiones para reconvertir las flotas y los pescadores que existen en la actualidad. Este es el camino que han emprendido países como Islandia, Taiwan, Canadá o Estados Unidos.
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Caladeros de la Flota Pesquera
Caladeros mundiales
En el mundo más de 200 millones de personas dependen de la pesca e industrias anexas como modo de subsistencia. Esta dependencia de nuestra sociedad con la pesca ha supuesto también conflictos diplomáticos diversos por el hecho de que muchos países han reclamado el límite de la jurisdicción de las aguas marinas a 200 millas. Actualmente, son unas 120 las naciones que las ostentan. Esto ha provocado que algunos países con una importante flota pesquera vieran amenazada su actividad. Por su parte, los países con caladeros importantes defienden su posesión. Este sería el caso de España que cuenta con una importante flota y Canadá en cuyas aguas se encuentran algunos de los caladeros más productivos. La llamada "guerra del fletán" fue una acción defensiva canadiense para frenar el agotamiento de los recursos pesqueros de sus aguas territoriales.
Mares y Océanos 2da. Parte
Autor: Jordi Miralles
La amenaza de las bioinvasiones
Antaño, hace unos 2,500 millones de años, el mar sirvió de caldo de cultivo para el desarrollo de la vida en la Tierra. Gracias a algas capaces de desprender oxígeno, que saturaron primero el agua marina y después la atmósfera, se formó la capa de ozono hace unos 600 millones de años. Merced a la protección del ozono estratosférico contra la radiación, la vida pudo asentarse en la tierra firme protegida de los letales rayos ultravioletas que el ozono absorbía. Durante milenios las comunidades de organismos marinos siguieron evolucionando según las leyes de la naturaleza. Actualmente, la actividad humana ya ha sido capaz de modificar este ecosistema. Las consecuencias de estas variaciones en el ecosistema marino debido a la introducción de organismos alóctonos son imprevisibles, especialmente a escala local que es donde con mayor virulencia pueden manifestarse.
Uno de los agentes implicados en el fomento de las invasiones en los ecosistemas marinos es el transporte internacional de gran tonelaje puesto que los barcos llevan un lastre con agua marina que toman en un puerto y liberan en otro que puede estar en las antípodas del lugar de origen. Entre las principales flotas del mundo hay más de 30,000 barcos mercantes cuya capacidad de lastre es de 2,250 millones de litros. Comunidades enteras de plancton, crustáceos, peces y otros organismos que viven en los sedimentos se convierten en polizones al ser succionados para llenar los tanques de lastre. Por ejemplo, en una bahía en el estado americano de Oregón fueron detectados 367 organismos marinos de la fauna japonesa cuatro años después de que unos barcos procedentes de este país soltaran el agua de lastre en la misma. Entre las bioinvasiones provocadas por el agua de lastre podemos citar la de ctenóforos en el mar Negro, las floraciones de dinoflagelados en la costa australiana o los mejillones zebra en los Grandes Lagos americanos.
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Áreas singulares amenazadas en el litoral

Las praderas de posidonia

Posidonia - Alberto Romeo
Pradera de Posidonia.
(Foto: 
Alberto Romeo via Wikimedia Commons)
Una de las comunidades vivas más interesantes del litoral son las praderas de Posidonia oceanica. Se trata de una planta superior, no de un alga, que habita agrupándose en extensas formaciones vegetales como si de un bosque se tratara. Viven frente a la costa sobre fondos arenosos entre 0 y 25 m hasta un máximo de 40 m de profundidad. Sólo en el litoral mediterráneo ibérico se calcula una extensión de praderas marinas de unos 3,551 Km². Sin embargo, en las últimas décadas, estas comunidades marinas han sufrido los efectos de la contaminación orgánica, térmica y agraria, así como la de las extracciones pesqueras con cercos de fondo, arrastre o el marisqueo con gánguil. Igualmente, han incidido negativamente sobre las posidonias la hiperfrecuentación del litoral (fondeo de embarcaciones deportivas, instalaciones náuticas, construcción de puertos deportivos, regeneración de playas, etc). Entre las principales causas de su regresión se constata laeutrofizacion de las aguas costeras así como la degradación del litoral marino.

Los arrecifes coralinos

Los arrecifes coralinos conforman el ecosistema marino con mayor diversidad y fueron, sin duda, el crisol del nacimiento de la vida en nuestro planeta. No ocupan más del 0.17% de la superficie marina pero constituyen el hábitat de un 25% de las especies marinas. De ahí que les valga el apodo de "selvas tropicales marinas". Al igual que las selvas tropicales los arrecifes coralinos son auténticos reservorios de sustancias de gran interés para la ciencia médica. Para los 109 países que albergan los más de 100,000 km². de arrecifes coralinos estos constituyen una riqueza económica de primer orden puesto que el nivel de producción pesquera es entre 10 y 100 veces superior al del mar abierto. Los pescadores que faenan de forma artesanal en los arrecifes coralinos proporcionan alrededor de un 25% del pescado capturado en los países en vías de desarrollo.
La principal preocupación por la conservación de los arrecifes coralinos proviene de las observaciones científicas de su desaparición alarmante. Las causas principales son la contaminación y probablemente el cambio climático.

Los manglares

El manglar es un ecosistema cuya estructura viene dada por el árbol del mangle, cuya característica biológica es la de soportar cambios constantes de salinidad, altas temperaturas y escasez de oxígeno. El manglar se distribuye por las costas tropicales y subtropicales, en áreas protegidas de los vientos dominantes y aguas poco profundas tales como bahías, lagunas litorales, deltas fluviales, etc. El ecosistema del manglar destaca por su elevada biodiversidad. En sus aguas se reproducen y viven gran multitud de peces, langostinos y una gran variedad de mariscos. Tradicionalmente, han sido áreas muy apreciadas para la pesca artesanal. Sin embargo, en estos últimos lustros se ha destruído gran cantidad de superficie de manglares en todo el mundo. La causa principal ha sido la conversión de estas zonas litorales en espacios destinados a la acuicultura. Esta transformación de los manglares en lagunas para la acuicultura supone uno de los mayores atentados a la biodiversidad mundial.
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Tratados marinos internacionales
En la última mitad de este siglo, los países con intereses en mares y océanos se han visto obligados a reunirse en comisiones ejecutivas o a firmar acuerdos para intentar paliar los crecientes problemas ecológicos relacionados con la explotación de los recursos marinos y su utilización en general. En estos momentos, el derecho marino internacional empieza a ser tan vasto como el propio océano, aunque a menudo no se respeta.
Sin ánimo de ser exhaustivos, mencionamos algunas de las organizaciones y convenios más relevantes.
A mediados de los años 60 se creó la International Maritime Organization (IMO) con el objetivo de establecer regulaciones internacionales sobre la navegación a raíz de las grandes catástrofes de petroleros accidentados. La regulación de muchos aspectos relacionados con el transporte marítimo ha permitido disminuir en un 60% la polución causada por petroleros.
La International Whaling Comission (IWC) fue creada en 1947 para coordinar la pesca de ballenas entre los países que la llevaban a cabo. En 1985 consiguió establecer una moratoria a favor de la pesca de la ballena que fue ratificada en 1993. A pesar de ello, algunos países como Noruega y Japón se han negado a respetarla.
La Comission for the Conservation of Antarctic Marine Living Resources regula la extracción de los recursos marinos alrededor de la Antártida exceptuando ballenas y focas. El año 1991 estableció un límite en la captura de krill, el diminuto zooplancton que configura la base de la cadena alimenticia antártica.
La Convención de Londres es un organismo compuesto por 70 países creado en 1972. Su objetivo es el de regular la emisión de residuos tóxicos al medio marino. Su principal labor ha consistido en conseguir detener los vertidos de residuos nucleares. Desde 1992 existe una moratoria para no tirar al mar ningún desecho radioactivo. La Agencia de Energía Nuclear de la OCDE supervisó entre 1967 y 1982 la descarga de unas 95,000 t. de residuos radioactivos en el Atlántico. Según los expertos, antes de la moratoria se estaban vertiendo alrededor de 2, 665,000 toneladas de productos radioactivos.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre las Reservas de Peces Sedentarios y Migradores celebrada en 1995 adoptó un tratado internacional vinculante para regular la pesca de estos.
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Bibliografía

  • El mar que nos rodea. Carson, Rachel. (1980). Grijalbo. Barcelona.
  • El abandono de los océanos. Weber, Peter. (1996). Cuadernos Worldwatch. Bakeaz, Bilbao.
  • Transporte marítimo y medio ambiente. Un binomio reconciliable. Piniella Corbacho, Francisco. (1996). Universidad de Cádiz. Cádiz.
  • Atlas del Medio Ambiente. G.Lean, D.Hinrichsen, A.Markham. (1993). Algaida Editores. Sevilla.

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